El peso argentino como medio de cambio y reserva de valor
Todos sabemos que el peso argentino dejó de ser hace muchas décadas una reserva de valor. Apenas si cumple su papel de medio de cambio (cuando uno cruza la frontera deja de serlo inmediatamente) y a medias cumple con la definición de numerario, porque los precios muchas veces son fijados en dólares al no haber referencia alguna en pesos dada una inflación que se proyecta en torno al 120% para este año). Si quieren saber las razones del desastre monetario de la Argentina, tendré que explicarlo en otra nota pero esto llevó a que, por ejemplo, desde enero 2022 hasta abril 2023, el valor del peso se cayera más de la mitad de su valor (-52%).
El dólar es y seguirá siendo un valor de referencia y una reserva de valor. Argentina es el segundo país con mayor cantidad de billetes físicos circulando en una economía fuera de EE.UU. y su constante deseo resume la suma de todos nuestros miedos. Pero, ¿alguien se preguntó qué tan estable es esta moneda a lo largo del tiempo? No en términos de otras, porque su apreciación esporádica le otorga un plus respecto a otras monedas a lo largo de las últimas décadas, pero también hay que hacer el cálculo de la pérdida de valor del dólar en el tiempo medido en términos de poder adquisitivo. La inflación golpea a todas las economías y los precios van subiendo, incluso en EE.UU., que tuvo una inflación del 9,1% a mediados del año pasado. En los últimos 10 años su valor retrocedió aproximadamente el 20% (veinte por ciento) en términos de poder de compra promedio usando la tasa de inflación minorista. ¿Sorprendido?
Uno de los consejos a la hora de invertir es no tener los dólares en el colchón, o en una caja de seguridad, porque dejan de ser productivos o de generarle valor sino más bien un dolor de cabeza, n hablar si se presenta un deterioro físico.
El ahorro es importante, es la seguridad para mantener saldos disponibles y tener cierta tranquilidad. Pero generar valor a partir de ahí es tanto o más importante. Significa invertirlo. Si se lo hace como cobertura al menos sirve, mejor aún si genera valor. Es decir si se lo invierte inteligentemente para que el dinero se multiplique. Significa apegarse a la suerte de un activo cuyo éxito depende de otras personas (comprar un bono o una acción de una compañía) o bien directamente emprender y tomar riesgos llevando una idea a la práctica en la economía real.
Invertir es fundamental, significa hacerlo crecer para poder superar la pérdida de poder adquisitivo que erosiona al bolsillo del inversor mes a mes. Las variables claves para invertir son el riesgo que uno quiere asumir, el retorno que uno quiere tener y el horizonte de inversión con el que uno cuenta, tres variables íntimamente relacionada entre sí.
Al 30/10/2008 cuando estatizaron las AFJP, los ahorros acumulados de sus aportantes ascendían a USD 28.744 M. Ajustada por inflación de los EE.UU., esa cifra hoy debería ser USD 40.000 M, ese es el cálculo que uno tiene que hacer para que al menos cubra esa caída. Hoy la valuación del FGS de la Anses es de más de USD 56.434 M, lo cual parecería mucho, pero primero hay que ver la calidad en la que se está invertido (muchos bonos de Argentina) y hacer el cálculo de si se hubieran invertido en otro activo desapegado del riesgo local cuánto hubiese rendido. Si se hubiese invertido ese dinero en el S&P 500, ese fondo hoy ascendería a más de USD 100.000 M.
Consejos para los jóvenes: emprender, invertir en la bolsa y el costo de un posgrado
Aconsejo a los más jóvenes a que emprendan, que lleven una idea a la práctica, algo que genere valor, o bien que inviertan sus ahorros en una compañía a través de la bolsa para que otro lo haga por uno, teniendo el tiempo a nuestro favor y sin necesitar de ese capital por un buen tiempo, dejándolo madurar con bastante riesgo para que se convierta en una realidad el día de mañana. El fracaso es parte del camino al éxito.
El costo de un MBA en EE.UU. hoy en día varía de USD 30.000 a 80.000 dólares en promedio (aunque muchas veces la misma universidad da un préstamo o una beca para que pueda estudiar). Pero ya los jóvenes prefieren gastar ese dinero en llevar adelante su propio proyecto, lo cual celebro por un lado, pero implica una volatilidad de los ingresos futuros mucho mayor y peligrosa.
Si se decidían por un posgrado, los egresados en negocios elegían en el pasado la consultoría en una empresa grande o un banco reconocido. Hoy el sueño pasa por empezar su propia startup, que parte de una idea desde el mismo campus de estudio. El camino se allana para arrancar una startup cuando se encuentra un buen socio, capital semilla o un inversor ángel.
