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Chile gira a la derecha: José Antonio Kast ganó el balotaje y será el próximo presidente

Por Uriel Manzo Diaz

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Chile habló —y lo hizo fuerte. Con casi el 60 % de los votos, José Antonio Kast se impuso en la segunda vuelta presidencial frente a Jeannette Jara y se convirtió en el presidente electo del país. El líder del Partido Republicano reemplazará a Gabriel Boric en el Palacio de La Moneda a partir del 11 de marzo de 2026, en una elección marcada por voto obligatorio, alta participación y una polarización que atravesó toda la campaña.

El resultado no solo define un ganador: redefine el clima político chileno.

¿Quién es José Antonio Kast?

José Antonio Kast es abogado, exdiputado y una de las figuras más persistentes de la derecha chilena contemporánea. Esta fue su tercera candidatura presidencial. En 2021 perdió el balotaje frente a Boric, pero lejos de retirarse, reconstruyó su espacio político, fundó y consolidó el Partido Republicano y esperó su momento.

Ese momento llegó con un país cansado: inseguridad percibida en alza, crisis migratoria, desaceleración económica y un gobierno saliente con bajos niveles de aprobación. Kast leyó ese contexto con precisión quirúrgica.

Ideológicamente, se ubica en una derecha conservadora, con énfasis en orden, seguridad, mercado y valores tradicionales. Sin embargo, a diferencia de campañas anteriores, moderó el tono. Bajó el volumen de la “batalla cultural”, evitó promesas de shock inmediato y se mostró más presidencial. No cambió de ideas; cambió de estrategia. Y funcionó.

Una elección atravesada por el hartazgo

El balotaje no fue solo Kast contra Jara. Fue continuidad versus cambio de signo. El oficialismo intentó ampliar su base con giros discursivos hacia posiciones más conservadoras, pero llegó tarde y con poco margen. El desgaste del gobierno de Boric pesó más que cualquier ajuste de campaña.

Kast, en cambio, logró unificar a la derecha tradicional, atraer sectores desencantados y capitalizar parte del voto protesta. La incógnita del electorado del Partido de la Gente terminó jugando, directa o indirectamente, a su favor.

Los ejes fueron claros: seguridad, migración y economía. Temas simples, concretos, cotidianos. Cuando la política se vuelve abstracta, el miedo suele ser más eficaz que la épica. Kast entendió eso mejor que nadie.

Seguridad y migración: el núcleo duro del triunfo

Aunque los datos muestran una baja sostenida en la tasa de homicidios, la percepción social va en sentido contrario. Y en política, la percepción manda. Kast construyó su narrativa sobre ese malestar: más control, fronteras más firmes, expulsiones, orden.

En migración, apuntó directo a una herida abierta. El ingreso masivo —regular e irregular— de extranjeros, especialmente desde Venezuela, se convirtió en un tema sensible. Prometió mano dura y soluciones rápidas, un mensaje que encontró eco en amplios sectores de la sociedad.

No es casualidad: cuando el Estado parece perder control, el electorado suele buscar autoridad.

El nuevo escenario político: gobernar no será sencillo

La victoria es clara, pero el poder real será más complejo. El Congreso queda fragmentado, con mayorías ajustadas y actores clave como el Partido de la Gente, que promete una oposición dura y sin cheques en blanco.

Chile, además, tiene reglas exigentes: para reformas estructurales se necesitan amplios consensos. Kast tendrá que negociar, ceder y administrar expectativas. Su mayor desafío no será ganar elecciones —eso ya lo hizo— sino demostrar que puede gobernar sin profundizar grietas.

Política exterior y Argentina: señales iniciales

En materia internacional, Kast ya dejó una definición: buscará una relación fluida con Argentina y destacó su vínculo con Javier Milei. Es una señal política clara, aunque aún vaga en contenido. La pregunta no es si habrá buena sintonía personal, sino si habrá coordinación estratégica en un contexto regional inestable.

Un triunfo claro, un futuro abierto

El triunfo de José Antonio Kast no es un accidente ni un rayo en cielo despejado. Es el resultado de un ciclo político que se agota, de demandas sociales insatisfechas y de una derecha que aprendió de sus errores.

Chile eligió orden frente a incertidumbre. Ahora viene la parte difícil: transformar promesas en políticas, firmeza en gobernabilidad y discurso en resultados. La historia reciente muestra que ganar con claridad no garantiza gobernar con éxito.

El giro está hecho. El desenlace, todavía, está por escribirse.

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Uriel Manzo Diaz

Uriel Manzo Diaz

Hola! Mi nombre es Uriel Manzo Diaz,
actualmente, estoy en proceso de profundizar mis conocimientos en relaciones internacionales y ciencias políticas, y planeo comenzar mis estudios en estos campos en 2026. Soy un apasionado por la política, la educación, la cultura, los libros y los temas internacionales.



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