Por José Adán Gutiérrez, miembro sénior, MSI² Rafael Marrero, Fundador y Director Ejecutivo, MSI²
Puntos principales
● Las elecciones de noviembre de 2025 determinarán si Honduras continúa bajo el gobierno reformista de Libre, aunque plagado de escándalos, si cambia al liderazgo del conservador Partido Nacional o si elige una alternativa reformista centrista. Cada decisión tendrá distintas implicaciones para la política nacional, las alianzas regionales y los vínculos con Estados Unidos y China.
● La influencia de China se ha expandido rápidamente desde que Honduras reconoció a la República Popular China en 2023, lo que convierte la alineación con su política exterior en un tema electoral y estratégico central. Los resultados electorales podrían consolidar la presencia de Pekín o reorientar su postura hacia posiciones alineadas con las de Estados Unidos.
● El Estatus de Protección Temporal (TPS) para aproximadamente 80,000 hondureños en Estados Unidos expirará a la espera de los resultados judiciales. La gestión que Washington haga del TPS, junto con la cooperación en materia de seguridad y economía, influirá significativamente en la estabilidad de Honduras y la orientación de su política exterior. La política estadounidense hacia Honduras debe equilibrar las firmes expectativas en materia de anticorrupción, gestión migratoria y cooperación en seguridad con una flexibilidad pragmática, en particular en lo que respecta al TPS, para evitar la desestabilización económica y reducir el atractivo de las propuestas chinas.
● La presencia militar estadounidense en la Base Aérea Soto Cano sigue siendo un pilar fundamental de la cooperación bilateral en materia de seguridad, otorgando a Washington una importante influencia y sirviendo también como símbolo de los debates sobre soberanía en la política hondureña.
Resumen ejecutivo
Honduras se acerca a un momento político decisivo. Las elecciones de noviembre de 2025 siguen a cuatro años turbulentos bajo la presidencia de Xiomara Castro, cuya victoria en 2021 puso fin a 12 años de dominio del Partido Nacional. El gobierno de Castro ha logrado avances en seguridad, salud y atracción de inversión extranjera —especialmente mediante su acercamiento con la República Popular China (RPC)—, pero se ha visto empañado por escándalos de corrupción y polarización política.
Este documento examina la evolución política de Honduras desde el golpe de 2009 hasta el presente, perfila a los candidatos viables para las elecciones de 2025 y evalúa lo que cada posible desenlace significaría para la gobernanza interna, las relaciones regionales y los vínculos tanto con Estados Unidos como con China. También analiza temas clave —corrupción, migración, derechos humanos, narcotráfico— y la persistente presencia militar estadounidense en Soto Cano. Se destaca además la expiración del Estatus de Protección Temporal (TPS) para los hondureños en EE. UU. como un tema crítico en lo económico y lo diplomático.
1. Introducción
La trayectoria de la política interna y exterior de Honduras está en plena transición. Las elecciones de noviembre de 2025 determinarán si el país continúa en la senda reformista actual o si gira hacia una restauración conservadora. El resultado tendrá repercusiones directas en las relaciones entre EE. UU. y Honduras, en los alineamientos regionales en Centroamérica y en el equilibrio estratégico entre Washington y Pekín en el hemisferio (Americas Quarterly, 2024; Banco Mundial, 2024).
2. Contexto histórico (2009–2021)
El golpe de Estado de junio de 2009 derrocó al presidente Manuel “Mel” Zelaya, dando inicio a 12 años de gobierno del Partido Nacional (PN) bajo Porfirio Lobo y Juan Orlando Hernández (JOH) (Booth et al., 2023). Este periodo se caracterizó por la creciente captura del Estado por parte del crimen organizado; fiscales estadounidenses describieron al Honduras de Hernández como un “narcoestado” (Departamento de Justicia de EE. UU. [DOJ], 2024). La reelección de Hernández en 2017, facilitada por una reinterpretación constitucional, desató protestas nacionales y fue ampliamente condenada por observadores internacionales (Freedom House, 2024).
