Donald Trump y Benjamín Netanyahu
Fue un golpe claro y contundente. Donald Trump vuelve a ser presidente de los Estados Unidos. Con triunfos aplastantes en el Senado, en la Cámara de Representantes, con el nuevo mapa de gobernadores en todo el país y con el agravante para los demócratas del triunfo republicano en el voto popular.
¿Pero qué depara a la nueva gestión republicana? ¿Cómo va a gestionar Donald Trump en este segundo mandato los conflictos en el mundo que hereda de la gestión Biden? Podemos inferir algunas cosas si nos ponemos a mirar en profundidad su primer mandato.
America First:
En primer lugar, Donald Trump es elegido con un mandato popular claro “America First” (Estados Unidos Primero) lo cual va a implicar una retirada del país de los conflictos más grandes en el mundo. Pero más allá de la realidad material de la no injerencia de manera directa en conflictos bélicos, el 'America First' alcanzó una dimensión teórica que tiene anclaje en la realidad. Estados Unidos no debe meterse en el mundo, de mínima hasta que no tenga resuelta su situación doméstica.
Esta teorización del aislacionismo ha sido difundida por referentes muy cercanos al tropismo. Fue Tucker Carlson en febrero de 2024 tras su entrevista con Vladimir Putin que se refiere a Moscú como una ciudad limpia, ordenada y más ordenada que las ciudades más importantes de EEUU. “No me hizo amar a Putin, me hizo odiar a mis propios líderes. Yo crecí en un país que tenía ese tipo de ciudades. Nosotros ya no tenemos ciudades así de ordenadas. Putin hizo eso? no, los gobernadores, senadores y el Presidente fueron y hay que juzgarlos”
En una entrevista posterior con el senador Mike Lee, Carlson criticó la política del gobierno ucraniano de vender tierras, que son algunas de las más fértiles del mundo, a entidades extranjeras. Según él, esto sumiría a Ucrania en un estado de dependencia y servilismo hacia los Estados Unidos. Argumentando que esta decisión solo beneficiaría a unas pocas corporaciones y provocaría un profundo resentimiento entre los ucranianos hacia los EE.UU.
Sin embargo, existe un aspecto de la agenda internacional donde Trump no está completamente alineado con su política de 'América First'. Hay una agenda en la que Trump no tiene ningún problema en practicar su intervencionismo y en confrontar a los enemigos geopolíticos de EE.UU. en la región del Medio Oriente.
Trump e Israel como política de Estado:
Los Estados Unidos mantienen una política consolidada de apoyo irrestricto a Israel. A pesar de los titubeos de los demócratas, la administración Biden-Harris ha apoyado retóricamente y en los hechos a Israel, incluso enfrentándose a su propia base electoral, la cual apoya de manera radical la causa palestina. La imagen que recorrió el mundo y que reflejó este divorcio entre la base electoral y la dirigencia fue la de la policía reprimiendo manifestantes en los campus universitarios de ciudades gobernadas por los demócratas, como Nueva York. Para muchos analistas, esto estuvo muy vinculado a su fracaso electoral.
En cambio, Trump tiene una postura muy clara respecto a la defensa irrestricta de Israel. Su exigencia habitual de dinero a cambio de seguridad, como ocurre con los aliados europeos y de la OTAN, no parece aplicarse al país judío. Trump concibe la idea de terminar el conflicto en Medio Oriente mediante la eliminación gradual de los enemigos de Occidente.
Durante la primera administración republicana, Trump empleó una estrategia de dos frentes. Por un lado, profundizó las divisiones entre chiítas y sunnitas mediante el acercamiento de Israel a países sunitas como los Emiratos Árabes Unidos (EAU) y Bahréin, mediante los acuerdos de Abraham. Esto fue seguido de un acercamiento posterior con Arabia Saudita.
Por otro lado, Trump impuso sanciones económicas draconianas a la República Islámica de Irán con el objetivo de aplastar su economía. Mediante los bloqueos a las exportaciones petroleras iraníes, el país chiita estaba sufriendo escasez de divisas que derivaron en un nuevo incremento en la inflación sobre todo en el periodo 2018 y 2019. De esta manera, los grupos proxy iraníes perdieron capacidad económica y, consecuentemente, poder de acción militar. Así, Irán se convirtió en una nación paria y empobrecida, mientras que se fortalecían los contactos entre los suníes y el gobierno israelí.
Sin embargo, aunque esta estrategia es concreta en sus objetivos, enfrenta dos grandes dificultades que no se presentaron durante el último periodo de la administración Trump. Para comenzar, el mundo islámico, tanto chiíta como sunita, está completamente movilizado por los eventos recientes en la Franja de Gaza, por lo que nuevos acercamientos con el gobierno de Netanyahu no serían bien vistos por los ciudadanos de países como Arabia Saudita. Según una encuesta del The New York Times, el 96% de los saudíes se opone a la normalización de relaciones diplomáticas con Israel.
En segundo lugar, la guerra en Ucrania iniciada en 2022 generó la aplicación de sanciones internacionales a Rusia que aislaron al país del comercio internacional. Esto obligó al país eslavo a reinventarse en todos los frentes para poder sostener el conflicto, generando un nuevo eje económico internacional que no se rige bajo las normas internacionales ni el comercio tradicional. Incluso en momentos, el líder ruso llegó a considerar la opción de utilizar Bitcoin y transacciones en blockchain para eludir las sanciones económicas. El nacimiento de esta red de comercio internacional informal podría darle a la República Islámica de Irán la posibilidad de acceder al 'know-how' ruso sobre cómo sortear sanciones y apoyarse en este nuevo ecosistema económico para seguir financiando sus operaciones proxy en el extranjero. Esto podría potenciarse aún más si Trump cumple con su promesa de desregular aún más el comercio en criptomonedas.
Si queres saber más, es fundamental considerar cómo estas dinámicas políticas y económicas pueden ser analizadas desde una perspectiva de mercado de capitales. El curso de 'Introducción al Mercado de Capitales' de Fin Gurú ofrece herramientas esenciales para entender y actuar sobre estas oportunidades y riesgos. Al examinar las sanciones a Irán y las políticas comerciales de Trump, incluyendo su potencial desregulación del comercio en criptomonedas, los estudiantes pueden aprender a prever e interpretar los efectos de estas políticas en los mercados globales.
Trump 2.0: Desafíos de un Nuevo Mandato
Mientras Donald Trump retoma la presidencia de los Estados Unidos con un enfoque claro en 'America First', su política exterior continúa influyendo profundamente en la geopolítica global, especialmente en lo que respecta a Israel y el Medio Oriente. Estas decisiones, junto con las consecuencias económicas de las sanciones a Irán y la potencial desregulación del comercio en criptomonedas, no solo definen la política exterior estadounidense sino que también moldean el escenario económico internacional. Para los inversores y analistas del mercado de capitales, comprender estas dinámicas será crucial para navegar en un mundo financiero que es cada vez más afectado por las decisiones políticas y sus impactos económicos globales.
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