Hace 10 días - politica-y-sociedad

La estrategia a largo plazo de la KGB y la izquierda estadounidense

Por Miami Strategic Intelligence Institute

La estrategia a largo plazo de la KGB y la izquierda estadounidense

Andrés Albuquerque desde Miami Strategic Intelligence Institute
En la década de 1980, un exinformante de la KGB llamado Yuri Bezmenov desertó a Occidente y dio una serie de entrevistas y conferencias advirtiendo sobre una estrategia soviética a largo plazo diseñada para debilitar y, en última instancia, desestabilizar a Estados Unidos.

Este artículo explorará el relato de Bezmenov sobre la guerra psicológica de la KGB, desglosará sus mecanismos ideológicos y lo comparará con las tendencias observadas en la izquierda estadounidense moderna. El objetivo no es promover la conspiración, sino examinar la coherencia entre el marco de Bezmenov y la evolución de la política y la cultura estadounidenses actuales.

Cuatro etapas de la subversión ideológica

El objetivo de la Unión Soviética no era derrotar a Estados Unidos mediante la guerra, sino socavarlo desde dentro. El plan no consistía en un ataque directo, sino en la erosión gradual de los valores e instituciones estadounidenses mediante la influencia ideológica. Consistía en un proceso de cuatro pasos:

1. Desmoralización (15-20 años)

Esta fase se centra en adoctrinar a una generación de estudiantes e intelectuales con ideas antiamericanas, marxistas y colectivistas. Según Bezmenov, al final de esta fase, las personas pierden la capacidad de evaluar críticamente la información o los hechos. Se vuelven ideológicamente rígidas.

“Aunque le llenes de información auténtica… se negará a creerla.” – Bezmenov

2. Desestabilización (2-5 años)

Una vez que se pierde la brújula moral, la desestabilización se dirige a instituciones clave: la economía, las fuerzas del orden y las relaciones exteriores. La polarización se intensifica. Los valores tradicionales se descartan o redefinen. Incluso se les etiqueta como intolerancia.

3. Generación de una crisis

El sistema entra en crisis, a menudo precipitada por el malestar social o el colapso económico. Se alcanza un punto crítico cuando la ciudadanía empieza a exigir cambios radicales, lo que a menudo conduce a un colapso de la gobernanza o del orden civil.

4. Normalización

Finalmente, un nuevo régimen —a menudo autoritario o colectivista— asume el poder con el pretexto de restaurar el orden. Puede que no sea abiertamente comunista, pero sigue un modelo de control centralizado y vertical. En este punto, la democracia deja de funcionar.

Paralelismos actuales en EE. UU.

Muchos comentaristas y pensadores políticos conservadores han reconsiderado el modelo de Bezmenov en los últimos años, señalando paralelismos entre su marco y las tendencias actuales de los movimientos progresistas en Estados Unidos. A continuación, se presentan varias intersecciones:

Existe un marcado paralelismo entre la teoría de Bezmenov y el declive desenfrenado del Partido Demócrata hacia el abismo de la extrema izquierda:

1. Educación y desmoralización cultural

El sistema educativo estadounidense moderno, especialmente en los niveles superiores, ha sido objeto de escrutinio por promover marcos ideológicos arraigados en la teoría crítica, de origen marxista. Conceptos como la opresión sistémica, el privilegio blanco y el género como construcción social dominan el discurso académico. Las opiniones disidentes a menudo no solo son desalentadas, sino condenadas como dañinas, odiosas o incluso reaccionarias.

Bezmenov argumentó que la desmoralización requería una generación entera de preparación ideológica. El panorama educativo actual refleja precisamente eso: producir graduados que odian el capitalismo, el patriotismo y las normas y valores sociales tradicionales.

2. Instituciones desestabilizadoras

Instituciones clave, especialmente la policía, el ejército y la familia, se han visto sometidas a una creciente presión ideológica. El movimiento "Desfinanciar a la Policía", la redefinición de los roles de género y el matrimonio, y un poder judicial cada vez más activista son indicios de la fase de desestabilización.

