Esta palabra puede sonar un poco fuerte incluso asustar un poco. La realidad es que muchas personas portadoras de vagina sufren esta condición o pueden llegar a hacerlo en algún momento de sus vidas. No hay que temerle, solo ser consciente del tema para poder tratarlo.
Por definición, el vaginismo es "la contracción involuntaria de los músculos vaginales que provocan dolor en las relaciones sexuales". Es bastante simple detectar si una tiene vaginismo. Básicamente, te cuesta, te duele o se te hace imposible la penetración de cualquier tipo (pene, juguete o incluso un tampón) y/o los estudios ginecológicos. En crudo, no te entra nada o te entra muy poco y duele un montón. No es una enfermedad, tampoco un problema biológico, es simplemente, emocional. Puede que lo hayas tenido toda la vida o que aparezca después de algún suceso puntual, como por ejemplo, algún trauma relacionado a lo sexual o abuso psicológico, un parto, una seguidilla de hongos vaginales, entre otras cosas. Lo importante después de detectarlo es saber que tiene solución.
Tenemos que entender que biológicamente los cuerpos con genitalidad femenina están preparados para esto. Se encuentra el vaginismo primario, donde siempre has tenido estos síntomas y el vaginismo secundario, donde podías con normalidad ser penetrada pero después de un suceso (o un conjunto de sucesos) no podés más. La solución a ambos casos es una recurrir a una especialista en suelo pélvico y tener una terapia sexología que acompañe el proceso.
El tratamiento consiste en la hidratación, dilatación y la desensibilización de la entrada vaginal. Es como ir al kinesiólogo algunas sesiones para re-fortalecer cierta zona solo que esta zona, es la vagina. Se utilizan dilatadores, que se consiguen en cualquier sex shop ya que no solamente venden juguetes sexuales sino que también disponen de elementos para la salud sexual. No tienen cumplen la función de un pene o de masturbar, son una serie de elementos de distinto tamaño que se utilizan para ser introducidos (gradualmente) en la vagina para dilatar la zona. Con lubricante o gel y -el método de pausa-, se inserta el primer nivel hasta llegar al último, en lo que una vaya progresando en cada sesión. También, hay un “masajeador” que es un vibrador para descontracturar las paredes vaginales con distintos ritmos de vibraciones. Se puede sumar también, plugs para el ano, ya que toda esa zona esta conectada y ayuda a la apertura. Hay otros aparatos que la persona que te acompañe y guíe en estas sesiones puede introducir, para ayudar a ejercitar el Músculo PC con los Ejercicios de Kegel y para dilatar la zona. Sumado a esto, lo ideal sería que una tenga que hidratarse y hacerse masajes en la entrada vaginal diariamente y acompañarlo con terapia.
Es esencial ocuparse de sanar esto ya que no solo pasa por una cuestión sexual sino que también, médica. El no poder realizar estudios ginecológicos debido a esto, puede afectar tu salud.
El vaginismo no es un problema realmente físico, hay una cuestión física que genera que una no pueda ser penetrada o ponerse un tampón pero el origen es algo emocional y psicológico, donde una está cerrada o bloqueada emocionalmente por ende se dificultan muchas prácticas sexuales , médicas o naturales. Muchas veces no sabemos bien de dónde proviene ya que sentimos que nacimos con esto y que lo tenemos desde siempre y no conocemos otra sensación. A veces hubo sucesos de abuso psicológico, comentarios o violencia en nuestra infancia que nos hicieron sentir menos merecedoras de amor y confianza, por ende, nos cerramos. Hay un montón de razones posibles por las cuales podemos tener vaginismo , lo importante es ocuparse del tema porque si tiene solución. No estás mal, ni sos menos mujer ni estas inhabilitada. Solo necesitas desbloquear ciertos pensamiento, buscar ayuda y acompañamiento.
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