¿El ocaso de la Cancillería?
El pragmatismo y la histórica línea diplomática, una que era bastante independiente del pensamiento personal de la figura presidencial, se desvaneció. No son pocos los diplomáticos de carrera que no se sienten identificados con la dogmática y extremadamente lineal política exterior que Milei, de la cual Mondino intentó (con un cuestionable éxito) pragmatizarla.
Cancillería se encuentra dividida entre los que tienen una sintonía con el gobierno y los que, en silencio, están en contra. El conflicto del pago de ganancias (que produjo un 20% de reducción del ingreso a los diplomáticos en el exterior), junto a la durísima carta que Milei remitió mediante comunicación interna a mediados de octubre, solo incrementó la tensión entre los diplomáticos y el presidente.
No “acompañar las ideas de la libertad”, “transitar un cambio de época que también debe reflejarse en el plano internacional” o “dar un paso al costado” son las únicas directrices que Milei exige para llevar a cabo su política exterior (e interior). Esto confirmó la clara desconfianza que la Casa Rosada tiene con todos los funcionarios de carrera argentinos.
En línea con esto, el comunicado oficial de la salida de Mondino incluyó que el gobierno ´realizará una “auditoría del personal de la Cancillería”, para identificar a los “impulsores de agendas enemigas de la libertad” e “influencias que promuevan agendas contrarias a la Casa Rosada”. El avance sobre los funcionarios de carrera que el gobierno impulsa nunca se ha visto en la historia reciente.
Otro polémico episodio que tomó de protagonistas a la Casa Rosada con diplomáticos fueron los constantes choques con el ex Representante Permanente ante la ONU Ricardo Lagorio, quien nunca logró confluir y alinearse con la visión ideológica de Milei. Cuando el presidente viajó a Nueva York para dar su discurso ante el organismo, a Lagorio no le fue permitido participar de la delegación oficial, ni recibirlo al presidente en el aeropuerto, ni sentarse en la Asamblea General para presenciar su discurso. Lo reemplazaron Karina, Mondino, Caputo, Bullrich y el nuevo canciller, Werthein. A partir del 30 de octubre, su salida fue oficializada.
¿Líder o guerrero?
Nula conexión con el opuesto
En un mundo totalmente globalizado, es imposible no compartir lazos culturales, históricos, comerciales y políticos con muchos países de la región y el mundo. Las declaraciones de Milei al inicio de su mandato de no “negociar” con Estados comunistas (en clara referencia a China), y que solo avalaría el comercio entre privados, demuestra que el actual presidente no tenía idea alguna de la vorágine del comercio y política exterior.
Lo cierto es que, desde el inicio de su mandato, Milei se ha enfrentado a los líderes de izquierda de habla hispana. México, Colombia, Chile, Brasil, España y claramente Venezuela son algunos ejemplos. No son pocos.
En un mes y medio de haber asumido, explotó la pésima relación entre Milei y su contraparte colombiano Gustavo Petro. El argentino, en una entrevista de CNN, llamó a Petro de ser un “asesino comunista” por su pasado guerrillero. Pero el colombiano no quedó atrás, el cual ha comparado a Milei con Hitler en 2023. Además, en represalia, Petro expulsó a todos los diplomáticos argentinos acreditados en Colombia.
Pero no solo Petro cuestionó al argentino. Tras el resultado electoral, el expresidente mexicano Andrés Manuel López Obrador declaró en sus redes sociales, que no comprende como los argentinos, siendo tan inteligentes, hayan votado por alguien que insultó al Papa Francisco tildándolo de comunista; y llamando a Milei de “facho conservador”. Milei lo denominó como “ignorante”. Evidentemente, el presidente argentino no asistió a la asunción presidencial de la aliada de AMLO el 1 de octubre, Claudia Sheinbaum.
La lista continúa con Pedro Sánchez de España, cuando en mayo el conflicto diplomático erupcionó con descalificaciones personales y declaraciones ofensivas.
El polémico discurso del mandatario argentino en su viaje a España por un acto organizado por el partido de ultraderecha Vox hizo saltar a la luz una tensión que ya venía desde antes. Allí, Milei acusó a la mujer del presidente del gobierno español de corrupta, Begonia Gómez, y de tener que tomarse 5 días para pensar eso. Sánchez recogió el guante y exigió a Milei que pida disculpas, quien se negó porque anteriormente el ministro de Transporte español, Oscar Puente, lo había tildado de “ingerir sustancias”. La disputa continuó: Argentina estuvo 5 meses sin embajador español. A finales de octubre, se normalizó la relación.
Pero el aliado más próximo que sigue generando una tensión política total en el continente americano es el enfrentamiento entre Milei y Lula. En la campaña electoral, el brasilero apoyó explícitamente a Massa, mientras que el libertario lo declaró de “gran corrupto” y de comunista. Además, apoyó absolutamente a Jair Bolsonaro.
Hasta hoy en día, no hubo encuentro alguno entre ambos, Lula exige a Milei que le pida disculpas por los dichos del pasado, pero el vocero presidencial dejó en claro que “El presidente no cometió nada de lo que tenga que arrepentirse”. Sin embargo, Milei visitó Brasil, pero para asistir a cumbres de organizaciones conservadoras. Caso similar a Estados Unidos, con quien Milei nunca ha hecho una visita de Estado, sino que ha ido en el marco este tipo de actos o a reunirse con empresarios.
