Por Guido Lanzillotta. Mayo de 2021.
Hacia fines de Marzo asistimos a un debate en twitter donde funcionarios y ex funcionarios del oficialismo y la oposición discutían si argentina se estaba endeudando al 18% anual en dólares vendiendo bonos en la bolsa para contener el tipo de cambio, o si no lo hacía. Justificar que el gobierno no se endeuda al 18% anual en dólares es reconocer que las divisas que liquida el campo compradas por el BCRA en el mercado oficial en vez de utilizarse para fortalecer las reservas son usadas para contener la brecha cambiaria vendiéndolos a través de la Bolsa.
Oficialismo u oposición, la misma problemática: dólares sin contrapartida usados para contención cambiaria. Irónicamente, en esto sí hay consenso político.
La recomposición de reservas del BCRA en el último mes adoptó una dinámica virtuosa dejando saldos netos positivos producto de la menor intervención en el mercado de bonos a causa de una mayor oferta de quienes vendieron sus dólares para pagar impuestos y del propio gobierno que dejó de erogar reservas para cumplir compromisos externos e internos.
La soja ubicándose por encima de los 500 USD/tn permitió atesorar más agro dólares prolongados en el tiempo, situación que como la realidad económica indica, no será para siempre. El día que eso ocurra nos volveremos a preguntar cuánto poder de fuego le queda al BCRA para mantener la calma cambiaria en una dinámica cortoplacista y obviamente negativa.
Es importante entender el mal uso que se le dio al canje de deuda con los bonistas privados: No supieron aprovechar las bases de un tratamiento igualitario de legislación ni la derogación del impuesto a la renta financiera para poder anclar el riesgo país y fortalecer el mercado de capitales. Es por eso que un nuevo acuerdo externo puede ser una herramienta fundamental (aunque no suficiente) para equilibrar las expectativas: señales ante el FMI y el Club de Paris requieren resolución urgente. De todos modos,cuando decimos que un acuerdo no es suficiente, es porque está a la vista que la dirigencia política aun en pandemia no pudo generar y sostener consensos que deriven en confianza para los inversores.
Los parches en la economía argentina son recurrentes y esto nos lleva a pensar que quizás alcancen como muchas veces ocurrió, para tapar los problemas fiscales y monetarios en el corto plazo, pero con los graves riesgos que esto supone. Por eso es de suma importancia analizar correctamente el mercado de los bonos y el dólar, ya que esto deriva en la comprensión de la interrelación con el riesgo país que es el indicador de más alta sensibilidad a la desconfianza política e institucional.
En consecuencia, debatir si vender bonos con uso de reservas o endeudarse a tasas altas en dólares luego de un canje carece totalmente de sentido si no se comprende que la dirigencia política debe poner por encima las políticas públicas a partir de una premisa común que recíprocamente se retroalimenta: si se baja la tasa a la que cotizan los bonos argentinos se podrá garantizar una mayor estabilidad cambiaria y, dicha estabilidad cambiaria permitirá seguir bajando la tasa de los bonos. Esto generará herramientas y espacios para administrar eficientemente el gasto fiscal, una moneda más sólida y una mayor credibilidad institucional.
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