Estando en el mundo corporativo, cuando se le aporta más a la empresa de lo que la empresa te aporta a vos, es momento de partir y de armar su propio emprendimiento en base a la experiencia recorrida en el mundo corporativo, habiendo capitalizado todo lo bueno, así como las malas experiencias también.
Hoy se debe hacer valer en cualquier emprendimiento la nueva realidad postpandemia, en especial el trabajo remoto y la deslocalización que eso genera, la ubicuidad es una facilidad que -además de la diferencia de cambio en Argentina- con el nivel de educación que existe se hacer valer. La nueva generación de nómades digitales de otros países que ganan en moneda dura y que gastan en Argentina lo saben.
Y si se decide invertir en la bolsa, hay que saber que la bolsa no es para cualquiera, y nadie más claro que Warren Buffet para ilustrarlo, al afirmar que si uno no está dispuesto a tolerar más del 50% de caída en nuestras posiciones de acciones, la bolsa no es para uno. Por suerte hay maneras de no llegar a semejante pérdida usando las reglas básicas del mundo de las inversiones como la diversificación, el uso de derivados o la selección de activos de menor volatilidad, o estilos: acciones de valor (más conservadoras) vs. de crecimiento (más volátiles).
A modo de ejemplo, META (la holding de Facebook) cayó 64% en 2022 pero subía 96% en pocos meses de 2023 al cierre de esta nota. Inentendible la caída de una empresa que genera unos USD 28 Bn trimestrales y USD 6 Bn de ganancias (margen neto del 21%), ambos por encima de lo esperado. Es porque hay que tomar en cuenta muchos otros factores, como los que rodean a la empresa, por ejemplo la cantidad de dinero que imprimen los bancos centrales, que facilitan la especulación y/o su venta desenfrenada.
Invertir es hacer crecer el dinero, pero antes que nada protegerlo, es cubrirse frente a la devaluación de la moneda doméstica y la pérdida de poder adquisitivo del dinero frente a la elevada inflación.
Una manera en Argentina de hacerlo es comprar bonos soberanos hard-dollar, aunque el riesgo es altísimo. Las obligaciones negociables en dólares son una mejor alternativa, más aún si generan los dólares para repagar sus deudas. Los bonos en pesos a tasa fija solo sirven cuando la tasa supera a la devaluación (o hay apreciación) e inflación esperadas y cuando la tasa es alta en términos relativos. En un contexto como el actual, en Argentina año 2023 la cobertura en pesos puede darse a tasa variable: Con CER o con bonos duales (que pagan inflación o devaluación, la que sea mayor), bonos dollar linked atados al dólar oficial y los bonos a tasas Badlar (rendimiento variable en función de la tasa de plazo fijo mayorista).
Otra manera de hacerlo en forma inteligente es hacerlo a través de acciones domésticas exportadoras y/o con activos en el extranjero, o directamente en acciones de empresas extranjeras (a través del programa de CEDEARs). A modo de ejemplo, y aunque desde enero 2018 el S&P Merval necesitaría subir 35% en términos reales para igualar su valor anterior, el índice de acciones locales le ganó a la inflación 150%. Medido en dólares se encuentra en valores por debajo del promedio histórico: hoy vale unos 650 dólares contra 1800 del 2018 y los 1000 dólares en las PASO 2019.
Otra manera de cubrirse en tiempos difíciles para la economía es a través de la compra de activos reales, no financieros. El oro es una cobertura histórica contra la inflación, aunque suele apegarse más a la caída del dólar y de las tasas de interés en los mercados internacionales.
Para aquellos que tienen negocio, stockear mercaderías suele ser una clara posición especulativa, siempre y cuando sean bienes no perecederos y/o que pasen rápido de moda.
Los inmuebles y los autos entran en el menú de cobertura como ganadores, pero está claro que generan gastos y se deprecian con el simple paso del tiempo, más allá de su uso. Los ladrillos han sido una buena inversión en Argentina a lo largo de la historia, pero solo para cubrirse en muchos casos, con devaluaciones constantes no. De hecho, según el Ranking Inmobiliario de América Latina 2023, Buenos Aires pasó de ser la segunda ciudad más cara de la región a una de las más baratas. En los últimos tres años, los valores cayeron un 27%, ya que en el 2020 el precio por metro cuadrado era de USD 3.003, y ahora es de USD 2.362. El momento o punto de entrada es muy importante aquí.
Espero que les haya servido esta nota, les agradezco su difusión si la encuentran interesante.
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