En 2021, Xiomara Castro, del partido Libertad y Refundación (Libre), ganó la presidencia con el 51% de los votos, basando su campaña en la lucha contra la corrupción, la inversión social y la restauración democrática (Americas Quarterly, 2024).
3. Avances desde 2021: La presidencia de Castro
3.1 Logros
Las primeras acciones de Castro incluyeron la extradición de JOH a EE. UU., la abolición de las polémicas Zonas de Empleo y Desarrollo Económico (ZEDE) y el levantamiento de la prohibición de la anticoncepción de emergencia (Al Jazeera, 2023). El PIB creció en promedio un 3,8% entre 2022 y 2024 (FMI, 2024). Las tasas de homicidios cayeron de 38,6 por cada 100.000 habitantes en 2021 a 26,5 en 2024 (Observatorio de la Violencia de Honduras, 2025).
3.2 Escándalos de corrupción
En septiembre de 2024, un video filtrado mostró a Carlos Zelaya, cuñado de la presidenta, negociando un pago de 525.000 dólares con el cartel “Los Cachiros”, supuestamente para la campaña de Mel Zelaya (Reuters, 2024). El escándalo provocó renuncias de alto perfil, incluido el ministro de Defensa, y dañó gravemente la narrativa anticorrupción de Libre (Insight Crime, 2025).
3.3 Disputa sobre el tratado de extradición
En agosto de 2024, Castro anunció su intención de terminar el tratado de extradición con EE. UU., tras críticas de la embajadora Laura Dogu a una reunión de militares hondureños con un general venezolano sancionado (Al Jazeera, 2024). En febrero de 2025, bajo presión interna e internacional, revirtió la decisión y acordó extender el tratado con “salvaguardas” de soberanía (AP News, 2025).
4. Candidatos viables y escenarios electorales
4.1 Rixi Moncada — Partido Libre
● Política interna: continuidad de programas sociales y proyectos de desarrollo dirigidos por el Estado.
● Política regional: mayor acercamiento con Venezuela y Nicaragua.
● Relaciones con EE. UU.: cooperación en seguridad, resistencia en materia migratoria.
● Relaciones con China: profundización de lazos en infraestructura y comercio.
4.2 Nasry “Papi” Asfura — Partido Nacional
● Política interna: reformas pro-mercado, posible reversión de algunos programas sociales de Libre.
● Política regional: vínculos más estrechos con gobiernos pro-EE. UU., como Guatemala.
● Relaciones con EE. UU.: alineamiento en migración y lucha antidrogas.
● Relaciones con China: reconsideración del reconocimiento a la RPC a favor de Taiwán.
4.3 Salvador Nasralla — Partido Salvador de Honduras (PSH)
● Política interna: enfoque reformista y anticorrupción.
● Política regional: pragmatismo de centro.
● Relaciones con EE. UU.: fuerte cooperación en gobernanza y seguridad.
● Relaciones con China: neutralidad y pragmatismo en inversiones.
5. Temas clave en las elecciones de 2025
5.1 Corrupción y gobernanza
Los esfuerzos estancados de Libre por establecer la CICIH (Comisión Internacional contra la Corrupción y la Impunidad en Honduras) con apoyo de la ONU (2025) y los escándalos en curso serán centrales en la campaña.
5.2 Migración, política de EE. UU. y pérdida del TPS
Castro ha rechazado las iniciativas de deportación masiva de EE. UU., calificándolas de “afrenta a la dignidad humana” (La Prensa, 2025). El TPS de unos 80.000 hondureños en EE. UU. está en riesgo; su expiración podría reducir las remesas en 1.000 millones de dólares anuales (Banco Mundial, 2024). A agosto de 2025, los beneficiarios siguen protegidos y pueden trabajar legalmente hasta el 18 de noviembre, en espera de resoluciones judiciales.
Datos rápidos: migración y remesas
Año
Remesas (USD)
% del PIB
TPS (EE. UU.)
