Desde el 24 de febrero de 2022, Europa del este atraviesa una situación de máxima tensión con la invasión rusa en la región del Donbás. Desde esa fecha Ucrania, con Volidímir Zelenski a la cabeza, ha mentenido una resistencia financiada principalemente por recursos bridados tanto por los Estados Unidos, en mayor medida, como por el resto de los países miembro de la OTAN.
Desde el comienzo de su segundo mandato en el Salón Oval en enero de este año, Donald Trump ha declarado en varias ocasiones que los recursos a Ucrania iban a dejar de llegar de manera solidaria, y que hasta que se logre un acuerdo entre Moscú y Kiev, los países europeos tenían que comenzar a tener mayor protagonismo en el financiamiento ucraniano. Europa no ha hecho oídos sordos a este reclmo proveniente desde Washington, y ha comenzado a mediados desde año un rearme que no se veía desde fines de la Segunda Guerra Mundial. Uno de los objetivos del Plan Rearm Europe, promovido desde la Comisión Europea, es el financiamiento a Ucrania en esta guerra que está próxima a cumplir 4 años en febrero próximo.
Negociaciones en curso
A comienzos de noviembre, se empezó a rumorear que Estados Unidos y Rusia habían llegado a un principio de acuerdo para poner fin a esta guerra. Esto fue confirmado por altas fuentes provenientes tanto de Kremlin como del gobierno americano, y el 21 de noviembre, el presidente Trump le dió un "ultimatúm" a su par ucraniano: con fecha límite el jueves 27 de noviembre (Día de Acción de Gracias en EE.UU.) Ucrania debería aceptar el plan. Dicha propuesta, que consiste en 28 puntos, incluía consesiones territoriales, reducción del ejército ucraniano y el abandono de las intenciones de ingresar a la OTAN. El presidente Zelensky calificó la propuesta como "una elección muy difícil: o la pérdida de dignidad o el riesgo de perder a un socio clave".
A pesar de rechazar esta propuesta, Zelensky se mostró, ante la presión ejercida, más abierto a consesiones, aunque de menor grado, que en escenarios anteriores. Con esta nueva situación, EE.UU. y Ucrania anunciaron un principio de acuerdo sobre una versión modificada del plan. Este nuevo plan de 19 puntos, le da a Ucrania mayores garantías para su seguridad. Sin embargo, Zelensky no logró garantizar la "dignidad" ucraniana, ya que la rotunda negación a la consesión de territorios no ha podido aún ser garantizada.
Respuestas desde Moscú
Ante este nuevo esceneario, el 2 de diciembre se dió una reunión entre el presidente ruso Vladimir Putin y una delegación americana para la presentación de la nueva propuesta. Desde el Kremlin calificaron el encuentro como "constructivo", aunque sin avances concretos, ya que continuan reclamando garantías sobre el estatus de los territorios ocupados y no considera aceptar ninguna condición que sea "contraria a la seguridad estratégica rusa".
A pesar de estos acercamientos diplomáticos, la situación continua escalando, ya que en las últimas horas Putin ha amenazado con cerrar el acceso marítimo de Ucrania tras los ataques contra pretoleros rusos perpetrados por drones ucranianos en el Mar Negro.
Aunque desde Washington se muestran optimistas en cuanto a la posibilidad de un acuerdo en el corto plazo, la situación continua siendo conflictiva y las bases de este potencial acuerdo siguen siendo sumamente frágiles. En este escenario, donde el conflicto parece encaminarse a un "Chicken Game", las posibilidades de Ucrania de obtener un acuerdo relativamente positivo para sus intereses se disminuyen, mientras que Rusia ya no solo cuenta con su supremacía militar, sino con pequeñas muestras de hartazgo provenientes de EE.UU.
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