Las flores "No me olvides" sirven como símbolo de la Comunidad Armenia para recordar el genocidio que sufrieron en 1915
No me olvides: 110 años del genocidio armenio
Me di cuenta, a pesar de todo, que en medio del invierno había dentro de mí un verano invencible.
Albert Camus, El Verano
El viejo fanatismo esporádico del odio religioso había sido hábilmente pervertido en el fanatismo frío y constante del odio nacional.
Franz Werfel, Los cuarenta días del Musa Dagh
Este 24 de abril se cumplen 110 años del comienzo del genocidio armenia. En 1915, en el contexto de la Primera Guerra Mundial, los Jóvenes Turcos, quienes en ese momento ostentaban el poder en el Imperio Otomano, iniciaron una campaña de exterminio contra la población armenia del Imperio, que habitaba la región de Anatolia. Se calcula que alrededor de un millón de hombres, mujeres y niños inocentes fueron masacrados en lo que fue considerado como el primer genocidio del siglo XX.
La pulsión de exterminio de los jóvenes turcos se explica en un contexto de mayor hostilidad hacia las minorías culturales y religiosas que habitaban el Imperio Otomano. Los armenios eran una minoría cristiana en un Imperio de mayoría musulmana. Si bien durante varios siglos el pago de un impuesto los protegía de la discriminación estatal, la cercanía espiritual que los armenios mantenían con el Imperio Ruso los convirtió, junto a los griegos, en los enemigos principales del Estado turco. La campaña de hostilidad hacia los armenios se convirtió en una campaña de exterminio donde los turcos iniciaron campañas de deportación de armenios.
Se calcula que alrededor de un millón de armenios fueron masacrados en el marco de este genocidio. En medio de la Primera Guerra Mundial, esta masacre fue ignorada por prácticamente la totalidad de la comunidad internacional. A excepción de la Marina francesa y el periodista estadounidense Leslie Davis, prácticamente nadie se preocupó por salvar al pueblo armenio.
Luego de finalizada la Primera Guerra Mundial, durante la Conferencia de París que tuvo lugar en 1919 para resolver las controversias que quedaron pendientes entre los Estados beligerantes, nadie manifestó su intención de juzgar a los oficiales turcos responsables del genocidio.
Sin embargo, sería paradójicamente un escritor austríaco, Franza Werfel, que sirvió en el Ejército austro-húngaro durante la Gran Guerra hasta que fue apartado por su pacifismo, quien escribiría Los cuarenta días del Musa Dagh, la que probablemente sea la obra que inmortalizó la resistencia armenia durante el genocidio. Werfel elaboró su obra a partir de testimonios de sobrevivientes, a quienes pudo entrevistar durante su viajes a Medio Oriente. Si bien en la novela no aparece el término genocidio-no sería acuñado hasta décadas después- la crudeza de los relatos sobre el nivel de crueldad que puede alcanzar el ser humano estremecieron a sus lectores. A pesar de los intentos del gobierno turco por censurar esta obra, Los cuarenta días del Musa Dagh, se convirtió en uno de los libros más importantes del siglo XX.
En 1938, la Alemania nazi anexaría Austria. Werfel, que era judío debió exiliarse primero en Francia y después en Estados Unidos, donde falleció en 1946. Su obra sobre la resistencia armenia sirvió de inspiración para los judíos del ghetto de Varsovia que finalmente se alzaron contra la Alemania nazi el 19 de abril de 1943.
A pesar de que las víctimas del genocidio armenio nunca obtuvieron justicia, el jurista polaco Raphael Lemkin se inspiró en esta masacre para acuñar el término que sería codificado en la Convención para la Prevención y la Sanción del Genocidio de 1948, que tiene como objetivo que hechos como el holocausto y el Genocidio Armenio no vuelvan a repetirse.
Todos los 24 de abril, las flores "No me olvides" nos recuerdan la importancia de reflexionar sobre la dignidad humana y la importancia de recordar las vidas inocentes que fueron destruídas por el nacionalismo virulento.
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