Leonardo Morales, Senior Fellow de MSI², para FinGurú
India se ha convertido en un salvavidas para el Kremlin y el presidente Donald J. Trump presiona a Vladimir Putin para que termine la guerra en Ucrania. Por otra parte, el jefe de la Oficina Oval ataca el poderoso imperio de las farmacéuticas en EEUU
Dos temas cruciales figuran en la agenda del presidente Donald J. Trump: Disminución radical de los precios de medicamentos y tratamientos en Estados Unidos y que la India no socave las estrategias de Washington contra Rusia para terminar de una vez la guerra en Ucrania.
El 7 de agosto entraron en vigor los aranceles impuestos por la Casa Blanca a los países que no quisieron negociar con Norteamérica. A muchos les convino la tasa que deben pagar y optaron por acatar.
El acuerdo logrado por el presidente Trump y su equipo negociador con la Unión Europea, que incluye la compra de 750.000 millones de dólares en petróleo, gas natural y otros carburantes, puso por primera vez en aprietos a Rusia, después de que decidiera invadir Ucrania.
Tal es así que el mandatario estadounidense confirmó un encuentro con el presidente ruso, Vladimir Putin, el 15 de agosto en Alaska. El líder ruso llamó a dos de sus principales aliados (China e India) al parecer para coordinar una respuesta a las presiones de Washington.
Sin comenzar las sanciones y en la misma fecha que se cumplía el plazo de 10 días de la Casa Blanca, Putin recibió en su oficina en el Kremlin al enviado especial de Trump, Steve Witkoff. Ambos dialogaron durante casi tres horas y tanto Moscú como Washington calificaron el encuentro de “muy productivo”, lo que demuestra la efectividad de las posturas y acciones firmes del presidente Trump en situaciones adversas.
"Me reuniré muy pronto con el presidente Putin. Habría sido antes, pero supongo que hay medidas de seguridad que tomar", dijo Trump durante una cumbre trilateral con los dirigentes de Armenia y Azerbaiyán, que acaban de firmar un acuerdo de entendimiento.
La noticia ocurre tras las conversaciones de Putin en Moscú con el enviado especial de Trump, Steve Witkoff, por casi tres horas.
A pesar de las sanciones impuestas por el gobierno de Joe Biden y el propio bloque europeo, en 2024, la Unión Europea importó más de 52.000 millones de metros cúbicos de gas ruso. La compra de gas natural licuado a Moscú en ese año registró niveles récord.
Entre los mayores importadores del gas ruso se encuentran Alemania, Francia, España, Italia, Países Bajos y Bélgica.
Por su parte, en 2024, la UE también adquirió desde Rusia 710.000 toneladas métricas de petróleo y productos derivados. A pesar de que las importaciones son menores a años anteriores a la guerra, Moscú sigue como un importante suministrador de energía para Europa. Por tales motivos, el Kremlin reaccionó de inmediato al histórico acuerdo EEUU-UE.
India en la diana de Washington
En la otra parte del cuadrilátero geopolítico, se encuentra la India, un aliado histórico y comercial de Rusia y China.
¿Por qué ahora India se ubica en el lente del presidente Trump?
En los 10 últimos años, la gran prensa liberal estadounidense ha hecho creer que este país es un "trascendental e insustituible" socio comercial de EEUU. Lo es más para India que para Washington, al menos hasta ahora.
El año pasado, las exportaciones indias hacia EEUU alcanzaron los 87.000 millones de dólares; sin embargo, en sentido contrario el flujo representó 41.000 millones de dólares en bienes y otros 42.000 millones de dólares en servicios.
En total, el comercio bilateral entre EEUU e India ronda los 200.000 millones de dólares, cuando la India goza de un superávit comercial de 44.000 millones de dólares con Norteamérica.
Todos los datos provienen de la Oficina del Representante Comercial de EEUU.
"India no ha sido un buen socio comercial, porque ellos hacen muchos negocios con nosotros, pero nosotros no tenemos el mismo volumen de negocios con ellos. Acordamos un 25% de aranceles, pero creo que voy a aumentar eso sustancialmente. Compran grandes cantidades de petróleo ruso y lo revenden con altas ganancias", dijo Trump en una reciente entrevista con la cadena CNBC.
El presidente acaba de imponer un 25% adicional que no incluye los productos que ya se gravan al 50% como el acero, el aluminio, piezas del sector automotriz y vehículos.