2022
8,6 mil M
26%
79.900
2023
9,18 mil M
27%
80.300
5.3 Consideraciones geopolíticas del TPS
● Apalancamiento de EE. UU.: Washington podría vincular decisiones sobre TPS a cooperación migratoria, antidrogas o alineamiento frente a China.
● Factor China: un gobierno de Libre podría compensar pérdidas en remesas mediante mayor compromiso con la RPC.
5.4 Narcotráfico
Aunque las incautaciones de drogas aumentaron un 20% entre 2022 y 2024 (FF. AA. de Honduras, 2025), la protección política a los traficantes sigue siendo un problema (Insight Crime, 2025).
6. Presencia militar de EE. UU. en Honduras
La Base Aérea Soto Cano alberga la Fuerza de Tarea Conjunta Bravo, con entre 500 y 1.000 efectivos estadounidenses que apoyan operaciones antidrogas, asistencia en desastres y entrenamiento regional (Comando Sur de EE. UU., 2025). La base es valorada por ambos ejércitos, pero resulta políticamente sensible; Castro la ha usado ocasionalmente como palanca en disputas migratorias con EE. UU.
7. Contexto electoral regional
● Guatemala: la presidencia reformista de Bernardo Arévalo coincide con los objetivos anticorrupción de EE. UU. (Reuters, 2023).
● El Salvador: los avances de Bukele en seguridad contrastan con un retroceso democrático.
● Nicaragua: el régimen autoritario de Ortega se alinea con la política exterior de Libre.
● Costa Rica: democracia estable y pro-EE. UU. bajo Rodrigo Chaves. Uno de los pocos países que mantienen relaciones diplomáticas con Taiwán frente a la RPC.
8. Implicaciones de política
Para Honduras:
● Acelerar la instalación de la CICIH para recuperar credibilidad anticorrupción.
● Preparar planes de contingencia ante la expiración del TPS.
Para EE. UU.:
● Mantener cooperación en seguridad presionando por reformas de gobernanza.
● Gestionar una transición gradual del TPS para evitar un colapso económico.
Para actores regionales:
● Coordinar políticas migratorias con EE. UU. y socios de la región.
● Alinear iniciativas anticorrupción para generar impacto colectivo.
Conclusión
Las elecciones de noviembre de 2025 marcarán el rumbo de la gobernanza, la política exterior y el papel de Honduras en un entorno regional cambiante. Sea que el país siga bajo Libre, regrese al Partido Nacional o apueste por una alternativa reformista, las decisiones en Tegucigalpa repercutirán más allá de sus fronteras.
La presencia de China ya se ha profundizado desde el reconocimiento de la RPC en 2023, con acuerdos en infraestructura, comercio y tecnología que expanden su huella económica. Si el gobierno pos-electoral se siente aislado de Washington —particularmente ante deportaciones masivas, la finalización del TPS o un aparente desinterés de EE. UU.—, Pekín estará en posición de llenar el vacío con incentivos financieros y respaldo político. Esto podría inclinar a Honduras más firmemente hacia la órbita china, complicando los intereses estratégicos estadounidenses en Centroamérica.
Es esencial que Estados Unidos logre un equilibrio hábil. Al combinar las firmes expectativas en materia de anticorrupción, cooperación en seguridad y gestión migratoria con una flexibilidad pragmática, en particular en lo que respecta al TPS, Washington puede contribuir a estabilizar la economía hondureña, proteger a millones de personas de las crisis económicas y mantener su papel como socio clave de Tegucigalpa. Este enfoque preservaría la influencia estadounidense, mitigaría los factores que impulsan la migración irregular y reduciría el atractivo de las propuestas chinas. Esta estrategia, aplicada de forma coherente, puede contribuir a garantizar que Honduras se mantenga anclada en la gobernanza democrática y en una arquitectura de seguridad regional cooperativa, en lugar de convertirse en un nodo más de la creciente red de influencia de Pekín en América Latina.
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