Editorial Copo de Nieve
Paulina Ríos, locutora nacional, periodista y actriz de doblaje, publicó su primer libro Garabatos de una nefelibata gracias a un concurso organizado por la editorial Copo de Nieve. Esta obra es una recopilación de poemas personales que comenzó a escribir cuando tenía 21 años. “Las escribí cuando estaba enamorada, y ahora, doce años después, vuelvo a ellas con otra mirada”, confiesa. En esta entrevista, Paulina reflexiona sobre esos textos y el proceso que significó para ella.
Nos encontramos en la cafetería Crisol Barrancas de Belgrano, donde Paulina llegó alrededor de las 15:30. Al entrar, me saludó cálidamente y juntas buscamos un lugar más cómodo dentro del local para conversar. Allí, comenzó a contarme sobre su obra: Garabatos de una nefelibata está dividido en tres partes —para ti, para mi abuela y para mí—, una forma de reunir y manifestar todas esas emociones universales que, según ella, todos sentimos en algún momento de nuestra vida.
-¿Cómo nació Garabatos de una nefelibata? ¿Fue pensado como un libro desde el inicio o fue una recopilación posterior?
Nació hace menos de dos años, pero surgió como una recopilación de pensamientos que fui escribiendo cuando estaba enamorada, desenamorada, cuando atravesé pérdidas… Durante esos momentos —que ocurrieron hace ya diez años— fui canalizando mis emociones y pensamientos por medio de la escritura. Entonces, lo que hoy es Garabatos de una nefelibata reúne todos esos textos en una forma poética, o —al menos— en una poética más moderna. Así fue como nació.
-¿Qué significa para vos el término “nefelibata” y por qué lo elegiste para el titular de tu obra?
Nefelibata es una palabra que tiene algo de personal. Si bien, en su definición estricta, se refiere a alguien que no se apercibe de la realidad, para mí significa algo más. Aunque reconozco que a veces me abstraigo del mundo, la palabra me remite, sobre todo, a mi infancia. Mi mamá solía decírmelo cuando era muy pequeña: “Vivís en un mundo de rosa”. Siempre lo asocié con una forma de ser soñadora, de andar con la cabeza en las nubes. Viene más por ese lado: el de una persona que sueña.
-¿Hay una historia detrás de los textos con fechas?
En realidad, quería fechar el momento en que estaba sintiendo tanto el amor, el desamor como la pérdida, que son las emociones que atraviesan la mayoría de los poemas con fecha. Quería expresar cómo me sentía en ese instante, cómo me estaba atravesando.
-En muchos textos se menciona la “vibra”, la energía, la conexión espiritual. ¿Hay una filosofía o forma de ver que te atraviese como escritora?
Hay un dicho de Gabriel García Márquez: “Uno es lo que lee, lo que consume, lo que ve y lo que come”. Yo consumí mucho por vivir. También hay una escritora de La Rioja que me encanta cómo escribe y tiene que ver con este mundo mágico, al igual que García Márquez o Borges. Me inspiré bastante en ellos, porque al fin y al cabo todo está conectado: el amor te hace ver la realidad de una forma mágica y, para mí, en el momento en que estaba enamorada, todo era así. Todo tenía magia.
Por eso siento que ese tema —la magia, la vibra— está muy presente: cuando atravesás el amor, sentís que estás en una nube, que el mundo es de color rosa y que todos están de buen humor. Es una energía positiva, pero creo que en realidad es uno mismo quien la irradia, porque se encuentra en ese estado.
-¿Cómo viviste el proceso de escribir sobre el dolor o las pérdidas? ¿Fue una forma de sanación?
Exactamente, fue una forma de sanación, una manera de hacer catarsis y de canalizar ese dolor, convirtiéndolo en poesía. Para mí no hay nada más sanador que transformar algo: una lección en algo bueno, una pérdida en resiliencia. En mi caso, es transformar el dolor en poesía.
-Aparecen elementos naturales constantemente: la nube, el viento, el fuego, el agua, la tierra. ¿Qué representa la naturaleza para vos en tu universo poético?
Como mencioné hace un momento, cuando uno está enamorado siente que está en el cielo, en una nube, y que está conectado con toda la naturaleza. Al fin y al cabo, la naturaleza te representa. En la mitología, representa todo. En el amor se experimenta una mezcla de emociones: el agua, por ejemplo, puede simbolizar esa conexión profunda, ya sea cuando estás enamorada, atravesando una pérdida o desenamorada. Todas esas emociones se entrelazan y pueden trasladarse a los elementos de la naturaleza. Cada etapa del amor y del desamor puede expresarse poéticamente a través de un paralelismo con ellos.
-En tu libro hay imágenes muy sensoriales: olores, texturas, colores. ¿Trabajás deliberadamente esa dimensión sinestésica o surge de manera espontánea?
Surgió de manera espontánea, porque lo que escribía era, en realidad, lo que sentía en ese momento. No lo hice de forma consciente, pero creo que estéticamente quedó lindo para los poemas y el libro. Era algo que, en ese instante, recordaba. En el último poema, por ejemplo, hablo de cómo los olores pueden hacerte recordar a alguien: un perfume, el aroma del café, el olor de una flor... pueden remitirte a una época o a una persona. Mi propósito es justamente ese: evocar una emoción o una sensación en quien lee.
-¿Cómo fue compartir estos textos con otras personas por primera vez? ¿Hubo miedo, pudor, entusiasmo?
Jamás hubo miedo. Lo que sí hubo, al principio, fue pudor —sobre todo frente a mi familia—, porque algunos poemas tienen que ver con la pasión, y eso los hace mucho más íntimos. Pero después pensé: “Mirá, al fin y al cabo, no solo lo va a leer mi familia, sino también otras personas”. Y eso también es una forma liberadora de sacar esas emociones.
-¿Estás trabajando en un nuevo proyecto literario? ¿Qué te gustaría explorar en el futuro?
Me gustaría escribir una novela. También me gustaría publicar otro libro de poesía y explorar el género narrativo. Siento que puede haber algo ahí.
Podés adquirir el libro en: https://www.editorialcopodenieve.com.ar/poesia/garabatos-de-una-nefelibata-paulina-rios
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