Durante meses, Javier Milei repitió un concepto que sonaba a eslogan de campaña pero que el mercado terminó traduciendo en precios: el “riesgo kuka”, la prima que paga Argentina cuando sube la probabilidad de un retorno kirchnerista. Si fue real o no se mide fácil: dólar, reservas, bonos, riesgo país y dolarización.
1) Post Buenos Aires: el castigo a la idea de retorno(y caro)
El punto de quiebre fue la elección bonaerense. Tras la derrota del oficialismo nacional en Provincia, el lunes 8 de septiembre el mercado reaccionó como si se hubiera reabierto el “peor escenario”: se derrumbaron acciones y bonos, subió el dólar y reapareció el estrés. El S&P Merval cayó 13,3% en pesos en una sola rueda; el dólar mayorista pegó un salto de 3%–4% y llegó a tocar $1.450 intradiario.
En Nueva York, la señal fue incluso más brutal: los ADRs bancarios se hundieron entre 23% y 24% (Galicia -23,6%; Francés -24,4%; Macro -23,5%; Supervielle -24%) y YPF cayó 15,3%. En deuda, los golpes también fueron directos al corazón: GD30 -5,9% y GD35 -9,3%, con el riesgo país trepando a 1.034 puntos.
Lo peor: no fue “un día malo”. Diez días después, el 18 de septiembre, el riesgo país escaló a 1.453 puntos (suba diaria de 16,6%), con bonos en dólares cayendo hasta 14%. Para frenar el salto cambiario, el BCRA terminó vendiendo USD 379 millones de reservas, mientras el dólar tocaba de nuevo el techo de la banda (1.474 pesos).
La secuencia dejó en claro por donde vino el problema: derrota política → huida de riesgo → dólar al techo → uso de reservas → riesgo país en máximos.
2) Post octubre: el mercado “desarmó el miedo” en solo una rueda
El 27 de octubre, con la legislativa nacional, pasó lo contrario: el mercado operó como si se hubiera reducido la probabilidad de retornar el pasado kirchnerista. El riesgo país se desplomó de 1.081 a 708 puntos: 373 puntos menos en una sola rueda. A la par, el rally fue de manual: el Merval +21,8%, ADRs hasta +48,1%, bonos hasta +24,3%; incluso el dólar oficial minorista bajó $55 (-3,6%) y cerró en $1.460. Esto no es “optimismo”: es precio de activos reaccionando a una sola variable dominante, la continuidad política del programa.
El dato más político de todos: la dolarización de la gente.
En octubre, el BCRA aún mostraba fuerte cobertura: personas humanas con egresos netos por USD 5.068 millones y compras netas de billetes por USD 4.196 millones (atesoramiento). Pero después, según cifras presentadas por autoridades del BCRA y citadas por medios, el atesoramiento se desplomó a USD 200 millones en noviembre, desde USD 4.600 millones en septiembre y USD 3.400 millones en octubre.
3) Diciembre 2025: cómo “cierra” el año electoral y por qué cambia el clima
El cierre de año consolida esa tendencia. A mediados de diciembre, el riesgo país llegó a tocar 555 puntos (mínimo desde julio de 2018) y cerró ese día en torno a 569, con el propio mercado atribuyendo parte del movimiento a señales de acumulación/compra de reservas y mejor precio de bonos.
En paralelo, el dólar se mantuvo dentro de las bandas. También el Gobierno colocó un bono en dólares por VN USD 1.000 millones, recibiendo USD 910 millones efectivos, con tasa implícita 9,26%.
En inversiones “confirmadas”, el RIGI ya exhibe números de aprobación: la Bolsa de Comercio de Rosario relevó USD 33.876 millones presentados y USD 15.739 millones aprobados (8 proyectos; 46,5% del total relevado). Eso no es promesa: es expediente aprobado.
Conclusión política: el “riesgo kuka” no fue una metáfora.
Fue una prima visible que subió cuando Buenos Aires sugirió freno o reversión, y bajó cuando octubre despejó el panorama. Diciembre lo termina de confirmar: riesgo país en zona 550–570, dólar más contenido dentro de bandas, proyectos RIGI aprobados y un regreso (aunque parcial) a la colocación de deuda que reabre el circuito de financiamiento. En Argentina, guste o no, la probabilidad de continuidad política sigue moviendo el precio del dólar y el costo del crédito.

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