La medida entra en vigor en menos de tres semanas y su objetivo central es reducir la capacidad de Moscú para financiar la guerra en Ucrania, que el decreto presidencial califica de "amenaza extraordinaria para la seguridad nacional y la política exterior de Estados Unidos".
Se suma además al 25% que entró en vigor el 7 de agosto. En total, las exportaciones indias se han gravado con un 50%.
Salvavidas para Rusia
India ha contribuido de forma sustancial a convertirse en la salvación de las ventas del petróleo de Moscú.
De los 7 millones de barriles diarios de crudo que produce Rusia, India le compra dos millones de barriles diarios, el segundo mayor consumidor del petróleo ruso después de China, de acuerdo con las últimas estadísticas oficiales publicadas por The New York Times.
Pero hay más detrás de la compraventa petrolera entre India y Rusia.
El jefe de gabinete del presidente ucraniano Volodimir Zelenski, Andrii Yermak, aprovechó la ocasión para denunciar en un mensaje de la red Telegram la presencia de "componentes indios en drones rusos" que se utilizan "en el frente de guerra y contra la población civil".
La adquisición por parte de India representa casi el 30% del total de las exportaciones rusas de crudo. A un precio diferenciado respecto al mercado mundial. India se ahorró 25.000 millones de dólares en 2024 al comprar el crudo ruso.
Con precios reajustados, los tres grandes compradores del petróleo de Rusia son en este orden: China, India y Turquía.
Desde el supuesto boicot de la Unión Europea a Moscú tras la invasión a Ucrania, China ha sido el principal comprador de energía rusa con unos 219.500 millones de dólares en petróleo, gas y carbón, seguida por India, con $133.400 millones; y Turquía, con $90.300 millones. Antes de la guerra, India importaba muy poco petróleo ruso.
Eso indica que el salvavidas del presidente ruso, Vladimir Putin, durante la guerra con Ucrania ha sido sin dudas la India, la razón principal por la que Trump ha puesto en su lista negra a este país; con el objetivo de arrinconar a Putin para que firme un acuerdo de paz y salga de Ucrania.
Sólo en junio de 2025, Rusia ingresó a sus arcas 12.600 millones de dólares con sus ventas de crudo, a pesar de las baterías de sanciones y restricciones financieras y comerciales impuestas por el anterior gobierno de Joe Biden y la Unión Europea. Es decir, la economía rusa ni se ha enterado de que se encuentra bajo un supuesto embargo internacional.
La economía rusa creció el año pasado 4,3% y en términos del Producto Interno Bruto (PIB) alcanzó los 2,37 billones (trillions) de dólares. En el 2023, el dato fue entre 3,5 y 3,8%, de acuerdo con el Fondo Monetario Internacional y el Banco Central, lo que demuestra una proyección ascendente y sin un impacto considerable directo por las sanciones. No obstante, enfrenta una tasa inflacionaria del 9,4% y tensiones laborales internas por el desgaste en la guerra.
Los aranceles de la Casa Blanca van más allá de la relevante estrategia de un nuevo orden del comercio mundial. Representan para EEUU también el talón de Aquiles de muchos países en las renovadas estrategias geopolíticas y militares de Washington.
Y como ha reiterado el presidente Trump, America First y Make America Great Again no son “slogans” populistas de campaña, sino plataformas bien preconcebidas para lograr todos los objetivos en la llamada “era de oro” de EEUU.
Por eso, terminar la guerra en Ucrania y otros conflictos en el mundo, son pautas fundamentales en la agenda presidencial de Trump, quien dio como ultimátum a Putin 10 días para concluir la guerra o atenerse a severas sanciones, que se extienden a todos los países que comercian con la exrepública soviética.
Combates y aranceles
Hasta ahora, tanto Ucrania como Rusia han obstaculizado un avance definitivo hacia el fin de la guerra, algo que tiene bastante incómodo al Presidente.
Cuando periodistas le preguntaron cuál sería el mensaje de Witkoff a Moscú y si Rusia puede evitar las sanciones, respondió: "Sí, por supuesto, si llega a un acuerdo para que dejen de morir personas de forma innecesaria", respondió el jefe de la Oficina Oval.
La guerra le sigue robando mucho tiempo de trabajo y desgaste en un asunto que esperaba resolver en dos o tres semanas tras su llegada al poder. Pero se ha extendido por seis meses, sin que se avizore una pronta solución.
