Argentina y Bangladesh son dos países geográficamente muy distantes y con una diferencia cultural abismal. Sin embargo, como se demostró durante la Copa Mundial de la FIFA en Qatar, existe una pasión deportiva en común. El seleccionado nacional bangladesí nunca ha clasificado para una Copa Mundial, pero su corazón está en la albiceleste.
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Festejos en Dacca[/caption]
Este último campeonato de la FIFA, donde Argentina resultó ganadora, ha tenido un impacto en la política exterior argentina. El actual canciller argentino Santiago Cafiero viajó el pasado 27 de febrero a la capital de Bangladesh, Dacca, convirtiéndose en el primero de los ministros de relaciones exteriores argentinos que visita aquel país. Cafiero no viajó solo, sino que desde Cancillería, se aprovechó la inauguración de la nueva embajada para llevar a cabo una misión comercial oficial. De la misma, participaron empresas nacionales con el objetivo de desarrollar el pilar comercial de la relación bilateral.
El comercio bilateral con Bangladesh ya ha venido experimentando crecimiento en los últimos años. En el 2021, Argentina vendió a Bangladesh USD 876 millones en aceite y harina de soja, además de maíz y trigo, con un superávit comercial de USD 862 millones (El Pais, 2023). En el 2022, se registró un superávit comercial para Argentina de USD 720,8 millones. Ese mismo año el intercambio con Bangladesh fue de USD 765 millones. Las exportaciones argentinas alcanzaron USD 742,9 millones y las importaciones desde Bangladesh totalizaron USD 22,1 millones (Ministerio de Relaciones Exteriores, Información para la Prensa Nº 088/23).
Anteriormente, Argentina había tenido una embajada en Dacca, pero su existencia fue efímera. La Misión Diplomática Permanente había sido habilitada durante el tercer gobierno de Juan Domingo Peron en 1973 y oficialmente inaugurada en 1974, pero fue prontamente cerrada en 1978 por el régimen militar. Argentina había sido uno de los primeros países en reconocer la independencia de Bangladesh, declarada en marzo de 1971.
Además de consolidar a Bangladesh como mercado de exportaciones argentinas (Bangladesh es el octavo país más poblado del mundo con 170 millones de habitantes), se busca promover la cooperación satelital, en el ámbito deportivo, ayuda humanitaria y gestión de desastres.
Para sorpresa de muchos, los puntos de contacto entre ambos pueblos son anteriores al establecimiento de las relaciones diplomáticas en 1972. En 1924, el ganador del premio nobel Rabindranath Tagore viajó a Argentina donde forjó una amistad con la escritora argentina Victoria Ocampo. Más tarde, durante la guerra de independencia de Bangladesh y Pakistán en 1971, el conflicto se hizo eco en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. En ese entonces, Argentina ocupaba un asiento como miembro no permanente y jugó un rol importante en evitar que el conflicto cayese bajo la lógica este-oeste de guerra fría. El tema pudo ser finalmente tratado en la Asamblea General frente al bloqueo en el Consejo de Seguridad.
Sin embargo, la fecha clave en la historia de amistad entre ambos pueblos fue 1986 cuando durante la Copa Mundial de la FIFA en México, Argentina enfrentó a Inglaterra. Fue el gol de Maradona conocido como “la mano de Dios” el que despertó una fuerte efervescencia en el pueblo bangladesí. La península de Indostán (conformada por los actuales India, Pakistán y Bangladesh, principalmente) había estado bajo dominio de la Corona británica.
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Conductora de televisión bangladesí[/caption]
De esta manera, podemos ver como la contribución argentina en poner fin a la guerra de independencia en Bangladesh y el fervor del pueblo bangladesí tras la derrota inglesa en la Copa Mundial de la FIFA de 1986, marcan una relación bilateral reivindicadora del Tercer Mundo, la solidaridad poscolonial y de los comienzos de lo que hoy conocemos como “cooperación sur-sur” institucionalizada. La cooperación entre ambos países se encuadró dentro de foros internacionales como el Movimiento de Países No Alineados y el G-77.
Como se mencionó anteriormente, el intercambio comercial con Bangladesh viene experimentado notable crecimiento en la última década y la proyección de su potencial se presenta prometedora. Las regiones de Asia Meridional y el Sudeste Asiático adquieren dinamismo y han estado en la mira de la Cancillería argentina desde, al menos, la década de 1990 con una fuerte estrategia de despliegue sobre estos mercados para aumentar las exportaciones argentinas. Se tratan de países altamente poblados, que tienen grandes necesidades de abastecimiento interno. Argentina tiene una fuerte presencia diplomática en estos países. En el Sudeste Asiático hay embajadas en Filipinas, Indonesia, Malasia, Tailandia, Singapur, Vietnam; mientras que en el Asia Meridional hay misiones en India, Pakistán, y desde ahora, en Bangladesh. Las relaciones con estos grupos de países pasan, en gran parte, por su componente comercial. India y Vietnam, son dos grandes socios comerciales de Argentina, fluctuando entre los primeros 6 puestos anualmente. El continente asiatico en general, no solo es el principal mercado de exportaciones para Argentina, sino que también lo es para el Mercosur. El 52% de las exportaciones del bloque fueron hacia Asia, frente a los socios occidentales (un 18% hacia Europa y un 14% hacia América del Norte) (Informe Técnico de Comercio Exterior del Mercosur, 2021).
Como conclusión, estamos en condiciones de afirmar que, la reapertura de la embajada argentina en Dacca, apunta a fortalecer aún más, la estrategia comercial hacia el mercado asiatico, aprovechando algo que, a simple vista, parece tan ajeno a la política, como es la afición deportiva. Asimismo, Bangladesh, permite a Argentina consolidar su presencia en el Asia Meridional, ampliándose más allá de India (anteriormente, el embajador designado en Nueva Delhi era concurrente también en Dacca). Es en esta región del mundo, por donde pasan las principales rutas comerciales marítimas, y Argentina busca posicionarse de forma más robusta.
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