Cuestionamiento a organismos internacionales
Desde su presencia en los medios (allá en 2017), durante su campaña presidencial, su última aparición en el Foro de Davos, e incluso en su discurso ante la ONU, Milei considera que la Agenda 2030 es una idea socialista que contaminó las ideas de la libertad, y que solamente ha traído miseria al mundo. Frente al organismo que creó y conduce la Agenda 2030, el libertario señaló que Argentina será el “faro del mundo” respecto al libre mercado, pero la contracara es la postura sumamente conservadora en lo social y político, principalmente en las agendas de medioambiente, género y derechos humanos.
También se demuestra poco interés del presidente argentino para con otros organismos internacionales. Con su ausencia en el MERCOSUR el 8 de julio, evitó cruzarse personalmente con Lula, pero aun así simbólicamente quedó demostrado que una cuestión personal pesa más que la principal alianza comercial de Argentina.
Giros de 180°
La recalcitrante postura tenía Milei con el gigante asiático, que había prometido en su campaña “no negociar ni con China, ni con comunistas”, duró bastante poco. Un año después, Milei declaró que “China es un socio comercial muy interesante porque no pide nada, lo único que quieren es que no los molesten”. Lo cierto es que Argentina mucho depende comercial y financieramente de China. El destrabe del swap de USD 5.000 millones hasta julio de 2026 evitó un impacto económico en las reservas del Banco Central argentino. El dogmatismo no hubiera salvado al gobierno.
Algo similar sucedió con el Papa. Durante la campaña electoral ha acusado a Francisco de ser “El representante del Maligno en la Tierra”. Pero una vez asumido el cargo, el presidente supo cambiar las aguas y admitió su equivocación. No obstante, una oculta tensión sigue y ocasionada por parte de Francisco, quien se metió en la disputa entre Cristina Kirchner y Milei.
¿Era idónea Diana?
La Casa Rosada fue erosionándole cada vez más poder y legitimidad a Mondino. Tensiones que comenzaron desde diciembre, con una Diana que buscó y se rodeó de diplomáticos de carrera para ocupar un cargo de la que mucha experiencia no tenía.
Pero las internas comenzaron con las designaciones provenientes desde la presidencia de la Nación. La abogada Úrsula Basset, puesta como “asesora” de Mondino y muy cercana a Karina Milei, controla la posición argentina de cara a la Agenda 2030, y en la filtración de temáticas consideradas “progresistas” como el género, cambio climático o ambiente. Además, en junio Karina Milei tomó el control de la Agencia de Promoción Comercial e Inversiones, crucial para incrementar los acuerdos comerciales con otros países.
Por otro lado, también desembarcó Nahuel Sotelo como Secretario de Culto y Civilización, que pasó a tratar temas de derechos humanos internacionales (área sensible para la presidencia), la cuestión ante los refugiados, la Agenda 2030, y la proximidad con el Vaticano y el resto de credos. Y con esto comenzaron las internas (buscadas) dentro de Cancillería. Finalmente, su vicecanciller, Leopoldo Sahores, renunció a mediados de octubre. El fuego amigo había debilitado muchísimo a la excanciller.
Pero no solo hubo pérdidas de poder en términos de organigrama. Las diferencias entre Karina y Mondino con respecto al escándalo con Francia, el hecho de no haber viajado a la cumbre del G7 celebrado en Italia (cumbre que reunió a las 7 economías del mundo occidental más fuertes), y la reciente disputa entre Cancillería y el Ministerio de Defensa por haber denominado Faklands a las Malvinas en un comunicado, erosionaron aún más la situación.
El voto en la ONU para con Cuba colmó la gota del vaso. Se veía venir un posible cambio de esta índole, tras la fuerte intervención que hizo la Casa Rosada en Cancillería. No obstante, no fue la mejor salida para Mondino.
¿La vamos a extrañar?
A pesar de haber hecho declaraciones sumamente polémicas como comparar a los trolos con los piojos, decir que “los chinos son todos iguales”, si sos jubilado y cobras de la ANSES seguro te vas a morir o “Ministerio de Mujeres y Sandwichitos”, Mondino supo mantener un equilibrio entre la tensión del gobierno y el personal diplomático, en el marco de las internas propias generadas por las designaciones hechas por la Casa Rosada.
Sin embargo, el aislacionismo internacional tarde o temprano comenzará a costar caro. El Pacto para el Futuro no votado en septiembre, demostró que Argentina se alineó (sin quererlo) junto a países que, según el discurso de Milei, estarían en el otro extremo: Rusia y Corea del Norte.
La postura argentina hoy es extraña y poco encontrada para cualquier generación de personal diplomático. El dogmatismo que impulsa Milei seguirá generando tensiones que el nuevo canciller deberá equilibrar e intentar destrabar. Pero el ejecutivo seguirá no poniéndosela fácil.
En el mundo de las RRII: la Nación está primero, y el “movimiento” después, o así debería ser.
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