HUGO ACHA. CENTER FOR A FREE SECURE SOCIETY (WASHINGTON D.C.)
Las historias, reales o ficticias, sobre criminales siempre han sido un buen negocio para la industria cinematográfica de Hollywood. Existen películas policiales o de acción, cuyos personajes principales han generado tal empatía en los amantes del cine, que llegaron a convertirlas en verdaderos íconos del género.
Lo llamativo de lo expuesto precedentemente es que muchos de aquellos no pertenecen precisamente, al ¨ bando de los buenos ¨. La brillante caracterización de Al Capone realizada por Robert De Niro en ¨ Los Intocables ¨ de Brian De Palma (1987); John Dillinger, el romántico ladrón de bancos interpretado por Johnny Depp en ¨ Enemigos Públicos ¨ dirigida por Michael Mann (2009); Barry Seal (Tom Cruise) interpreta en ¨ American Made ¨ (2017) al corrupto piloto de una aerolínea comercial contratado por la CIA para una misión encubierta que concluyó con el auge del Cartel de Medellín liderado por Pablo Escobar Gavíria; son algunos ejemplos de lo que decimos. Un poco más atrás en los años, en 1967, la pareja actoral formada por Faye Dunaway y Warren Beatty dieron vida a Bonnie Parker y Clyde Barrow, respectivamente, los líderes de una banda de ladrones que cosecharon tantos adeptos en el cine como en la vida real. Todos ellos tienen algo en común: realmente existieron.
Pero si existe dentro de esta categoría de producciones cinematográficas una que se ha convertido en una especie de culto es ¨ Scarface ¨ (Caracortada). La historia de un exiliado cubano en los Estados Unidos que termina convirtiéndose en el mayor traficante de cocaína en el estado de Florida. La película protagonizada magistralmente por Al Pacino en el papel de ¨ Tony Montana ¨, escrita por Oliver Stone y dirigida por Brian De Palma, retrata la violenta competencia entre las bandas de narcotraficantes que operaban en Estados Unidos durante los años 80, que eran provistas principalmente de cocaína desde países como Colombia, Perú y Bolivia.
Los carteles de la droga habían convertido a la ciudad Miami en su centro principal de operaciones, y allí se luchaba metro a metro por el territorio y los negocios. Una actividad creció exponencialmente como consecuencia de las grandes sumas de dinero en efectivo que movía el negocio de la droga: aparecieron decenas de pequeños bancos locales cuyo objetivo principal, obviamente no declarado, era el ¨ blanqueo ¨ o ¨ lavado ¨ de las ganancias millonarias del narcotráfico. La droga trajo los bancos, y los bancos convirtieron dinero sucio en inversiones principalmente inmobiliarias que hicieron renacer la ciudad. Era la época del ¨ Art Deco ¨, del auge de Ocean Drive en South Beach y de las corporaciones radicadas en Florida pero cuya sede central se encontraba en la casilla de correo de algún banco ubicado en alguna isla del mar Caribe que hacía imposible conocer quien o quienes eran sus verdaderos propietarios. Una casilla que debía ser del tamaño de un edificio porque en algunos casos era compartida por decenas de sociedades ¨ de pape l¨.
Cocaína, lavado de dinero, millonarias inversiones, y el desarrollo de una sofisticada ingeniería financiera que permitía evadir los controles de las agencias antidrogas de cualquier país. Pero eso cambió, fue para peor y no solamente por el daño que el tráfico de drogas representa para la salud de las personas y las economías nacionales.
Hugo Acha es un destacado especialista internacional en crimen transnacional, narcoterrorismo y lavado de dinero radicado en Washington D.C., investigador experto del ¨ CENTER FOR A FREE SECURE SOCIETY ¨ y Director de ¨ HUMAN RIGHTS FOR CUBA ¨. Durante la primera semana del próximo mes de Abril visitará la República Argentina, donde ha sido especialmente invitado para exponer sobre su especialidad. En una conversación que hemos mantenido recientemente nos adelanta algunas conclusiones que ayudan a entender como ha mutado la actuación de las bandas de narcotraficantes a nivel mundial, y que actores se han agregado como ¨ socios ¨ de los criminales. La violencia narco en Rosario y la utilización de las fuerzas armadas para la lucha contra los traficantes de drogas, dos temas que estuvieron presentes en nuestro encuentro con una visión muy interesante de Hugo Acha sobre lo acertado o no de la estrategia que pretende llevar a cabo el gobierno de Javier Milei al respecto. A continuación los pasajes más destacados.
¿Cómo se podría resumir el proceso mediante el cual las bandas de narcotraficantes han pasado de una organización en ¨ carteles ¨ a la formación de verdaderos narcoestados?