Intervenciones económicas como el gasto masivo de estímulo, la condonación de préstamos estudiantiles y la creciente dependencia del control federal son un claro recordatorio de la advertencia de Bezmenov de que las "muletas" económicas y sociales pueden utilizarse para generar dependencia del Estado.

3. Crisis fabricada

La COVID-19, los disturbios de 2020, apodados por la izquierda "el verano del amor", y la hiperpolitización de casi todos los eventos culturales han sido vistos por algunos como crisis instrumentalizadas con fines ideológicos. Muchos estadounidenses se han vuelto más receptivos a la vigilancia, las restricciones de expresión y las limitaciones de movimiento, todo ello normalizado en nombre de la seguridad.

Estas respuestas no fueron orquestadas por una potencia extranjera. El argumento central de Bezmenov es que la subversión ideológica no requiere la presencia del subvertidor; son las propias víctimas las que la llevan a cabo. Esto se basa ampliamente en el sueño de Antonio Gramsci de destruir Occidente desde dentro utilizando sus propias leyes y estructuras. Y lo mejor de todo es que esta teoría existe desde 1920, y parece que no le prestamos atención. Incluso ignoramos su peligro inherente. O peor aún...

4. “Normalización”

En nombre del progreso, han surgido nuevas normas sociales que parecen impuestas más por la presión social y la política institucional que por el consenso democrático. La censura de las grandes tecnológicas, los marcos ESG (ambientales, sociales y de gobernanza) y los mandatos de DEI en entornos corporativos y gubernamentales se asemejan más a un control ideológico centralizado que a una reforma de base.

La ideología como caballo de Troya

El mensaje de Bezmenov no se refería a un plan soviético en el sentido de un búnker secreto lleno de agentes programadores. Más bien, advertía sobre la fragilidad inherente de las sociedades libres, que se ven sutilmente inducidas a perder la confianza en sus valores fundamentales. La izquierda moderna no está necesariamente llevando a cabo una conspiración de la KGB, pero la similitud en los patrones de desmoralización y desestabilización sugiere que la subversión ideológica puede ocurrir orgánicamente, a través de cambios culturales y la adopción acrítica de ideas importadas que pueden haber perdurado en la mente de nuestros titiriteros desde el principio de los tiempos. Cambios y titiriteros son palabras clave a seguir.

Queda por ver si Estados Unidos presta atención a la advertencia de Bezmenov. Aunque tiene décadas de antigüedad, su mensaje sigue siendo una advertencia para cualquier sociedad tentada a sacrificar la verdad, la libertad y la responsabilidad individual en nombre de la pureza ideológica o la justicia social.

Andrés Albuquerque (La Habana, 1956).Senior Fellow de Miami Strategic Intelligence Institute. Se crío en una familia miembro del Partido Socialista Popular. Profesor universitario de Lingüística y Lengua Inglesa. Analista político de America TV y las emisoras Radio Caracol y Radio Actualidad, todas en Miami. Miembro del Partido Republicano de EE.UU.

¿Deseas validar esta nota?

Al Validar estás certificando que lo publicado es información correcta, ayudándonos a luchar contra la desinformación.

Validado por 0 usuarios
Miami Strategic Intelligence Institute

Miami Strategic Intelligence Institute

El Instituto de Inteligencia Estratégica de Miami LLC (MSI²) es un think tank conservador, independiente y privado, especializado en análisis geopolítico, investigación de políticas, inteligencia estratégica, capacitación y consultoría. Promovemos la estabilidad, la libertad y la prosperidad en América Latina, a la vez que abordamos el desafío global que plantean la República Popular China (RPC) y el Partido Comunista Chino (PCCh).
https://miastrategicintel.com/

TwitterLinkedinYoutubeInstagram

Vistas totales: 10

Comentarios

¿Te Podemos ayudar?