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Grabois sube el volumen en la interna bonaerense: ¿protesta social o construcción de poder?

Por Julian Galeano

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En menos de 48 horas, Juan Grabois pasó de una pelea pública con Mayra Mendoza en Quilmes a la activación de una protesta en Lanús, otro municipio gobernado por La Cámpora, y terminó convertido en blanco de una crítica frontal de Victoria Tolosa Paz, que eligió pararse del lado del “orden institucional” y acusó al dirigente de apelar a mecanismos “extorsivos”. La secuencia no es un episodio aislado: expone una interna peronista bonaerense que dejó de ser subterránea y que ahora se juega también en el control de la calle, la gobernabilidad municipal y la disputa por quién representa a “los sectores populares”.

Quilmes: una ordenanza, represión y la ruptura con Mayra Mendoza

El disparador fue una ordenanza del Concejo Deliberante de Quilmes que aprobó el estacionamiento medido en zonas céntricas y otros sistemas de control de tránsito. La medida derivó en incidentes frente a la Municipalidad, con represión policial, heridos y detenidos entre manifestantes vinculados al Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE), cuyo referente principal es Grabois.

Lo político no fue la ordenanza en sí, sino lo que tocó: el “control de la calle”. La convivencia entre las huestes de Grabois y las de Mendoza ya era tensa, pero se mantenía contenida; el conflicto estalló cuando entró en juego la idea de una empresa privada y la reconfiguración de un territorio donde los “trapitos” venían operando informalmente.

Grabois lo leyó como una “privatización amañada” y denunció represión a militantes y trabajadores. Del otro lado, desde el municipio defendieron que la norma contemplaba formalizar a quienes realizaban esa tarea con aportes y obra social, y Mendoza —en un audio citado por el mismo medio— le reprochó a Grabois estar fomentando violencia cuando el Ejecutivo ofrecía “orden y trabajo formal”.

En términos de poder, Quilmes dejó un mensaje: el conflicto ya no es solo “Kicillof vs. La Cámpora” en abstracto, sino una disputa por cómo se gestiona el espacio público y quién marca las reglas en distritos sensibles del conurbano.

Lanús: la protesta “se muda” a otro municipio camporista

Al día siguiente del choque en Quilmes, militantes alineados con Grabois activaron una nueva protesta en Lanús, municipio gobernado por el camporista Julián Álvarez. Manifestantes de la UTEP reclamaron durante horas frente a la comuna un aumento salarial para cooperativistas encargados del barrido y denunciaron que cobran $140.000 por mes.

El episodio sumó elementos que en política pesan: corte, tensión con la policía, acusaciones cruzadas y un hecho simbólico —la quema del árbol de Navidad de la municipalidad—, hasta que el reclamo se levantó tras el compromiso del intendente de recibirlos el viernes siguiente.

El municipio interpretó la movilización como un “piquete con intencionalidad política” y no como un reclamo genuino. La lectura interna que deja Lanús es potente: Grabois (o su universo organizativo) puede llevar conflicto a distritos camporistas en cadena, y eso funciona como herramienta de presión hacia adentro del peronismo bonaerense.

Tolosa Paz entra a la escena: “institucionalidad” vs. “likes” y piquetes

En ese clima, Victoria Tolosa Paz decidió meterse en la pelea y eligió un encuadre que incomoda a Grabois: respaldó la legitimidad política de Mayra Mendoza y criticó lo que llamó el “mecanismo extorsivo de los piquetes”.

El golpe más punzante fue el subtexto: Tolosa lo acusó de actuar para la tribuna digital (“buscando likes”) y de jugar “en la chiquita”. Y fue más allá: planteó que al peronismo bonaerense le haría bien dirimir diferencias en internas, con la conducción del PJ provincial “en disputa”, de cara a cuando venza el mandato de Máximo Kirchner.

¿Grabois busca más peso político?

Grabois está intentando ampliar su peso, no necesariamente ganando una interna clásica, pero sí acumulando capacidad de veto y de negociación. Sus mensajes públicos dicen que no le importa la interna entre La Cámpora y el kicillofismo, pero sus movimientos impactan justo ahí, donde duele: en municipios propios, en la calle y en la gobernabilidad cotidiana.

El riesgo para el peronismo bonaerense es doble. Si La Cámpora responde cerrando filas con “orden” y represión, le regala a Grabois un relato de “los de arriba contra los trabajadores”. Si cede, admite que hay un actor por fuera del aparato tradicional capaz de condicionar gestión. Y, en el medio, figuras como Tolosa Paz olfatean una oportunidad para mostrarse.

La interna no es ideológica: es de mando. Quién conduce, quién administra el conflicto y quién decide la estrategia 2027. Grabois está empujando esa discusión a cielo abierto. Y cuando un dirigente logra que el resto del espacio se ordene en torno a él —para confrontarlo, contenerlo o diferenciarse—, es porque ya ganó algo: centralidad.

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Julian Galeano

Julian Galeano

Soy un comunicador especializado en estrategias digitales y producción de contenido político. En mi adolescencia me formé en el mundo de la radio y me recibí de Locutor en el I.S.E.R., donde profundicé en narración, oratoria y construcción de mensajes. Trabajé como asesor de dirigentes y equipos en campañas electorales, comunicación estratégica y posicionamiento digital. Actualmente, dirijo Praset, empresa dedicada a la comunicación digital, y coordino editorialmente PoliticAnalizada.

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