La vicepresidenta Victoria Villarruel protagonizó esta semana un fuerte enfrentamiento con el presidente Javier Milei. La tensión explotó cuando ella permitió una sesión en el Senado donde se aprobaron leyes impulsadas por la oposición, como el aumento a jubilaciones y fondos para las provincias. Milei la acusó de “traición” y habló de un intento de “golpe institucional”.
La sesión se realizó en la madrugada del jueves, con mayoría opositora. Allí se votó un aumento del 7,2 % en las jubilaciones, un plus para personas con discapacidad y más fondos para las provincias. Estas medidas van en contra del plan de ajuste y ahorro que defiende el presidente.
Al enterarse, Milei reaccionó en redes sociales, muy molesto, y atacó directamente a Villarruel, llamándola “traidora”. La vicepresidenta no se quedó callada: lo acusó de maleducado, infantil, y de no entender los problemas reales del país porque vive “aislado en un palacio”. Además, dijo que si quiere ahorrar, debería empezar por los gastos del Gobierno en viajes y servicios de inteligencia.
Pero este conflicto no es un caso aislado en la política argentina. A lo largo de la historia, hubo varios enfrentamientos públicos entre presidentes y sus vicepresidentes.
En el año 2000, el entonces vicepresidente Carlos “Chacho” Álvarez renunció tras denunciar corrupción y diferenciarse del presidente Fernando De la Rúa, lo que debilitó gravemente al gobierno de la Alianza. En 2008, el vicepresidente Julio Cobos, bajo el mandato de Cristina Fernández de Kirchner, votó en contra del proyecto de retenciones móviles en el Senado, rompiendo políticamente con el Ejecutivo. Más recientemente, durante el gobierno de Alberto Fernández, se vivieron fuertes tensiones con su vice, Cristina Kirchner, especialmente en decisiones económicas y de gestión, que se hicieron evidentes en cartas públicas y mensajes indirectos.
Este conflicto deja claro que la relación entre ambos está rota. Ya desde diciembre había señales de distancia, pero ahora se hizo público y directo.
El enfrentamiento entre Milei y Villarruel marca una fuerte crisis dentro del propio gobierno. Mientras el presidente se muestra firme con su plan económico, la vicepresidenta se acerca más a temas sociales y provinciales. A pocos meses de las elecciones de octubre, esta pelea interna puede cambiar el rumbo del país y debilitar la imagen del oficialismo.
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