Hugo Acha: ¨ El crimen transnacional organizado ha superado la etapa en la cual se conformaba con coexistir a la par del Estado, interactuando con él a través de sobornos, financiamiento de partidos políticos o acciones que permitieran blanqueo de dinero. Los adversarios de Occidente son quienes mejor han entendido este proceso, y colaboran para que los narcotraficantes se conviertan en ¨ el estado per sé ¨. China, Irán, Rusia, Venezuela y Cuba, por ejemplo, colaboran con estas bandas que buscan formar verdaderas corporaciones de criminales, para ayudarlos a controlar las estructuras político partidarias y las instituciones hasta convertirse en parte del Estado mismo. Las asociaciones entre narcotraficantes, traficantes de personas, contrabandistas de armas, terroristas y lavadores de dinero adquiere una importancia que trasciende fronteras y es hoy el verdadero desafío que debe enfrentar Occidente, no sólo desde la óptica del soborno y la corrupción, sino, principalmente, desde la perspectiva tradicional de las agencias de seguridad y los poderes judiciales ¨
¿La ideología de los gobiernos, tiene importancia en el desarrollo de este fenómeno? Por ejemplo ¿son los gobiernos populistas o de izquierda más propensos a la infiltración del narcotráfico en sus partidos políticos e instituciones?
Hugo Acha: ¨ No desde la perspectiva del narcotráfico propiamente dicho, como actividad ilícita capaz de seducir por la posibilidad de obtener ganancias significativas a una persona que ideológicamente esté en la izquierda o en la derecha. El fenómeno de toma estatal a partir del crimen organizado, donde el narcotráfico es visto como una base logística para la obtención y permanencia en el poder, no como un negocio eventual de mero lucro, donde la corrupción es un método (recuérdese el caso Odebrecht/¨ Lavajato ¨ como nave insignia de este proceso), SÍ, desgraciadamente la izquierda ha demostrado ser funcional a la expansión del narcotráfico, a partir de la condescendencia de países como Cuba, Venezuela, Nicaragua, organizaciones populares como las de Argentina, la militancia social en Brasil, partidos políticos argentinos que han sido totalmente funcionales a la penetración territorial del país o los ataques de Andrés Manuel López Obrador a la prensa para que no hagan públicos sus acuerdos con los organizaciones vinculadas al narcotráfico en México.¨
¿Cuál es tu visión sobre lo que está ocurriendo en la ciudad argentina de Rosario, en la provincia de Santa Fé; y la decisión del presidente Javier Milei de involucrar a las fuerzas armadas en la lucha contra el narcotráfico?
Hugo Acha: ¨ Hay que comprender que la lógica que maneja hoy el crimen organizado ya no es local, departamental o provincial; ni siquiera nacional. Es transnacional. Rosario es un caso típico de lo que llamamos ¨ geopolítica del narcotráfico ¨. Está ubicada sobre una de las vías más importantes, estratégicamente, para la logística financiera a nivel global. En una conversación con un alto diplomático de la OTAN, en Bruselas, me comentó que en los últimos años se triplicó el ingreso de cocaína a Europa a través del puerto de Amberes. Más del 90% provenía del flujo de tráfico a través de la hidrovía Paraguay/Paraná. La droga abastecía a actores nocivos todos ellos (narcoterroristas, principalmente), haciendo imprescindible una alianza también transnacional entre agencias de seguridad e inteligencia. Rosario tiene una ubicación de importancia estratégica indiscutible que beneficia, por ejemplo, a Rusia, que a través de sus agencias de inteligencia, aliados y ¨ proxys ¨ puede evadir sanciones por la invasión a Ucrania; beneficia a Hezbollah, que financió con dinero del narcotráfico generado en la Triple Frontera un reciente atentado frustrado en Brasil; beneficia a Hamás e Irán que ya no tiene que preocuparse para conseguir financiamiento y operar globalmente; beneficia a Cuba que triangula recursos extraordinarios del narcotráfico combinados con la trata de personas y lavado de dinero; beneficia China ya que si observamos la curva de crecimiento del tráfico de fentanilo en detalle, vamos a ver que en forma paralela hay un crecimiento constante en la última década del consumo de cocaína. Rosario está en un ¨ punto privilegiado ¨, por un lado. Además, hubo un grado de complicidad espantoso desde el estado en Argentina, se entregaron regiones al control de individuos y organizaciones totalmente vinculados al narco. ¿Es suficiente la utilización de las fuerzas armadas para cambiar la situación? Desgraciadamente no. Ante un enemigo que adopta una aproximación integral, que los brazos visibles son las bandas (Tren de Aragua, Comando da Capital, Comando Vermelho) pero no el enemigo en su conjunto porque detrás de ellos tenés gobiernos. Entonces, aunque pueda servir el despliegue militar, es necesario tener un rol integral. Es un desafío grande para el gobierno de Javier Milei como afrontar el problema, pero no se puede enfrentar un fenómeno transnacional como si fuera local, sin una estrategia que involucre las agencias de seguridad, policía e inteligencia de los países donde actúa el enemigo. Rosario no es la enfermedad, es un síntoma de un proceso que permea las barriadas del gran Buenos Aires, permea el territorio nacional, permea la relación con una élite política que se acostumbró alió y convirtió en parte del problema.¨
Pese a la ola de violencia, América Latina no ha impulsado una estrategia común para enfrentar al narcotráfico debido a las complejidades políticas y sociales de cada país, aunque algunos gobiernos (México, El Salvador, Colombia y Ecuador) han recurrido a la opción militar, y otros, como el caso de Argentina, están pensando en hacerlo. Esa alternativa, afirman los expertos, no siempre es efectiva.
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