Pese a la presión estadounidense, los combates prosiguen.
El mismo día del encuentro en el Kremlin, las autoridades ucranianas informaron de la muerte de dos personas y una decena de heridos a causa de bombardeos rusos en la región de Zaporiyia.
Por su parte, el Ministerio de Defensa ruso anunció la intercepción de 51 drones ucranianos entre el 5 y 6 de agosto.
El ejército ruso disparó 6.297 drones contra Ucrania en julio, un récord desde que comenzó la invasión en 2022, según cifras proporcionadas por Kiev.
Trump ha pasado de la diplomacia gentil con Putin a estrategias de fuerza y la advertencia de inminentes sanciones que impacten su economía y la producción de armas y municiones.
Casi 60 países han llegado a acuerdos con EEUU o han acatado sin reclamos los gravámenes comerciales de la administración estadounidense. Otros como India, Suiza, Canadá y México siguen en busca de un pacto comercial.
Suiza, con un 39% de aranceles a sus exportaciones, donde el 60% pertenece a productos farmacéuticos, busca un acuerdo urgente con Trump, quien anunció que podría llegar a imponer hasta un 250% a los medicamentos importados en un término de uno o dos años.
México, que quiere negociar con Trump un acuerdo, disfruta ahora de un período de gracia dado a la presidenta Claudia Sheinbaum, por ser el país azteca un socio comercial prioritario y vecino de EEUU. Canadá con un 35% de aranceles afirma que continuará dialogando sobre alternativas posibles para bajar ese rango de impuesto. Brasil tendrá que pagar el 50% por su acoso político.
Trump ataca el imperio de las farmacéuticas
Pero entre los puntos más significativos en la actual agenda de Trump, figura el precio de todos los medicamentos que se importan o se fabrican en su mayoría en EEUU con materias primas del exterior y que finalmente se venden a los estadounidenses por valores desorbitantes.
En los últimos 30 años, sobre todo, los norteamericanos han sufrido como nadie los abusivos precios de las medicinas, tratamientos y seguros médicos.
En muchos casos, “el valor del producto supera hasta 10 y 15 veces el precio del mismo medicamento o tratamiento en cualquier otro país industrializado”. “Eso es inconcebible”, indicó en un comunicado la Casa Blanca.
Los estadounidenses, que representan el 5% de la población global, han sido el cajero automático de farmacéuticas y aseguradoras. Pagan el 75% de las ganancias de la industria farmacéutica y ningún otro presidente, excepto el propio Trump en su primer mandato, se han opuesto [de forma radical] a este imperio.
Las grandes farmacéuticas y laboratorios han financiado campañas a todos los niveles en ambos partidos políticos (republicano y demócrata) para evitar regulaciones, reformas y cabildear grandes subidas de precios de manera sistemática y con un escaso freno federal.
Por eso, Trump ha utilizado su poder presidencial por encima de intereses y burocracia y atiende el problema con la visión que corresponde: una grave crisis nacional en el sistema de salud. Ya propuso una primera rebaja del 59%, pero busca reducciones del 200% y más. Y para eso ha advertido de autorizar en primera instancia importaciones masivas desde Canadá y otros países con una porción del costo de los medicamentos que hoy se venden en EEUU.
Un tratamiento contra el cáncer en EEUU cuesta entre 10.000 y 12.000 dólares, mientras que en Europa -el mismo tratamiento- se cobra entre 2.000 y 2.500 dólares. La insulina sin cobertura médica (300 dólares) y en Alemania cuesta 30 dólares. Y así una extensa lista.
Entre el altísimo costo de los seguros médicos desde el Obamacare hasta el resto, los pacientes estadounidenses se han convertido en víctimas sin salida de las grandes farmacéuticas, hospitales, clínicas y aseguradoras.
De acuerdo con la Oficina para la Protección Financiera del Consumidor (CFPB), más de 100 millones de estadounidenses y casi el 30% de los hogares tienen deudas médicas, pero la cifra luce cuestionable, y podría ser mayor. Muchos han tenido que endeudarse al máximo para poder costear los altos seguros médicos y gastos en fármacos o tratamientos.
