El concepto de abismo tiene varios significados de acuerdo con el contexto en que se utilice.
Según el diccionario de la Real Academia Española, abismo puede referirse a:
- Una profundidad grande, imponente y peligrosa, como la de las fosas marinas, las de una grieta o las de una sima.
- Una realidad inmaterial inmensa, insondable o incomprensible.
- Una diferencia inmensa entre personas, ideas, situaciones, etc.
- El infierno o lugar de castigo eterno.
Como podemos observar, existen múltiples acepciones que, más allá de representar diferentes significancias intuyen peligro, caída, vértigo, imprevisión, distancia, dificultad y dolor prolongado.
Argentina se encuentra al borde del abismo.
Contexto representado, en el plano político por las siguientes circunstancias:
- Falta de representatividad política, tanto en el actual gobierno, que solo se sostiene por la inminencia de su finalización como del que pueda surgir luego de la segunda vuelta electoral. Es de destacar que, de por sí, cada uno de los candidatos que quedan en carrera fue rechazado por más del 60% de los electores.
- Desconfianza, tanto dentro de los frentes que se disputan la presidencia como los que quedarán como oposición. Como pocas veces se exhiben las internas partidarias y las rupturas de alianzas entre partidos, quedando algunos como en un “sálvese quien pueda”.
- Propuestas opuestas y extremas. Las propuesta que se están barajando como posible modelo de país a futuro son, por un lado un estado omnipresente con gran intervención en la economía y en la actividad privada, siendo el principal actor como distribuidor de recursos y oportunidades, mientras que por el otro, un estado en disolución, que deja en las manos de los privados y a mejor postor la oferta y demanda de bienes y servicios, incluso aquellos que pudieran ser esenciales.
- Rechazo e intolerancia, son comunes denominadores dentro de los espacios y entre los electores que se ven obligados a votar por quienes consideran menos malo o por quien inspira menos miedo.
- Miedo, enojo, asco y tristeza, son las emociones que dominan a los ciudadanos que lejos están de la fé, alegría y esperanza que debería significar una fiesta electoral, más que una carga. La abstención y el ausentismo han sido los verdaderos ganadores en estos comicios.
En cualquier país en el que las propuestas electorales sean tan carentes de unidad en lo político como opuesto en las ideas e intenciones de sus representantes, el escenario sería complejo e incierto.
Sin embargo, a esta descripción debemos agregar cuestiones de contexto verdaderamente extremas y angustiantes:
- Pobreza e indigencia. Casi la mitad de los argentinos son pobres, es decir que carecen de posibilidades para satisfacer necesidades básicas de alimentación, sanidad, habitación y vestimenta.
- Intervención distorsiva. La mayoría de los indicadores económicos y sociales están intervenidos por la administración pública, tarifas, combustibles, alimentos, medicamentos son algunos de los bienes y servicios en los que existen retrasos en sus precios. Esto produce dos efectos, por un lado el virtual aumento del poder adquisitivo del ingreso y por el otro, el desabastecimiento, disminución en la calidad y la escasez. Lo que no se ajusta por precio se ajusta por calidad y cantidad. Es imposible que alguien que puede salir de una situación perdidosa prefiera continuar en ella, salvo que no tenga otra posibilidad. Lamentablemente, esto es lo que ocurre con gran parte de los empleados, que carecen de la opción de salida y terminan trabajando por sueldos que para poco alcanzan.
- Distribución discrecional y regresiva del ingreso y la riqueza. Ha quedado en las discrecionales manos del estado quienes pueden acceder a pagar divisas a un tercio de lo que valen en el mercado, quienes tienen permisos de importación, quienes reciben tal o cual subsidio.
- Nula capacidad de endeudamiento, tanto en moneda extranjera como local. El abuso y mal uso de los recursos producto de sucesivos préstamos, reestructuraciones e incumplimiento en los pagos han hecho que la deuda pública Argentina, que aún no venció, carezca de valor, es decir que para los bonos que aún están in bonis, o en cumplimiento, los mercados financieros entienden que son impagables por nuestro país. Algo parecido ocurre con la deuda en moneda local, que solo es sostenida por inversores que obtienen otros beneficios a cambio. A esto, debemos agregar que mantenemos una deuda importante con el FMI, por este motivo, podrían existir limitaciones en las acciones que un futuro gobierno pueda implementar.
- Inflación o híper. En verdad, resultaría insignificante determinar si estamos frente a un fenómeno de inflación alta o de hiperinflación. Lo cierto es que, por momentos, muchos fabricantes y comerciantes prefieren tener la mercadería en stock en lugar del dinero en la caja. La expectativa de aumentos en los precios y por ende en los costos hace que solo las cosas que no se pueden stockear sean las que se vendan, como son los servicios y los productos perecederos.
Sin duda, las enumeraciones precedentes son sólo algunas de las circunstancias políticas y de entorno económico y social que marcan el presente de nuestro país.
Argentina se dirige irremediablemente hacia el abismo, entendiendo por tal cualquiera o todas las significancias que el término sugiere.
Tal como surge de las propuestas de ambos candidatos, podemos inferir que si prospera la alternativa de Unión por la Patria se seguirá administrando una lenta agonía, sin prisa pero sin pausa la sociedad continuará deteriorándose hasta que un día se paralice.
En cambio, si fuera ganadora la propuesta de La Libertad Avanza, los inmediatos cambios estructurales y las reformas que propone acelerarán el ingreso al oscuro abismo del sálvense quien pueda.
Las circunstancias actuales demandan cirujanos para realizar recortes quirúrgicos que requieren bisturí en lugar de motosierras.
Las soluciones de un Papá Noel que nos protege y seduce con los regalos que podría traer o de un carnicero que promete terminar con la grasa del estado parecen no estar a la altura de las circunstancias que el país necesita.
Salir del brete en el que estamos metidos será muy duro.
Ha llegado el momento de desarmar las bombas del pasado y definir cuál será el país que tendrán nuestras futuras generaciones.
Dios ilumine a quien sea elegido para llevar adelante este proceso.
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