La crisis política en Perú: Muertos, heridos y convulsión social.
Con más de 60 muertos y miles de heridos, Perú transita días de gran convulsión social. El ex mandatario Pedro Castillo se encuentra detenido después de que el Congreso lo destituyera por intentar efectuar un golpe de estado e instaurar un “gobierno de excepción”. Desde entonces, se iniciaron protestas y manifestaciones en varios puntos del país reclamando la renuncia de la actual presidente, el cierre del Congreso, como también, la convocatoria a elecciones anticipadas y una Asamblea Constituyente.
Hace años que el país andino experimenta una gran inestabilidad política. Para tener una idea, desde que Pedro Pablo Kuczynski asumió la presidencia en el año 2016, en Perú han habido seis gobernantes en seis años y uno de ellos, Manuel Merino, quien solo duró cinco días en el cargo. Tal crisis política vislumbró una solución en la figura de un maestro rural, hasta entonces un total desconocido en la arena política. Fue así como, en julio del 2021, por sorpresa de todos, asumió la presidencia Pedro Castillo quien logró imponerse en las urnas con un 50,12% de los votos frente a su opositora Keiko Fujimori, de Fuerza Popular, quien por tercera vez intentaba acceder a la presidencia. Nadie imaginaba que junto con su partido Perú Libre, Castillo lograría el mandato frente a un país profundamente dividido y castigado por la pandemia. Sin embargo, la esperanza popular no ocultaría las diferencias de su incipiente gobierno, es así que desde sus inicios se hacía notar la puja de poder dentro de su partido con varias renuncias y destituciones. Tristemente, Perú estaba lejos de lograr su anhelada estabilidad.
Outsiders: ¿una nueva solución a la política?
Frente a este escenario, considero que vuelve a ponerse en discusión el surgimiento de candidatos ajenos al establishment político tradicional. Creo que la emergencia de los famosos “outsiders” parece marcar una tendencia, no sólo regional, sino mundial. Tal fenómeno podría atribuirse a un fuerte descontento social, a una creciente desilusión de la sociedad hacia los partidos políticos tradicionales, así como también, a la necesidad de un cambio frente a la falta de representación política… de todas formas, no quiero indagar sobre esas cuestiones, sino más bien, en el hecho de que frente a la inestabilidad política y al agotamiento social que nos vemos sumergidos como sociedad, encuentro un fenómeno extraordinario y sumamente positivo, que es que las personas que aparecen como posibles candidatos por fuera de la arena política, no sólo se sienten parte de la solución al involucrarse en la gestión pública, sino que también,siguen apostando y confiando en las instituciones para resolver aquellos problemas que los inquietan (en su gran mayoría). Es decir, no desafían las herramientas democráticas, y de hacerlo, tal como lo demuestra el caso de Perú, la sociedad lo rechaza rotundamente.
Más allá de los emergentes no tradicionales que podemos ver hoy en día, y pese al hartazgo social, la sociedad no “tira el tablero” y apuesta una vez más a seguir por las vías democráticas para volver a un orden político y lograr un mejor bienestar. ¿Serán los outsiders la solución a la inestabilidad política y al descontento social? Creo que no hay respuestas concretas aún. Sería simplista y un error generalizar. Sin embargo, es claro que es un fenómeno mundial y que sin lugar a dudas, son un síntoma de la crisis de representación y del debilitamiento de la democracia liberal.
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