Estuvimos en el Seminario "Patrimonio cultural inmaterial", una propuesta impulsada por el diputado nacional Hernán Lombardi y dictado en el Auditorio de la Honorable Cámara de Diputados de la Nación el 20 de octubre. Un seminario enfocado en la importancia de la experiencia argentina y esta como elemento fundamental para la cohesión cultural e identidad colectiva. Para esto se abordaron los tres PCI declarados por UNESCO: el tango, el filete porteño y el chamamé.
Lombardi, Presidente de la comisión de cultura, impulsó el proyecto de ley que proclama la gestión y salvaguarda del patrimonio cultural inmaterial, como a su vez, la creación del registro nacional del patrimonio cultural inmaterial. Es así que se busca preservar aquellos elementos que se transmiten de generación en generación para pensar en un futuro desde nuestras propias raíces. Entendiendo que la constitución identitaria es fundamental para el desarrollo cultural argentino. La lista de disertantes que expusieron en el seminario incluye a:
- Liliana Barela, Historiadora
- Rolando Roberto Rubio Cifuentes, Licenciado en arqueología
- Mercedes González Bracco, Dra. en sociología e investigadora
- Gustavo Mozzi, Compositor, productor artístico y gestor cultural
- Carla Algeri, bandoneonista y compositora
- Gabriela Basualdo, Directora de Relaciones Internacionales en el Gobierno de la Provincia de Corrientes
Para la UNESCO, el patrimonio es ese legado cultural que recibimos del pasado, que vivimos en el presente y que se transmitirá a las generaciones futuras. En 1972 se estableció la Convención para la Protección del Patrimonio Mundial Cultural y Natural, donde se establece que ciertos lugares tienen un valor universal excepcional y pertenecen al patrimonio común de la humanidad. Sin embargo, el patrimonio cultural no se limita a colecciones de objetos y monumentos, sino que comprende también expresiones vivas heredadas de nuestros antepasados.
Para darle un marco teórico a la cuestión elegí a Susan Wright. La antropóloga social, catedrática en Estudios Culturales de la Universidad de Birmingham, ha investigado cultura política y los procesos de gobernabilidad en el Reino Unido e Irán. Es quien concibe el viejo significado de cultura como “ese todo complejo que incluye conocimiento, creencias, arte, moral, leyes, costumbre y cualquier otra capacidad y hábito adquiridos por el hombre como miembro de la sociedad”. Mientras que las nuevas ideas de cultura entienden que “las identidades culturales no son inherentes, definidas o estáticas: son dinámicas, fluidas y construidas situacionalmente, en lugares y tiempos particulares. Las identidades múltiples se negocian constantemente, no hay una cultura definida, consensuada como auténtica”. Para Wright, la creatividad, experimentación, innovación y dinámica del progreso consiste en una diversidad de entidades distintas con claros límites. La civilización humana depende de la diversidad creativa.
Carla Algeri, explicando por qué no hay tango sin bandoneón, una pieza irremplazable del patrimonio cultural argentino.
Retomando algunos de los dichos de los disertantes y uniéndolos con este concepto nuevo de cultura, entendemos que los repertorios o elementos culturales simbolizan una época, son un archivo histórico que nos permite afianzar el relato de identidad nacional. Pero como la cultura es también movimiento, nos obliga a pensar en esa vanguardia que luego diseñará el futuro. Las tensiones que se presentan entre lo fundacional y lo novedoso demuestran la vigencia de esas tradiciones, es por esto que se lo denomina patrimonio en evolución. Es crucial entender a la comunidad, la vinculación con su práctica y el proceso de transmisión de la misma. Para eso deben proclamarse políticas públicas que ayuden al involucramiento de distintos actores en un proyecto de construcción colectiva que favorezca el desarrollo cultural.
Debo decir, que poco se comentó acerca del rol de los jóvenes en la preservación de este tipo de tradiciones y de cómo deben ser partícipes necesarios de la transición entre generación y generación. En un auditorio de alrededor de 70 personas, la única persona menor de 45/50 años era quien les presenta esta información. Por lo tanto, esto deja un poco al descubierto el no protagonismo de la nueva generación en este proceso y el lugar marginal que la sociedad de nuestros padres o abuelos le da a la “nueva cultura”.
A modo de cierre, invito a reflexionar y entender que la preservación de los valores culturales nos vincula a aquello que fuimos, lo que somos hoy, pero sobre todo a lo que podemos ser.
Comentarios