Imagen representativa de Milei generada con IA
Con una medida sorpresa, el gobierno de Javier Milei anunció la suspensión temporal de las retenciones a las exportaciones de granos, subproductos agropecuarios, carne vacuna y avícola, con el objetivo de acelerar la liquidación de divisas y estabilizar el peso en medio de una fuerte tensión económica. La medida, publicada en el Boletín Oficial, se extenderá hasta el 31 de octubre de 2025 o hasta alcanzar un cupo de 7.000 millones de dólares en ventas declaradas.
La situación es crítica: tras derrotas electorales de La Libertad Avanza en algunas provincias, el dólar mayorista tocó el techo de la banda cambiaria, obligando al Banco Central a vender más de 1.000 millones de dólares en tres días para contener la suba. Esta decisión busca ayudar a las reservas, incentivando al sector agropecuario a liquidar rápidamente al menos el 90% de las divisas en tres días hábiles, bajo pena de revertir el beneficio.
La innovación radica en su comunicación: el vocero presidencial Manuel Adorni lo difundió primero en redes sociales, antes de su oficialización, para generar impacto inmediato en exportadores y mercados. El esquema abarca cultivos como soja, maíz, trigo, cebada, sorgo y girasol, con alícuotas previas del 26% para soja, 24,5% para aceite y harina de soja, y 9,5% para maíz. Analistas destacan que podría impulsar ventas, especialmente ante la siembra de la próxima temporada.
Las reacciones fueron inmediatas. Los mercados respondieron con subas en bonos y acciones, un leve retroceso del riesgo país y fortalecimiento del peso oficial y paralelo. Entidades como la Sociedad Rural Argentina celebraron el alivio, pero criticaron su temporalidad, argumentando que resta previsibilidad y podría saturar la oferta sin elevar precios. El sector pide una eliminación permanente, viéndola como un "parche" ante la urgencia de dólares.
Sin embargo, es una jugada peligrosa: implica una pérdida fiscal estimada en 1.500 millones de dólares este año, y su vencimiento genera dudas sobre el futuro esquema tributario. Si los exportadores no responden al ritmo esperado, la presión cambiaria podría resurgir, exponiendo fragilidades estructurales. Para Milei, a un mes de las elecciones legislativas, esta medida es una prueba de fuego: un respiro temporal o el inicio de una estrategia más audaz para recomponer la economía.
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¿Debería ser una suspensión permanente?
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