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China e India hoy: Qué está pasando y por qué nos importa

Por Miami Strategic Intelligence Institute

China e India hoy: Qué está pasando y por qué nos importa

René F. Bolio, Presidente de la Comisión Mexicana de Derechos Humanos

China y la India son los dos gigantes de Asia, pero hoy se mueven en direcciones distintas. India, una democracia con población joven, está ganando velocidad y atrayendo inversión. China, un régimen de partido único comunista (una dictadura), muestra signos de enfriamiento: problemas inmobiliarios, población que envejece y choques comerciales con Occidente. Esa divergencia reacomoda el comercio mundial, las cadenas de suministro y la política internacional—y toca de cerca a Estados Unidos y a América Latina.

Las trayectorias de ambos países son divergentes, al día de hoy podemos observar el sentido claramente:

India al alza (democracia): Crece de forma sólida, apoya infraestructura, digitalización y manufactura, y aprovecha el interés de empresas que buscan “no poner todos los huevos en la canasta china”. Su gran ventaja es demográfica: más jóvenes entrando al mercado laboral y una clase media en expansión. La India es la mayor democracia del mundo, con muchos retos por delante, pero sus elecciones libres, el multipartidismo son ejemplo de que la democracia funciona, a pesar de los enormes retos poblacionales, lingüísticos, religiosos y raciales.

China a la baja (dictadura): Mantiene músculo industrial, pero lidia con un ajuste largo del sector inmobiliario, menor confianza del consumidor y población en declive. Las tensiones con EE. UU. y Europa (aranceles y controles tecnológicos) añaden fricción. La fuerte represión a la población china, el espionaje y la falta de libertad complica mucho el escenario, dependiente de un frágil bienestar económico.

Con diversos indicadores, observamos cómo cada uno mantiene su ruta:

  • Crecimiento: India se mantiene entre las grandes economías que más crecen. China todavía crece, pero a ritmos menores que hace una década.

  • Empleo y salarios: India necesita transformar empleos informales en formales y crear más puestos industriales; aun así, la llegada de nuevas inversiones ayuda. En China, los jóvenes tienen más dificultades para encontrar trabajo que antes.

  • Demografía: India suma trabajadores; China ya empezó a perder población y envejece rápido.

  • Tecnología y manufactura: China sigue fuerte en cadenas avanzadas (baterías, energía solar, electrónica), aunque con más barreras en Occidente. India avanza en servicios digitales, farmacéutica y, poco a poco, en fábricas de electrónica y autos.

Mientras tanto, la relación entre ambos gigantes, vecinos rivales y socios no es sencilla. El comercio sí fluye: India compra muchos insumos chinos (electrónica, químicos, equipos). Pero la confianza estratégica es limitada por choques fronterizos y competencia por liderazgo regional. Resultado: interdependencia económica con prudencia política.

En los últimos tiempos, Estados Unidos y, en parte, Europa han subido aranceles a productos chinos (autos eléctricos, semiconductores, energía solar, metales). Esto encarece la entrada de esos bienes a Occidente, acelera el “desvío” de producción hacia terceros (Sudeste Asiático, México, India), y empuja a China a buscar más clientes en Asia, África y América Latina.

Para India hay un efecto mixto: gana oportunidades de inversión y exportación, pero depende de insumos chinos que también pueden encarecerse.

Las relaciones con los Estados Unidos han cambiado, y aún no toman un carácter definitivo, están en constante evolución, veamos:

China: Rivalidad abierta en comercio y tecnología. Washington busca reducir riesgos: Menos dependencia en sectores críticos y controles sobre chips y equipos avanzados.

India: Vínculo en ascenso: más diálogo en seguridad del Indo-Pacífico, cooperación en defensa y tecnología, y empresas estadounidenses instalando parte de su producción en India. Hay roces puntuales (aranceles, normas), pero la dirección general es de acercamiento. El acercamiento a Rusia por la compra de petróleo barato ha tenido como consecuencia sanciones arancelarias, pero no suficientes para definir un realineamiento.

En el caso de América Latina, veamos cómo será en estos nuevos tiempos

Con China:

La región ha contado con China como gran comprador de materias primas (soya, minerales, petróleo) y como financiador/constructor de infraestructura. Las nuevas barreras en Occidente pueden llevar a más presencia china en Latinoamérica, buscando mercados y alianzas políticas. También crece el interés por instalar partes de la cadena (por ejemplo, autos eléctricos o baterías) donde haya tratados con EE. UU. — México es un caso claro por el T-MEC. Además de promover una constante colonización de las naciones en la región.

Con India:

Aún es un socio menor para la región, pero va ganando espacio en farmacéutica, servicios digitales y autopartes. Varios países latinoamericanos exploran acuerdos para atraer inversiones indias y diversificar exportaciones (no solo commodities).

En materia política:

China cultiva relaciones con gobiernos de distinto signo y usa bancos estatales para generar deuda, y empresas públicas con dumping como palanca. India privilegia la cooperación técnica (salud, TI, educación) y foros comerciales, con menos condiciones políticas visibles. Para América Latina, la diversificación entre ambos puede traducirse en mejores precios y más inversión, si se cuidan la calidad de proyectos y las reglas de juego.

El grupo BRICS (iniciado por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) se amplió para ganar peso del “Sur Global”. China impulsa un BRICS más activo (finanzas e infraestructura). India participa, pero con cautela, porque también valora su cercanía con Occidente. Para América Latina, Brasil juega de puente, y otros países observan si el bloque ofrece créditos, mercados o proyectos concretos.

Lo que se puede esperar en los próximos tiempos en esa región del mundo tendrá trascendencia mundial, y observaremos de cerca el desarrollo de cada uno en los ámbitos económicos, políticos y sociales.

La democracia india está en una fase de ascenso económico y geopolítico que la acerca a Estados Unidos y despierta interés en América Latina. La dictadura china conserva capacidades industriales enormes, pero atraviesa un periodo de ajuste con más barreras en Occidente y dudas internas. La relación entre ambas—hecha de comercio intenso y desconfianza estratégica—será una de las fuerzas que definan cómo se reordenan el comercio y la política mundial… y dónde se crean los empleos del futuro en nuestra región, que elegirá entre alianzas y complicidades.

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El Instituto de Inteligencia Estratégica de Miami LLC (MSI²) es un think tank conservador, independiente y privado, especializado en análisis geopolítico, investigación de políticas, inteligencia estratégica, capacitación y consultoría. Promovemos la estabilidad, la libertad y la prosperidad en América Latina, a la vez que abordamos el desafío global que plantean la República Popular China (RPC) y el Partido Comunista Chino (PCCh).
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