Presupuesto para una "rampa"
Es común que me comenten que necesitan hacer una "rampa" en el edificio y pedir que vaya al lugar a ver, pasar un presupuesto y hacer "la obra".
QUÉ OBRA? es la primera pregunta que me surge, y debiera surgirle a alguien que pretende encarar una materialización sin analizar posibilidades.
Este es el primer error en el que caen una y otra vez muchas personas, comúnmente los consorcios.
Piden un presupuesto por algo que no se comprobó si puede hacerse. Llaman a profesionales sin conocimiento en la temática de accesibilidad, o las más de las veces directamente se contactan con personas que ejecutan los trabajos, sin hacer previamente un análisis de qué posibilidades ofrece el espacio a intervenir.
Por qué?
Los motivos son infinitos, citando los más comunes:
. DESCONOCIMIENTO
. SUBESTIMACIÓN: para una rampita tanto lío?
. FALSO AHORRO: pagar por un informe?!
(Aclaración importante: el informe de factibilidad representa aproximadamente menos del 5% de lo que esas obras mal ejecutadas cuestan, y son definitivas)
. FALTA DE EMPATÍA: si bien es una palabra que se puso muy de moda, su falta pone en evidencia las infinitas estrategias y postergaciones para llevar a cabo un análisis.
Y LUEGO DE LA EJECUCIÓN DE ALGO NO PENSADO Y QUE NO LE FUNCIONA A NADIE, salvo a los skaters del barrio, llegan los dolores de cabeza, el dinero mal invertido, y denuncias ante organismos competentes.
El primer y mejor paso es asesorarse en el tema y contactar un especialista que evalúe las posibles alternativas para generar ACCESIBILIDAD.
Existen una serie de puntos importantes a relevar para que se cumpla una accesibilidad efectiva acorde a lo solicitado, y a lo que las normativas vigentes establecen y permiten. Además, es imprescindible tener en cuenta no sólo aspectos TÉCNICOS, sino LEGALES, ECONÓMICOS, y ESTÉTICOS (que no son menores).
Por eso, antes de llevar a cabo cualquier obra, es fundamental ANALIZAR FACTIBILIDAD incluyendo posibles ALTERNATIVAS con su respectiva ESTIMACIÓN ECONÓMICA.
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