Elsa Schiaparelli. “Le gusta la ropa vieja, sobre todo los trajes. En realidad, ella es muy simple. Ningún diseñador es mejor ejemplo de buen gusto, elegancia y estilo” (Fuente: Photoplay)
En un artículo publicado en 1936 en la revista Photoplay, la diseñadora de moda italiana Elsa Schiaparelli le contó a Harold S. Kahn la clave para tener un estilo elegante y curado con un presupuesto reducido. Desde París, sus diseños modernos y atrevidos marcaron una época y cambiaron la forma en la que hoy vemos el diseño. Sus piezas valientes y su icónico color shocking pink, un fucsia desenfadado, la consagraron como uno de los grandes íconos de la historia de la moda.
A continuación, reproducimos los consejos de la italiana, que siguen enseñándonos sobre identidad y el arte del buen vestir con una vigencia sorprendente:
Una mujer puede vestirse dentro de sus posibilidades económicas y ser chic sin importar cuán limitado sea su ingreso. La mayoría de las mujeres son insensatas en cuestiones de ropa; compran demasiadas cosas creyendo que deben tenerlas. Eso incluso aplica a algunas estrellas de cine. Y cuando una mujer tiene un ingreso limitado, tiende a comprar muchas prendas baratas, y eso es un grave error.
El buen gusto es sumamente importante si deseás vestirte bien y causar una buena impresión, ya fuese en Hollywood o en cualquier otro lugar, y no importa si sos una estrella de cine famosa o una mecanógrafa desconocida. La última vez que estuve en Nueva York me sorprendió ver a mujeres con tapados de visón comprando bifes de cerdo. Debés tener un sentido de lo que es apropiado, y pensar con un poco de inteligencia en los lugares para los cuales vas a vestir tus prendas.
Siendo yo misma una mujer de negocios ocupada, como también una amante del cine, me enfrenté a un problema que estoy segura de que comparten muchas mujeres en Estados Unidos que «van a la oficina»: qué ponerse a la mañana para verse bien durante todo el día, incluso si eso implica ir a cenar o al cine después del trabajo con el mismo vestido. Descubrí que un buen traje resolvía ese problema. Es adecuado tanto para el trabajo como para entrevistas con personas importantes, y también resulta acorde si una decide ir al Ritz para almorzar. Evita el cambio constante de ropa durante el día, y el tiempo es oro para cualquiera que esté ocupada.
Uso trajes casi todo el tiempo. Me gustan; son prácticos en todo sentido, y mi consejo para una mujer trabajadora que desea vestirse siempre con estilo y cuyo ingreso es limitado es este: comprá un buen traje y viví con él, en lugar de llenar tu guardarropa con un montón de ropa barata. Que sea un buen traje entallado, bien confeccionado, de un material hermoso, y, por sobre todo, no tengas miedo de que te vean usándolo frecuentemente. La ropa de calidad, hecha con simplicidad, nunca pasa de moda, sin importar lo que te diga la moda. Por supuesto, no debe tener líneas excéntricas ni exageradas.
Usá tu traje para ir a trabajar, para ir a cenar, para ir al teatro; usalo veinticuatro horas al día, todos los días del año si fuera necesario, y si es un buen traje, siempre vas a verte arreglada y atractiva. Por otra parte, si tenés una gran variedad de ropa barata y te cambiás diez veces por día, nunca vas a verte chic; la baratura siempre se nota.
No hace mucho, una chica estadounidense vino a pedirme consejo acerca de su problema con la ropa. Me dijo: «Voy a Hollywood a trabajar en el cine; es importante que me vista bien para causar una buena impresión a las personas que espero conocer, pero mi sueldo es tan bajo que no puedo pagar el guardarropa que quisiera. ¿Cuál es la cantidad mínima de dinero que una debe gastar para verse bien?».
Voy a compartir los consejos que le di, porque creo que pueden ser útiles para muchas chicas y mujeres estadounidenses. Ya sea que quieras abrirte paso en Hollywood, impresionar a tu novio o dar una buena imagen a tu jefe en la oficina, estos consejos aplicarán a vos. No puedo dar cifras exactas, porque no conozco los precios actuales en Estados Unidos, pero sí puedo sugerir lo que en mi opinión constituye el guardarropa mínimo que una persona con ingresos limitados debería tener para vestirse con estilo.
