Elegir un Asesor Financiero y/o de inversión es una decisión muy importante para cualquier empresa, persona o familia. Un buen asesor puede ayudarle a identificar sus objetivos, conocer su perfil de riesgo, establecer un plan o estrategia de inversión acorde para el logro de sus metas financieras, y generar crecimiento o protección patrimonial.También puede orientar en temas de gestión de riesgos, optimización de ingresos, decisiones crediticias y proyectos de inversión.
Sin embargo, muchas personas eligen no asesorarse, o consultan temas económicos y financieros con amigos que muchas veces no son idóneos, y tampoco tienen el “expertise” necesario para aconsejar profesionalmente.
Errores más comunes que se cometen al elegir un asesor financiero o patrimonial
1. Contratación de un Asesor sin independencia: Un asesor que solo trabaje bajo lineamientos de una institución financiera puede buscar asesorar solo dentro del espectro de productos o servicios de su Banco o Broker, independientemente que esta institución tenga las soluciones más adecuadas para usted. Si su asesor constantemente solo le ofrece productos, es probable que sea hora de encontrar otro que tenga mayor enfoque al cliente.
2. Elegir al primer Asesor que conozca: Tómese el tiempo para entrevistarse con varios asesores, antes de elegir la mejor opción para usted.
3. Tener un Asesor en la especialidad incorrecta: Dentro del campo financiero hay diversas especialidades, algunos asesores se especializan en la planificación financiera y de jubilación, en áreas de seguros y resguardo patrimonial, otros son consultores financieros para dueños de negocios o empresas (Finanzas Corporativas), otros están en divisiones de “portfolio management”, “trading” y bolsa; mientras otro grupo se especializan en productos bancarios y crediticios. Asegúrese de conocer las fortalezas de su asesor y si están alineadas con sus requerimientos.
4. No validar credenciales y referencias de otros clientes. Consulte sobre sus licencias y certificaciones: Existen asesores que tienen licencias para corretaje como Serie 6 o 7, Serie 63, 65 y 66 (FINRA). Otros se convierten en Planificadores Financieros CFP, CFA (Chartered Financial Analyst y Certified Financial Planner) Etc. Estas acreditaciones según el caso y el registro ante entes reguladores en los mercados de capital, validan las áreas de actuación y especialización del asesor o corredor.
5. Una buena marca financiera no implica necesariamente la asesoría apropiada: Importantes financieras como JP Morgan, Goldman Sachs, Barclays, Merrill, Morgan Stanley, etc. garantizan al cliente seguridad en sus depósitos y fondos, además de una amplia gama de soluciones de inversión y productos financieros, pero no necesariamente aseguran que estará debidamente atendido, estas firmas suelen enfocarse en inversores de grandes patrimonios y pueden poner en segundo plano al inversor medio o de menor capital.
6. No definir claramente los honorarios y como se generan: Hay asesores reciben sus comisiones por las transacciones directamente de los fondos de inversión o entidades para los que trabajan, otros que cobran a sus clientes por desempeño de sus inversiones y la gestión de capital (performance fees), y otros cobran por custodia y administración (asset management fees), incluso algunos pueden cobrar por visitas u horas de consultorías. Es importante aclarar esto al iniciar la relación.
Finalmente, así como es clave tener un buen mecánico para su auto o un buen médico para su salud, es muy importante elegir un asesor financiero que contribuya con sus consejos y orientación a fortalecer sus finanzas personales o empresariales y colabore a mejorar el rendimiento de su cartera de inversiones.
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