4/2/2025 - politica-y-sociedad

La posibilidad de un acuerdo de paz entre Rusia y Ucrania bajo la administración Trump

Por Poder & Dinero

La posibilidad de un acuerdo de paz entre Rusia y Ucrania bajo la administración Trump

Olkesandr Slyvchuk desde Kiev, Ucrania, para Poder & Dinero y FinGurú

Desde su campaña presidencial y tras su victoria en las elecciones de 2024, Donald Trump ha reiterado su intención de lograr un rápido acuerdo de paz entre Rusia y Ucrania. Sin embargo, la viabilidad de esta propuesta enfrenta serios obstáculos políticos y estratégicos.

Un acuerdo inviable por la cuestión territorial

Desde la perspectiva de Ucrania, aceptar un acuerdo que no contemple la devolución de los territorios ocupados es políticamente imposible. La Constitución ucraniana define sus fronteras como inalterables, y cualquier cesión territorial sería vista como una traición tanto por la sociedad como por la élite política. Además, ceder territorio sentaría un precedente peligroso, incentivando futuras agresiones y debilitando la seguridad nacional a largo plazo. Desde la perspectiva de Rusia, devolver los territorios ocupados de su vecino es altamente improbable con el régimen de Vladimir Putin en poder. Su legitimidad política se ha consolidado en torno a la expansión territorial. Por lo tanto, la posibilidad de un acuerdo rápido es extremadamente baja. Ucrania no puede aceptar la pérdida territorial sin comprometer su soberanía y estabilidad interna, y Rusia no tiene incentivos para devolver lo que ha ocupado.

Más allá de la cuestión territorial, la administración Trump enfrentaría otros grandes desafíos para lograr un alto el fuego sostenible.

Garantías de seguridad para Ucrania. Ucrania no solo busca recuperar sus territorios, sino también evitar futuras agresiones rusas. Sin una membresía inmediata en la OTAN, Kyiv exigiría compromisos de seguridad sólidos, similares a los de Israel o Corea del Sur. Sin embargo, Rusia rechaza cualquier presencia militar occidental en Ucrania y trataría de mantener al país dentro de su esfera de influencia. Sin garantías claras, cualquier acuerdo sería simplemente una tregua temporal antes de una nueva ofensiva rusa.

Divisiones entre los aliados occidentales. La UE y la OTAN han respaldado a Ucrania con sanciones contra Rusia y asistencia militar. Un acuerdo impuesto por Trump sin tener en cuenta los intereses europeos podría generar una crisis diplomática entre EE.UU. y sus aliados. Países como Polonia y los Estados Bálticos temen que una paz forzada que beneficie a Rusia incentive futuras agresiones. Si Trump reduce el apoyo estadounidense a Ucrania, podría generar divisiones dentro de la OTAN y debilitar la postura occidental ante Rusia.

Resistencia dentro de Ucrania. Cualquier acuerdo que implique concesiones significativas podría enfrentar una fuerte oposición interna en Ucrania. Si el presidente Volodymyr Zelensky o cualquier otro líder ucraniano aceptara la pérdida de territorios o una neutralidad forzada, podría desestabilizar políticamente al país y generar protestas masivas.

La participación de la OTAN y China en una negociación de paz sería crucial, pero también problemática. La OTAN ha sido el principal respaldo militar y político de Ucrania. Si Trump intenta imponer un acuerdo que no garantice la seguridad del país, es probable que los aliados europeos —particularmente Polonia, los Estados Bálticos y el Reino Unido— se opongan y busquen continuar su apoyo militar a Kyiv. Sin un compromiso claro de EE.UU., la OTAN podría enfrentar una crisis de liderazgo, lo que podría favorecer a Moscú.

China, por su parte, ha respaldado a Rusia estratégicamente sin involucrarse directamente en la guerra. Aunque ha propuesto planes de paz, estos han sido vagos y favorables a Moscú. Beijing ve el conflicto como una forma de desgastar a Occidente sin asumir riesgos directos y es poco probable que presione a Rusia para retirarse de Ucrania. Sin embargo, si Trump y Xi Jinping encuentran un terreno común en otros asuntos (como el comercio), China podría influir en Moscú para aceptar una tregua bajo ciertas condiciones.

La reconstrucción de Ucrania: un desafío económico colosal. La reconstrucción de Ucrania tras la guerra requerirá una inversión multibillonaria y décadas de trabajo. Según estimaciones del Banco Mundial, el costo de la reconstrucción podría superar los 500 mil millones de dólares y seguir aumentando.

Ucrania, por sí sola, no puede financiar su reconstrucción en el corto y mediano plazo. Su economía ha sufrido un impacto devastador, con un PIB en caída, destrucción de infraestructura crítica y una reducción de la fuerza laboral debido a la migración. La ayuda económica de Occidente será crucial, incluyendo fondos de EE.UU., la UE y organismos internacionales como el FMI y el Banco Mundial. Ucrania también buscará aprovechar los activos rusos congelados en el extranjero, aunque esta medida enfrenta desafíos legales.

Trump ha sido crítico con la ayuda económica a otros países y podría reducir el financiamiento directo a Ucrania, exigiendo que Europa asuma la mayor parte del costo de la reconstrucción. Es probable que impulse modelos de inversión privada, alentando a empresas estadounidenses a invertir en Ucrania en lugar de otorgar subsidios gubernamentales.

Garantías de cumplimiento de un posible acuerdo de paz

Para evitar que un acuerdo de paz sea violado unilateralmente, sería necesario implementar mecanismos de garantía, como:

-          Compromisos de defensa sólidos para Ucrania, como la adhesión a la OTAN o acuerdos bilaterales con potencias occidentales.

-          Bases militares occidentales en Ucrania, como ocurre en otros conflictos, como en Chipre o Corea del Sur.

-          Zonas desmilitarizadas en la frontera con Rusia para reducir el riesgo de nuevas ofensivas.

-          Sanciones automáticas contra Rusia en caso de violación del acuerdo.

Sin embargo, de momento no hay señales de que Rusia o Ucrania estén listas para negociar en términos realistas. Para el régimen de Putin, la guerra sigue siendo un instrumento para su existencia, mientras que Ucrania no aceptará ceder territorio. El cambio de gobierno en EE.UU. podría influir en la diplomacia, pero sin garantías sólidas, cualquier acuerdo sería una pausa temporal antes de que el conflicto se reanude.

Oleksandr es analista político ucraniano en el Centro de Diálogo Transatlántico, un think tank con sede en Kiev, donde coordina el Programa de Cooperación entre España y América Latina. Dentro del centro, Oleksandr coopera activamente con medios de comunicación de habla hispana, centros de análisis político y tomadores de decisiones de América del Sur y España. Actualmente, está cursando su doctorado en Ciencias Políticas en la Universidad Autónoma de Barcelona. La seguridad internacional, la propaganda mediática y la comunicación intercultural se encuentran entre sus principales campos de interés.Ha adquirido una valiosa experiencia en proyectos de desarrollo internacional durante su puesto anterior en la Universidad Ucraniana, Instituto de Política Internacional. Se graduó en la Universidad Masaryk de la República Checa con una maestría en Ciencias Políticas y en la Universidad Nacional Taras Shevchenko de Kiev con una licenciatura en Relaciones Internacionales. Habla con fluidez inglés, español, ucraniano y ruso.

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