El EBITDA no forma parte del estado de resultados, pero tiene mucho que ver con él. Es simplemente una construcción que los analistas hacen para entender mejor cuál fue la generación de caja operativa en forma aproximada de una compañía. Los departamentos de relaciones con inversores lo incluyen en sus press-releases porque ha aumentado su importancia en los últimos años.
Cómo se calcula el EBITDA
Veamos cómo se calcula y para qué sirve después: el estado de resultados es uno de los tres estados fundamentales del balance de una empresa, junto con el estado de situación patrimonial y el estado de origen y aplicación de fondos. En el estado de resultados se parte de la facturación de la compañía y, luego de deducir todos los costos y los gastos, se obtiene el resultado operativo, o del negocio mismo, independientemente de otros resultados secundarios, de sus resultados financieros o de los impuestos que paga. Se trata de ver si el negocio “core” o central de una empresa es rentable o no. Obviamente, tiene que ser suficiente para compensar los demás gastos debajo de la línea operativa y arrojar una ganancia:
Calculamos el EBIT
Ventas/ingresos (facturación)
- Costo de mercadería vendida
- depreciaciones y amortizaciones
= Resultado bruto
- Gastos administrativos
- Gastos de comercialización
= Resultado operativo (o ganancias antes de intereses e impuestos, EBIT)
EBITDA son las siglas en inglés de las ganancias antes de intereses, impuestos, depreciaciones y amortizaciones. Surge de sumarle al resultado operativo obtenido anteriormente las depreciaciones y amortizaciones que se restaron en el balance, por el sencillo hecho que no representan una erogación de fondos, sino sólo una pérdida contable que se tiene que registrar por el uso o por el paso del tiempo de los activos fijos que se compraron en algún momento. Esa es la manera que existe de exponer de la mejor forma el valor de los activos fijos (planta, propiedades y equipos) que realmente se tienen.
Calculamos el EBITDA
Resultado operativo (EBIT)
+ amortizaciones y depreciaciones
= Ganancias antes de intereses, impuestos, depreciaciones y amortizaciones (EBITDA)
El EBITDA es muy utilizado para evaluar el desempeño operativo de la empresa, ya que da la dimensión de lo que genera el negocio en sí mismo (su resultado operativo o de sus operaciones normales) medido a través de una proxy de la generación de caja.
Se acerca al concepto de un flujo de caja operativo porque se le agregan las depreciaciones y amortizaciones. Gracias a esto último, permite una mejor comparación entre empresas al depurar el efecto de distintos sistemas impositivos y de depreciación y amortización contable y países, así como del leverage financiero entre empresas, ya que se trata de observar las ganancias antes de intereses, impuestos, depreciaciones y amortizaciones.
Que es el margen EBITDA
El margen EBITDA se construye dividiendo el EBITDA por la cifra de facturación. Es una medida que a los analistas nos dice mucho acerca de si la empresa, por cada unidad adicional o marginal, genera más ganancia operativa en términos relativos. Si bien es positivo que una empresa genere más dólares de ganancias de un ejercicio a otro, es más importante aún complementar dicho análisis con el margen EBITDA.
Cómo se calcula el margen EBITDA
EBITDA / Ventas = Margen EBITDA
Si el margen EBITDA se achica de un ejercicio trimestral o anual, en forma secuencia o interanual (se puede hacer la comparación que se quiera), puede que la empresa está satisfecha porque generó más market share o logró mayor penetración en un determinado mercado, siendo ese su objetivo, a costa de ver sus costos incrementados en forma más que proporcional. Sería un hecho positivo si la estrategia es de penetración o fidelización más que de generación de rentabilidad, si es que cuenta con el mediano o largo plazo a su favor.
Cuando se utiliza el EBITDA
El EBITDA es muy tenido en cuenta a la hora de valuar la generación operativa de negocios que requieren una gran cantidad de inversión, dado que son precisamente aquellos que más amortizaciones tienen que registrar. Al registrar esos elevados montos de pérdidas ficticias, dado que son solamente registros contables que vienen a amortizar en los libros los bienes de uso que posee (la erogación de fondos a través de la inversión ya ha sido realizada con anterioridad), el resultado operativo real, o el concepto de caja al que deberíamos prestar atención estaría subvaluado. Al usar el EBITDA, medimos de mejor manera el resultado operativo de caja, o una proxy del mismo.
Recuerden igualmente que las ventas y los costos, así como los gastos, son todos conceptos contables: si se vende a crédito a 60 días, por ejemplo, por más que se venda un determinado producto en diciembre del ejercicio actual, solamente se lo cobrara en febrero del ejercicio siguiente. Pero la facturación actual registrará dicha venta (por más que no se la haya cobrado). Es por eso que el EBITDA tampoco es el flujo de caja operativo, pero al menos se le acerca más que el tradicional EBIT.
Las industrias que suelen ser castigadas por el uso del EBIT son las de procesos de fabricación de bienes intermedios, como la siderurgia, el aluminio, la petroquímica, el petróleo, etc. que requieren de elevadas inversiones y, por lo tanto, amortizaciones. Las empresas de telecomunicaciones y todas aquellas industrias que requieren hundir mucho capital de entrada deberían ser vistas a través del EBITDA también, y no a través del EBIT.
No existe el EBITDA en las entidades financieras, porque el concepto de EBITDA es un concepto o cálculo antes de intereses, y los intereses son precisamente la fuente de ingresos por excelencia de los bancos y de otras entidades de ese sector.
También el EBITDA es muy usado en la valuación de empresas, sectores o países, dado que existe una familia de múltiplos de valuación que lo toman en cuenta en el cálculo.
Específicamente, el más usado es el Enterprise Value / EBITDA, es decir, tomar el valor de la empresa y compararlo con el EBITDA que genera. Cuanto más alto, más caro se encontrará ese activo con relación a otro en términos relativos.
Cómo se calcula el Enterprise Value
Se lo calcula agregándole a la capitalización bursátil de una empresa (precio por cantidad de acciones, es decir, el tamaño de mercado) la deuda financiera neta de la posición de caja. Se toman para el cálculo solamente las deudas que devengan interés y se resta la posición de caja e inversiones temporarias, dado que no generan valor en la empresa (o al menos no debería ser su core-business, los inversores pueden hacerlo por su cuenta en forma individual).
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