21/11/2024 - politica-y-sociedad

De Blockbuster a Netflix: La economía de la suscripción y el valor de los datos

Por Milton De Renzo

De Blockbuster a Netflix: La economía de la suscripción y el valor de los datos

En los últimos años, las empresas han transformado radicalmente su modelo de negocios: dejaron de enfocarse en la venta de productos y pasaron a ofrecer servicios basados en suscripciones mensuales. Este cambio no solo ha modificado cómo consumimos, sino que también ha dado lugar a una economía digital donde los datos de los usuarios se han convertido en el recurso más valioso. Un ejemplo paradigmático de esta transición es el reemplazo de los videoclubes, como Blockbuster, por plataformas como Netflix, que ofrecen acceso ilimitado a series y películas a cambio de una cuota mensual.

Navegando por YouTube, el canal Trending Tony llamó mi atención con un análisis sobre empresas que han adoptado este modelo. Desde aplicaciones de música como Spotify hasta softwares que antes se compraban en paquetes y ahora son accesibles solo mediante suscripciones (como Adobe Creative Cloud), el fenómeno abarca múltiples sectores. La tendencia es clara: las empresas buscan fidelizar clientes mediante servicios continuos, pero con una condición adicional y menos visible: el intercambio constante de datos personales.

En su libro Homo Deus: Breve historia del mañana, el historiador israelí Yuval Noah Harari arroja luz sobre cómo los datos moldean el futuro del mercado y la humanidad. Publicado en 2015, este best seller explora cómo la inteligencia artificial y el big data están redefiniendo nuestras relaciones económicas y sociales. Harari, profesor en la Universidad Hebrea de Jerusalén, argumenta que los datos han tomado el rol que antes tenían los bienes de consumo, consolidándose como el principal motor del capitalismo contemporáneo.

De acuerdo con Harari, en la era de la información, el valor de los datos radica en su capacidad para predecir y moldear el comportamiento humano. Esto se vincula directamente con el modelo de suscripción: cuando un usuario elige pagar por un servicio mensual, la empresa no solo gana ingresos recurrentes, sino también un flujo constante de información sobre sus hábitos de consumo, preferencias y tiempos de uso. Netflix, por ejemplo, utiliza algoritmos avanzados para analizar lo que vemos, durante cuánto tiempo y en qué momento pausamos un capítulo. Estos datos no solo permiten optimizar recomendaciones, sino que también son esenciales para el diseño de contenido original que garantiza la permanencia de los usuarios en la plataforma.

El concepto de "dataísmo" que introduce Harari cobra relevancia aquí. Esta nueva religión secular, como él la denomina, posiciona el flujo de datos como la esencia de todas las formas de vida y actividad económica. Las empresas de suscripción, lejos de ser simples proveedoras de servicios, se convierten en intermediarias de este flujo, obteniendo información crítica que pueden monetizar o utilizar para consolidar su dominio en el mercado.

El modelo también plantea interrogantes éticas. ¿Qué sucede con la privacidad del usuario? Mientras los consumidores disfrutamos de la conveniencia de un acceso ilimitado, la información que cedemos a cambio está en manos de grandes corporaciones cuya transparencia a menudo es cuestionable. En Argentina, donde la digitalización avanza rápidamente, las empresas locales comienzan a replicar estas prácticas. Plataformas de streaming nacional, aplicaciones de delivery y servicios de almacenamiento en la nube ya operan bajo el mismo principio: fidelización por suscripción, sustentada en la recolección de datos.

Sin embargo, este modelo también transforma nuestra experiencia subjetiva, un tema que aborda el filósofo surcoreano Byung-Chul Han en La agonía del eros, publicado en 2012. Han, profesor en la Universidad de las Artes de Berlín y reconocido crítico del capitalismo contemporáneo, explora en este ensayo cómo la lógica neoliberal y tecnológica erosiona nuestra capacidad de desear. Según Han, en una sociedad regida por el consumo instantáneo y el acceso ilimitado, el deseo profundo, que requiere tiempo y misterio, queda relegado. En el modelo de suscripción, donde todo está al alcance de un clic, el acto de esperar o anhelar pierde su valor.

Han escribió La agonía del eros como una advertencia frente a un mundo donde las relaciones humanas y nuestra subjetividad son colonizadas por dinámicas de mercado. En este contexto, las suscripciones no solo son un mecanismo económico, sino también una herramienta de control emocional y psicológico. El consumo continuo elimina el espacio para la reflexión, transformándonos en usuarios permanentemente ocupados, pero desconectados del deseo genuino.

La pregunta central es: ¿qué implica esta transición para nuestra subjetividad? Por un lado, como plantea Harari, estamos ante un sistema donde el flujo de datos define el poder y las relaciones económicas. Por otro lado, como advierte Han, este modelo amenaza con vaciar de sentido nuestra capacidad de desear, creando una sociedad cada vez más superficial y homogénea.

En última instancia, el modelo de suscripción representa mucho más que un cambio en la forma de consumir. Es un fenómeno que redefine las relaciones económicas, políticas y emocionales, marcando el rumbo de una humanidad atrapada entre la seducción del acceso ilimitado y la pérdida de su autonomía. ¿Estamos preparados para enfrentar las consecuencias de este cambio? La reflexión queda abierta.

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Milton De Renzo

Apasionado por la temática vinculada a las RR.II. Escritor de novelas con contenido político como hobbie.

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