19/4/2023 - Política y Sociedad

Las Naciones Unidas y el nuevo Tratado de alta mar: ¿Cuál es el futuro de los Organismos Internacionales?

Por juan gentiletti

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El pasado 5 de marzo, la comunidad internacional abrazó con entusiasmo la firma del nuevo Tratado de alta mar celebrado en el marco de Naciones Unidas. Esta noticia cobra aún mayor importancia en un contexto de fuerte cuestionamiento a los organismos internacionales y al multilateralismo.

Si bien ya existían proyectos de carácter utópico de algunos doctrinarios en la Edad Media y Moderna, el germen de lo que hoy llamamos organismos internacionales lo podemos ubicar en el siglo XIX. Sus orígenes responden a aspiraciones a la paz y a necesidades derivadas del desarrollo tecnológico. En esta última categoría, aparecen las uniones administrativas, que fueron evolucionando desde conferencias periódicas a cuerpos permanentes dotados de autoridades. Por citar algunos ejemplos, encontramos la Unión General de Correos, la Oficina Meteorológica Internacional, la Unión Internacional de Agricultura (FAO en la actualidad) y la Oficina Internacional de Salud (OMS en la actualidad).

Hoy en día, asistimos a un debate donde se cuestiona la eficacia de los organismos internacionales. Los nuevos desafíos globales y las crecientes tensiones entre los Estados por la hegemonía, no parecen encontrar pista de solución dentro de estos organismos. Desde las relaciones internacionales, son muchas las teorías que tratan de ahondar sobre este problema, como los aportes del neorrealismo, la interdependencia compleja, la teoría de la estabilidad hegemónica, y el institucionalismo neoliberal, entre otras.

Cuando los organismos internacionales son prestigiosos, pueden ofrecer apoyo externo a gobiernos nacionales que carecen de consenso doméstico sobre determinadas áreas y que necesitan obtener cierta cuota de aprobación externa validada. Pero, por otro lado, la supervivencia de los organismos con prestigio erosionado depende de la resistencia de algunos países de poner en duda un sistema que provee de privilegios personales y clientelares a expensas de los aportantes.

Muchos organismos internacionales, debido a la conveniencia de sus partes, comparten una situación de bloqueo parcial. Los mecanismos de bloqueo o veto son, sin duda alguna, uno de los principales retos que enfrentan los organismos internacionales. Si la supervivencia de ellos depende de eficacia (resultados tangibles para todas las partes) y su legitimidad (confianza), entonces los esfuerzos deben ir en encontrar alternativas superadoras a estos mecanismos. La eficacia de un organismo internacional está dada por la capacidad que sus acciones tienen de hacer que un actor se comporte distinto a lo que hubiese hecho por sí solo. Entonces, con los mecanismos de bloqueo y veto, está ecuación se perturba.

En la actualidad, somos testigos de una creciente disputa global entre potencias que no solo buscan retener su estatus, sino también, aumentar su peso gravitacional debilitando a su rival a la vez. Cuando la decisión colectiva de un organismo internacional apunta contra los intereses de una de ellas (y no existen los contrapesos institucionales necesarios) el funcionamiento se paraliza. A su vez, cuando una potencia ve en esa misma voluntad colectiva una oportunidad de asestar en contra de su contrincante, intenta instrumentalizarla a su favor. De esta forma, la legitimidad se resquebraja.

Las situaciones de parálisis no son nuevas. La misma organización de las Naciones Unidas se ha visto atravesada por escenarios similares durante el orden bipolar de guerra fría. La novedad ahora aparece en otros organismos, que regulan otras áreas temáticas, y que anteriormente experimentaban esporádicas situaciones de parálisis (o directamente no las tenían). La difusión del poder, la creciente interdependencia y sus vulnerabilidades, y la competencia hegemónica que existen en el sistema internacional se hace eco en cada uno de los organismos internacionales.

Es importante también hacer mención del “pecado original” con el cual nacen los organismos internacionales. Es casi una regla, que la creación de la mayoría de los organismos internacionales, esconde detrás la intención de cristalizar y perpetuar una determinada configuración de poder favorable a un grupo de países. Sin ir más lejos, las mismas Naciones Unidas y las instituciones de Bretton Woods (Banco Mundial, Fondo Monetario Internacional y GATT) son la expresión resultante de un conjunto de normas y principios regulatorios favorables a las potencias occidentales. La extensión del sistema internacional, ha provocado la aparición e introducción de nuevos actores que han roto el equilibrio inicial en muchos organismos que pujan en el proceso de agenda-setting y en cómo se establece la voluntad colectiva (mecanismos de votación).

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juan gentiletti

juan gentiletti

Hola, soy Juan, tengo 24 años, soy argentino y actualmente estudiante avanzado de la carrera de Relaciones Internacionales de la Universidad Nacional de Rosario (UNR).

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