Es momento de entender por qué uno de los mayores riesgos a la hora de invertir somos nosotros mismos.
Uno de los primeros errores que corren quienes aspiran a multiplicar rápidamente el dinero, es el deseo de querer salvarse o querer recuperar en un corto plazo, y sin importar las consecuencias, las pérdidas acumuladas de meses o años anteriores. La diferencia entre una causa y la otra es que en la primera el inversor no conoce ni asumió esos riesgos y, en la segunda, busca revancha porque ya sufrió en carne propia la volatilidad que le causó una pérdida en su portafolio de inversiones.
Sobran los casos exitosos de jóvenes que se convirtieron en millonarios de la noche a la mañana con una pequeña cuenta de trading operando en los mercados financieros. Pero es como adivinar cuál será la acción que tendrá el recorrido de Apple de los últimos 20 años en las próximas décadas, o bien apostar por Messi cuando tenía apenas 9 años. Solo hay una empresa reconocida y con liquidez que lo hizo, solo hay un jugador que lo logra. Y no solo es mucha suerte, sino que además requiere de una operatoria intensa de compra/venta. Las penny stocks o acciones de bajos precios, suelen ser el objetivo de este tipo de inversiones. En otras palabras, este sistema es lo más parecido a que los astros se alineen a nuestro favor.
Siempre que existan rentabilidades altas, eso implica asumir mayores riesgos. Siempre. No hay almuerzos gratis. Siempre habrá un riesgo que asumir para obtener retornos anormalmente altos, con el riesgo de perder parte o todo el capital invertido. Para duplicar o perder el dinero, está el casino.
El mercado de capitales siempre ofrece la oportunidad de encontrar riesgos y operarlos para que jueguen a nuestro favor, pero recuerden que el concepto de volatilidad es que el trade puede salir disparado para cualquiera de los dos lados, a nuestro favor, o en contra nuestro. Lo importante es saberlo y tomar en cuenta que puede resultar en contra nuestro y actuar en consecuencia, es decir aplicar los conceptos básicos de cualquier administrador profesional: diversificar entre países, sectores e instrumentos financieros, aplicarstop-losses definiendo la máxima pérdida posible y usar derivados cuando sea conveniente hacerlo. Estos temas serán motivo de próximas notas en esta misma sección.
Otro error muy frecuente es que se suele operar con fondos prestados, apalancando[i] la posición; es decir, usando más plata de la que realmente uno tiene. Cuando uno abre en el exterior una cuenta, ese préstamo que tenemos disponible se llama cuenta de margin. Consiste en un crédito que podemos usar, siempre y cuando el broker o banco tomen garantías de la cuenta inmovilizando algunas posiciones de activos comprados. En el mercado doméstico equivale a tomar fondos de cauciones (o “tomar caución”): el que toma el dinero prestado tiene como contrapartida dinero de inversores que lo quieren colocar a tasa, la tasa que uno como tomador de la caución tiene que pagar. La tasa a la cual se coloca la caución es más baja que la que se aplica cuando se usan los fondos prestados.
En el mercado doméstico equivale a tomar fondos de cauciones (o “tomar caución”): el que toma el dinero prestado tiene como contrapartida dinero de inversores que lo quieren colocar a tasa, la tasa que uno como tomador de la caución tiene que pagar. La tasa a la cual se coloca la caución es más baja que la que se aplica cuando se usan los fondos prestados.
Promediar posiciones cuando se da una caída en el precio de un activo en busca de revancha tampoco es una buena alternativa, a menos que sepamos lo que estamos haciendo, es decir concentrando los riesgos aún más.
También el inversor tiene que controlar el hecho de que el dinero en efectivo y sin estar invertido no tiene por qué “quemarle”, siempre y cuando esté protegido de la inflación. En otras palabras, debe estar colocado al menos a la tasa libre de riesgo que le conserve el poder adquisitivo de la moneda. También puede invertirlo en moneda dura (en dólares) para que le conserve ese poder adquisitivo porque a largo plazo el dólar suele ir de la mano de la inflación, a pesar de que a corto plazo puede distanciarse bastante del mismo. Pero el deseo de operar es muchas veces una necesidad exagerada, porque en momentos de turbulencia en los mercados o de mayor incertidumbre a la aconsejada para invertir en activos de riesgo lo mejor es no hacer nada y devengar la tasa libre de riesgo. Una de las mejores decisiones de inversión en determinados momentos es estar en cash o líquido. La alternativa más común en Argentina es o bien colocar una caución, o bien colocar el dinero en un fondo money market (que es básicamente un fondo de plazos fijos, escalonados) para que devengue una mínima tasa libre de riesgo.
Analizar los aspectos psicológicos en los mercados es importantísimo a la hora de poder administrar e invertir correctamente nuestros fondos. No solo implica poder controlarse a sí mismo sino entender la lógica de los mercados y de qué manera la codicia o los miedos exagerados se trasladan a los precios, distorsionándolos a corto plazo y distanciándolos de su valor “justo”, o el que debería tener por sus fundamentos.
Por todo esto es que defino el mayor riesgo del inversor no en el mercado sino en el señor que está frente al espejo y en su deseo de ganar más allá de lo que tolera o de los riesgos que puede y sabe asumir.
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