Solemos pensar a la economía como esa ciencia que brinda prescripciones en base a modelos que a menudo encontramos alejados de la realidad. Veremos de qué manera la economía puede aportar y a la vez fortalecerse en esta nueva era en que los datos adquieren un rol central en diversos campos.
La cuestión de los datos ha sido siempre relevante; tanto como mecanismo para evaluar teorías, como para el quehacer en la toma de decisiones económicas.
Desde comienzos del siglo XX con los avances en los métodos estadísticos, sumado a la disponibilidad de fuentes de datos; la economía fue buscando validar sus formulaciones teóricas y dotarlas de un anclaje empírico, usando a la econometría como punta de lanza.
A nivel empresarial y de toma de decisiones, la incorporación de los datos se dio a partir de lo que es conocido como business intelligence, o inteligencia de negocios. Esta consiste en la implementación de sistemas de información que usen datos organizacionales, como del entorno, que puedan ser relevantes para la toma de decisiones; cabe aclarar que aquí estaremos hablando de datos tradicionales.
El rápido avance de la tecnología en la capacidad de procesamiento y el almacenamiento de datos a partir del siglo XX, sumado al uso generalizado de internet, y su adopción en dispositivos en lo que es el internet de las cosas; dio lugar a lo que desde la década del 90 se conoce como big data. Esta última consiste, de un modo resumido, en grandes volúmenes de datos, que por sus características no podemos procesar bajo métodos tradicionales.
La disponibilidad de las tecnologías asociadas a big data ha repercutido en grandes transformaciones, como por ejemplo por la incorporación de sensores en fases de procesos productivos, o para detectar características anómalas en el comportamiento de cadenas de suministros. A un nivel teórico, la disponibilidad de datos permite avances en enfoques como el de los sistemas complejos en economía, y también la posibilidad de incorporar datos no tradicionales ha ampliado el horizonte de análisis.
Promesas y desafíos
La economía está teniendo una virtuosa retroalimentación bajo los nuevos paradigmas de la revolución de datos. La incorporación de datos, como por ejemplo los datos no tradicionales: que permite modelizaciones que pueden robustecer pronósticos financieros, o las diversas aplicaciones en la inteligencia de negocios.
Por otro lado, la economía ha tratado temas de organización industrial y diseño de mercados; que pueden aportar perspectivas a los desafíos que plantea la gobernanza de los datos, y a la manera en que los datos sean utilizados o transaccionados.
La economía está incorporando las nuevas técnicas y métodos que brinda el trabajar con datos que permiten tener un mayor anclaje con los fenómenos económicos y sociales que estudia. Sin embargo, estos últimos aún están sujetos a la incertidumbre como la del libre albedrío; o a fenómenos disruptivos a nivel global. Y la utilización de métodos sofisticados para la toma de decisiones económicas como el aprendizaje automatizado que funcionan como cajas negras, parecen indicarnos que la economía quizás continúe con un aura de misterio en sus métodos.
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