¿QUÉ ES EL CANAL DE PANAMÁ?
El Canal de Panamá es una vía de navegación marítima artificial construida entre el extremo este del Océano Pacífico y el Mar Caribe, la cual atraviesa el accidente geográfico que supone el Istmo de Panamá. La obra se inauguró el día 15 de agosto del año 1914, siendo considerada como uno de los mayores trabajos de la ingeniería del siglo XX, a partir de que permite recortar los costos operativos, las distancias y el tiempo que supone la tarea de cruzar marítimamente desde el Océano Atlántico hacia el Pacífico, y viceversa. Independientemente de sus sucesivas expansiones a lo largo de los años, se calcula que, aproximadamente, se requieren únicamente entre ocho y diez horas para concretar la encrucijada que supone transitar de un punto a otro. Con respecto a su funcionamiento operativo, el proceso se lleva a cabo a través de la utilización de esclusas ubicadas a los extremos de la ruta. El propósito de las mismas consiste en formar un recinto de compuertas funcionales, en aras de que los barcos logren transitar el pasaje desde un punto a otro en donde se divisa una diferencia en términos de profundidad marítima.
¿POR QUÉ RESULTA RELEVANTE PARA EL COMERCIO INTERNACIONAL?
Desde su ampliación en el año 2016, el Canal de Panamá no deja de asombrar con sus estadísticas, consolidándose como uno de los puntos geoestratégicos de mayor preeminencia a nivel mundial. En primer lugar, se estima que solamente para su ampliación se empleó una cantidad de hormigón tal como para construir 2,2 pirámides de Keops y 22 Torres Eiffel[1]. La majestuosa obra requirió del trabajo en conjunto de más de 10.000 personas, acumulando una inversión total hasta la fecha – incluyendo tanto su construcción como sus ampliaciones – de más de US$ 5.450 millones[2].
Los resultados están a la vista. Para el año 2019, como reflejo de su ampliación y consecuentes mejoras, la actividad mercantil inherente al Canal representa per se un 6% de la masa total del comercio internacional en el mundo, viéndose plasmada en el 0,6% del PBI de Panamá[3]. En dicho año calendario, se registraron en el balance contable ganancias totales por US$ 3.365 millones. Tal es la magnitud de las operaciones comerciales realizadas, que únicamente se ve superada su actividad por el Canal de Suez a escala global.
¿QUIÉNES LO ADMINISTRAN Y CÓMO LO HACEN?
La administración y gestión del Canal de Panamá se vió inmiscuida de antaño en una disputa política entre Estados Unidos y Panamá, la cual acarrea en su recorrido más de cien años de discusión. Previamente incluso a la inauguración oficial del Canal de Panamá en 1914, para 1903 se impuso la firma del Tratado Hay-Bunau Varilla por parte de los Estados Unidos, el cual sentó las bases legales para que la nación norteamericana reclamase como propia la totalidad de los derechos concernientes a la manutención, gestión, explotación y defensa del Canal en los años venideros. Las fricciones sociales y políticas que se produjeron conforme al transcurso del tiempo[4] decantaron que para el año 1977, se firmase en conjunto – luego de extensas rondas de negociación – el Tratado Torrijos Carter, en honor a los jefes de Estado de ambas naciones[5].
El mencionado tratado significó un momento bisagra en la historia, sentando así las bases entorno a cómo se administraría el Canal de Panamá de cara a la contemporaneidad. Como preámbulo y punto de mayor relevancia, el Tratado ostenta como objetivo reconocer, finalmente, la soberanía de la República de Panamá sobre el Canal homónimo, entendiendo al mismo como parte de su territorio. En tal sentido, Estados Unidos se comprometió a poner en vigencia una serie de condiciones a partir del 31 de diciembre de 1999. Al día de la fecha, Panamá es reconocido como el soberano territorial del Canal de Panamá, dotando a los Estados Unidos de la concesión de ser el encargado de “manejar, operar y mantener el Canal de Panamá, sus obras, instalaciones y equipos auxiliares y de proveer lo necesario para el tránsito fluido de naves”, según indica el artículo III del reiterado tratado. La agencia estadounidense instituida para su gestión ha de ser la Comisión del Canal de Panamá.
En términos de seguridad, la protección y defensa de la mencionada ruta marítima ha sido estipulada como una competencia en conjunto por parte de ambas naciones. En tal sentido, en caso de producirse una amenaza armada o cualquier cohecho que atente con la actividad inherente al Canal deberá ser repelido por las fuerzas armadas de ambos Estados de forma coordinada y conjunta. En materia de requisición fiscal e ingresos estatales aduaneros, Panamá resulta el encargado de percibir los ingresos que se desprendan del cobro de impuestos, debiendo recibir treinta centésimos de dólar estadounidense por cada tonelada neta del Canal de Panamá, complementado por anualidades establecidas junto con la Comisión del Canal de Panamá en virtud de los costos operativos efectuados.
¿QUÉ CONCLUSIONES OBTENEMOS?
El comercio desprendido del Canal de Panamá resulta de alto nivel de relevancia a escala mundial, significando un punto de tránsito que une al Océano Pacífico con el Atlántico. Su proliferación encarnó la creación de miles de puestos de trabajo e inversiones millonarias en el área regional, representando uno de los puntos geoestratégicos más relevantes en el mundo en materia de comercio exterior. Su principal utilidad y valor agregado reside en la reducción sustancial de los costos operativos que supone el intercambio de bienes por vía marítima para los buques mercantes que transiten sus aguas.
En su administración yace una disputa política de largo recorrido histórico entre los Estados Unidos y la República de Panamá, la cual decantó en la celebración del Tratado Torrijos-Carter las bases y condiciones de cuáles han de ser las responsabilidades y atribuciones que cada una de las dos partes puede interpelar a la hora de la gestión del mismo. Si bien, a partir del mencionado tratado, Estados Unidos cedió la soberanía en manos de Panamá – así como también la capacidad del cobro de impuesto –, la nación norteamericana continúa presente en calidad de gestor y supervisor del Canal, siendo también uno de los Estados encargados de la defensa y protección de la vía marítima de intercambio comercial.
[1] Datos obtenidos de las investigaciones del escritor para el diario El País de España, Ramón Muñoz (2016).
[2] Datos obtenidos del informe del año 2016 elaborado por el equipo de investigación de la Revista Forbes (2016).
[3] Informe de Cecilia Barría, especialista en Comercio Internacional de la BBC (2019).
[4] Sumado a un contexto de Guerra Fría y la política exterior de Jimmy Carter de paliar la pujante vertiente comunista en el marco de Centroamérica.
[5] Omar Torrijos fue el entonces máximo oficial de las fuerzas armadas de Panamá y posterior dictador en el marco de la administración nacional panameña; mientras que Jimmy Carter fue el trigésimo noveno presidente de los Estados Unidos, representante del Partido Demócrata estadounidense.
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