Durante la última cumbre de Jefes de Estado de los BRICS en Johanesburgo, Argentina ha sido admitida como Estado Miembro del grupo de los BRICS, a partir del 1 de enero del 2024. Creo que esto no es el enfoque adecuado para nuestra política exterior, ni es la señal que le queremos dar al mundo.
En primer lugar, no es el momento adecuado por el contexto político en el que se enfrenta la Argentina hoy. Esta decisión de suma importancia geopolítica se toma a tres meses de terminar el mandato presidencial y en un panorama en el que el oficialismo salió tercero en las elecciones primarias de mediados de agosto.
Además, tampoco es el momento en términos del contexto internacional. Estamos ingresando a un bloque en el que Rusia es miembro fundador, en medio de la invasión a Ucrania y en la que Putin es considerado por la mayor parte del mundo un "enemigo". ¿Qué señal le estamos dando al resto del mundo? En un escenario de rivalidad comercial con China, este acercamiento hasta podría impactar en nuestra relación con Estados Unidos y las negociaciones con el FMI.
A esto se le suma a que el ingreso al bloque implica hacerlo con Iran, un país acusado de los peores atentados terroristas en nuestro país, considerado practicamente un "enemigo" del Estado argentino luego de que se confirmara la implicancia de exfuncionarios iranies en las investigaciones alrededor de los atentados.
Asociarnos en un bloque donde la mayoría de los Estados Miembros que integran el organismo no comparten la misma visión en torno a la democracia y los derechos humanos, entre otros valores que nosotros queremos promover, no solamente es un riesgo en sí mismo sino que además está claro que la retórica del grupo pretende desafiar el orden global y presentándose como un espacio que implica una alternativa a Occidente.
Esto no significa que debemos distanciarnos de estos países, sí creo que en el comercio exterior como un imperativo para nuestro desarrollo. Está claro que nuestro interés nacional debe ser regido por el comercio y promover inversiones, y para ello debemos estar abiertos a todos estos países que tienen un gran porcentaje del PBI global (36%). No obstante, ingresar al BRICS no representa ninguna ventaja arancelaria, ni se ha observado un aumento significativo de la inversión extranjera directa entre los miembros del bloque.
Es más, de hecho, para obtener préstamos no es necesario más que ingresar al NDB (New Development Bank), que es el banco del bloque. Para entrar al banco, no es necesario ser miembro del bloque como es el caso tanto Bangladesh como de Uruguay iniciaron procesos de ingreso sin ser miembros plenos del bloque. Y mismo así como Argentina ingresó al Asian Infrastructure Development Bank en 2021.
Por ello, no hablo simplemente dar un paso al costado del bloque y rechazar la invitación. Entiendo que no nos podemos dar el dujo de despreciar esta invitación, sobre todo porque ha sido defendida públicamente por el Brasil, país con el que tenemos que privilegiar nuestras relaciones bilaterales. Pero dado lo argumentado, creo que nuestro foco debe ser apuntar al ingreso del banco de los BRICS para obtener ventajas comerciales y acceder a préstamos, sin necesariamente quedar encacillados en un bloque que pretende desafiar al Occidente al que nosotros decidimos pertenecer.
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