Suponiendo que estás arrancando desde cero, empezá a armar tu guardarropa con un buen traje, y andá sumando lo que puedas: un buen abrigo, dos vestidos sencillos para la tarde o la cena, un vestido elegante de noche que sirva tanto para invierno como verano, y un abrigo de noche.
Para el primer vestido, sugiero un buen crepé con dos pañuelos diferentes para combinar con un abrigo negro con cuello de piel. En el caso del vestido de noche, agregá una chaquetita para las fiestas informales, y retirala para los eventos formales.
Para el invierno, deberías tener un abrigo de piel de tres cuartos, o si no podés pagar la piel, uno de tweed grueso. No sé cómo sea tu clima de verano, pero París es fresco y para un clima similar sugeriría un abrigo de tela de tres cuartos.
En cuanto a los zapatos, deberías tener como mínimo un par de oxfords, un par de zapatos de taco cubano, y unas sandalias de noche en dorado o plateado —duran mucho tiempo—.
Los zapatos no deben llamar la atención. No usés zapatos recargados con moños, adornos, perforaciones, etcétera. Un zapato, para ser verdaderamente elegante, debe ser lo más simple posible, con un taco que le quede bien a quien lo usa. Desapruebo completamente los tacos franceses exagerados que se ven tan seguido en Estados Unidos con ropa deportiva.
Si un taco bajo, que hoy se usa tanto, no queda bien en un pie con arco pronunciado, el efecto se puede reemplazar por un taco cubano. A veces, los pies están tan sobrevestidos, que no se puede saber qué otra cosa lleva puesta la persona. Las estadounidenses suelen cometer este error más que las mujeres de cualquier otro país.
Sin embargo, encuentro que las mujeres estadounidenses son las más fáciles de vestir del mundo porque reciben mucho aire fresco y hacen ejercicio. Esto aplica particularmente a las actrices. Pero, invariablemente, los pies y la cabeza de la mujer estadounidense promedio no reciben atención. Las mujeres pueden aprender de los hombres y ser más chic. Un hombre no pensaría en usar un zapato apretado o uno que no combinase con su traje.
Zapatos, sombreros, cartera y guantes son importantísimos y deben considerarse en conjunto. Todo debe combinar en color. Volviendo a nuestro guardarropa económico, deberías tener como mínimo dos sombreros: uno de fieltro para usar con los oxfords y una blusa sport; y con el mismo traje, una blusa elegante, un sombrero de vestir y zapatos de taco. Así podés ir a cualquier lugar a la tarde, incluso visitar a un magnate de Hollywood, si se diera la oportunidad. Todo es cuestión de buen gusto, no de dinero.
Las joyas baratas nunca deberían usarse, a menos que estés completamente segura de que te quedan bien. Las perlas, incluso las imitaciones, siempre están bien. Las joyas de oro sencillas y modernas también son siempre buena opción. Evitá los aros largos, salvo para la noche, y también las cuentas baratas como si fueran la peste. En general: mantené la sencillez; evitá los extremos, los acabados desprolijos, el exceso.
No subestimes el costo de una buena cartera, un cinturón de calidad, o guantes decentes. Es mucho mejor pagar cinco dólares por unos guantes que duren dos años, que gastar el doble en dos años comprando guantes de un dólar con cincuenta.
Un buen suéter también debería estar en el guardarropa de toda chica, por supuesto, para los fines de semana en el campo y el deporte en general.
Tratá de tener el mayor cuidado al elegir sombreros. Son el mayor problema en Estados Unidos, porque no se ajustan como los zapatos, como sí ocurre en Europa.
Ahora bien, ahí tenés un guardarropa completo que podés armar en pocos meses, aunque tengas un ingreso muy limitado, y que te durará dos años. Estas son las cosas que debés tener en mente siempre: comprar solo cosas buenas, no tener miedo de repetir la ropa, ignorar las modas pasajeras.
Si tenés ropa buena, de buen gusto, siempre vas a estar chic y podés ignorar las tendencias del momento. Recordá que no es necesario gastar una fortuna para verse atractiva y elegante; se requiere sorprendentemente poco dinero.
Solo se necesita buen gusto y criterio.
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