Lejos de estabilizarse, la inflación en marzo tocó máximos llegando a 6,7% mensual. No solo es el dato más alto del gobierno de Alberto Fernández, sino que es el registro más elevado desde la crisis de 2002. La inflación acumulada fue de 16,1% en el primer trimestre del año y la interanual con respecto a marzo 2021 fue de 55,5%.
Desagregando el índice, observamos que educación es la líder en aumentos, arrojando un 23,6%, dato que es explicado por estacionalidad. Lamentablemente, vuelve a repetirse que los alimentos y bebidas marcan un 7,2% de aumento, estando por encima del nivel general. La suba en los alimentos es explicada (en parte) por el impacto del incremento de los precio de los commodities por la guerra entre Ucrania y Rusia comenzada el 24 de febrero. De todos modos, la fuerte aceleración es consecuencia de la irresponsable política fiscal y monetaria de la última parte de 2021 que, con intenciones de mejorar su permormance en las elecciones de medio término, el gobierno optó por caer en la dominancia fiscal.
La inflación de la gestión actual acumula 146,87% y no encuentran soluciones reales a la dinámica inflacionaria. Las que propone el gobierno siempre son las mismas y los resultados los tenemos a la vista: precios máximos, ley de abastecimientos, retenciones al sector agroexportador que, lejos de bajar, sigue subiendo.
El gobierno se quedó sin anclas nominales. La devaluación diaria que venía llevando el BCRA se modificó significativamente y ahora parece acomodarse en valores mucho más en sintonía con la variación de precios. Esto se da principalmente porque luego del acuerdo con el FMI, el organismo solicitó que el tipo de cambio se mueva a la par de la inflación para no apreciar el tipo de cambio real y no perder competitividad. La aceleración del crawling peg era más que necesaria, ya que una apreciación constante del TCR vuelve al país poco competitivo encareciendo las exportaciones y abaratando las importaciones, generando cuellos de botella en la cuenta corriente.
Abril y mayo son meses de liquidaciones de divisas del sector agroexportador y alivia la acumulación de reservas del Banco Central. Sin embargo, el tipo de cambio apreciado más la elevada brecha cambiaria entre el dólar oficial y los financieros, genera un adelanto de importaciones y demora de liquidación de exportaciones, provocando problemas en las reservas (además de poner en peligro los targets con el FMI).
¿Qué ve el mercado?
A la par de la aceleración del crawling peg, la curva de futuros se desplazó hacia arriba con respecto a meses anteriores, ubicándose en niveles muy cercanos al 60% (TNA) y siguiendo la línea de la curva dólar linked (que pasó de estar positiva a negativa), priceando mayores niveles de la devaluación esperada. En este sentido, el martes pasado el gobierno ofreció swapear el bono TV22 que vencía a fin de mes, a cambio de una canasta de 20% TV23 (dólar linked 2023) y 80% TV24 (dólar linked 2024), pudiendo ser una buena alternativa de cobertura cambiaria frente al alza del crawling peg.
Yendo a la cotización de los dólares financieros, estos permanecieron estables en las últimas semanas y parecen tocar piso con la aceleración de la inflación, con lo cual podríamos ver mayor demanda en los próximos días.
El contado con liquidación cerró en 190,53 y el mep en 191,33 (ambas cotizaciones tomando como referencia al global 2030). Aquí vemos que el canje CCL/MEP es negativo, algo que se vio a lo largo de toda la semana. Esto implica que un inversor puede dolarizarse y cambiar sus dólares locales por dólares en el extranjero a una tasa negativa. No creemos que esto permanezca así por mucho tiempo más ya que es un desincentivo al ingreso de flujos internacionales que, de todos, modos no creemos que aparezcan, al menos en el corto plazo.
En lo que respecta a los bonos CER, los mismos siguen siendo muy demandados. La parte corta de la curva y las leceres (letras ajustables por CER) rinden negativas teniendo que ir hasta el 2024 para encontrar rendimientos positivos. Destacamos el T2X4 (CER + 1,7%) y TX26 (CER + 2,9%).
Por último, luego del cierre del mercado el BCRA decidió subir la tasa de interés de referencia (LELIQS) 250 bps llevándola de 44,5% a 47% (TEA 58,7%). El comunicado del organismo menciona, también, que para trasmitir el efecto al resto de colocaciones, se sube los limites mínimos de las tasas de los PF: Para personas humanas 46% a 30 días hasta diez millones y para el resto de colocaciones 44%.
El Banco Central reacciona frente a la suba de la inflación con las subas de tasas mencionadas y con la aceleración del ritmo devaluatorio, pero se puede ingresar en una dinámica muy peligrosa. Una mayor tasa de devaluación impacto en precios vía (pass through) y retroalimenta la inflación. La suba de tasas pega de en la actividad económica vía encarecimiento del crédito. Ambos factores combinados pueden ser muy peligrosos para la economía que viene arrojando niveles muy buenos de recuperación.
Parece ser que la única ancla inflacionaria que le queda al gobierno es cumplir con las metas del acuerdo del FMI cada trimestre, lo que no va a ser fácil por el encarecimiento del LNG que impacta directo en la acumulación de RRII del Banco Central y en la meta fiscal.
Fuentes: Bloomberg, Indec, Bonistas.com
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