Más de dos tercios de esas personas consideran que su vida se ha convertido en un calvario, sin tener acceso a créditos ni préstamos por las enormes deudas en salud, que les imposibilita comprar una vivienda o iniciar un negocio, como simples ejemplos.
El presidente Trump está decidido a atacar con firmeza una de las diversas aristas que conforman las penurias de decenas de millones de personas, quienes viven para pagar techo y gastos cada vez más elevados del controversial sistema de salud.
Trump advirtió a las grandes compañías farmacéuticas que si no bajan los abusivos precios de los medicamentos para los estadounidenses, enfrentarán graves consecuencias.
En cartas a 17 grandes empresas farmacéuticas, Trump pidió un trabajo conjunto con su administración para establecer cambios impostergables en un plazo de 60 días. Tienen de plazo hasta el 29 de septiembre para comprometerse a hacerlo.
"Si se niegan a actuar, desplegaremos todas las herramientas legales y de todo tipo en nuestro arsenal para proteger a las familias estadounidenses de las continuas prácticas abusivas de precios de medicamentos”.
El ultimátum
El inquilino de la Casa Blanca firmó una orden ejecutiva para [completar la digitalización del sistema de salud] y facilitar el rápido acceso de los pacientes, además de buscar las soluciones más efectivas dentro del -cuestionado por décadas- sistema sanitario.
El llamado ecosistema digital de salud consiste en utilizar aplicaciones para que los pacientes puedan depositar su información personal y registros médicos en bancos centralizados para el rápido acceso.
Trump pidió la colaboración a unas 60 empresas de tecnología y de inteligencia artificial para completar el proyecto lo antes posible, que ayuda al control y diagnóstico de enfermedades crónicas.
La Casa Blanca aborda el problema de los precios desde dentro y fuera de EEUU.
El líder republicano dijo a principios de julio que “impondría un recargo del 200% si la producción no se repatría a territorio estadounidense”.
"Inicialmente vamos a colocar un pequeño arancel sobre los productos farmacéuticos, pero en un año, año y medio, como máximo, subirá al 150% y luego al 250%, porque queremos que los productos farmacéuticos se fabriquen en nuestro país", dijo Trump a CNBC.
Los gravámenes a la industria farmacéutica centran los temas en las negociaciones entre Suiza y Estados Unidos.
La presidenta suiza, Karin Keller-Sutter, y su ministro de Economía, Guy Parmelin, intentan rebajar ahora el 39%, muy superior al aplicado a los productos de la Unión Europea (15%).
Trump no parece conforme con las intenciones de Keller-Sutter.
La presidenta "es muy amable, pero no quiso escuchar. Hasta ahora casi no han pagado aranceles. Tenemos un déficit de 41.000 millones de dólares y quieren pagar el 1%", insistió Trump durante la entrevista con la cadena CNBC.
"Se hacen ricos con la industria farmacéutica y fabrican nuestros medicamentos en China, Irlanda y otros lugares", se quejó el Presidente que es muy probable que no ceda demasiado, cuando se trata directamente de la salud financiera y física de los estadounidenses.
Fuentes: Daily News, agencia AFP, informes de la Casa Blanca y el Departamento de Comercio, The Washington Post.
Leonardo Morales es un veterano periodista y líder editorial con más de 30 años de experiencia en reportajes políticos y económicos en las Américas. Graduado de la Universidad de La Habana con una licenciatura en periodismo, Morales comenzó su carrera en 1992 en CMHW Radio en el centro de Cuba.
En 2003, Morales se incorporó a The Miami Herald y El Nuevo Herald, donde se desempeñó como editor durante casi 16 años. Especializado en política y economía estadounidense e internacional, dirigió la cobertura de eventos y acontecimientos de gran impacto. También fue editor principal del suplemento Bloomberg de 36 páginas de El Nuevo Herald, donde ofreció reportajes y análisis económicos exhaustivos. Simultáneamente, trabajó como productor de noticias y redactor en Univisión, una de las principales cadenas en español de Estados Unidos.
En 2020, Morales fue nombrado editor de Política y Economía de EE. UU. en Diario Las Américas, colaborando tanto en la edición impresa semanal como en la plataforma digital. En los últimos cinco años, ha escrito cientos de artículos de investigación y análisis, ampliamente citados por medios nacionales e internacionales. Sus reportajes se han convertido en una fuente confiable para comentarios en radio y televisión, así como para debates académicos y políticos sobre tendencias económicas y políticas.
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