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Argentina acelera en la economía del espacio: talento, innovación y startups que ya juegan en las grandes ligas

Por Pat

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Por qué 2025 marca un punto de inflexión

Argentina atraviesa un momento bisagra en su economía del espacio. Así lo señalaron funcionarios, empresas y organismos multilaterales durante la jornada Innovación en Movimiento, Economía del Espacio, realizada en el C3 Centro Cultural de la Ciencia, donde se destacó que el país reúne hoy capacidades técnicas, científicas y empresariales que, combinadas con un ecosistema emprendedor cada vez más dinámico, lo posicionan para capturar valor en un mercado global que superará los USD 1,8 billones para 2035.

Este crecimiento no se explica únicamente por los lanzamientos o el hardware espacial, que representan una porción menor del negocio global, sino por la economía derivada de los datos, un ámbito que abarca agricultura de precisión, energía, infraestructura, movilidad, logística, defensa y planificación urbana. Son sectores en los que Argentina no solo exhibe una demanda creciente, sino también talento capaz de competir en el exterior.

CONAE: 30 años desarrollando un ecosistema, no solo satélites

La CONAE marcó el tono del encuentro al destacar que Argentina no es simplemente un usuario de tecnología espacial, sino uno de los pocos países capaces de gestionar todo el ciclo de una misión, desde el diseño satelital hasta el segmento terreno, incluyendo la operación y el procesamiento de datos.

A lo largo de más de tres décadas, el país construyó talento especializado mediante programas de posgrado, formación continua y una interacción sostenida con universidades. También consolidó relaciones internacionales estratégicas con agencias como la NASA, la ASI italiana, la AEB de Brasil y el CNES de Francia. En paralelo, contribuyó al crecimiento del sector privado al permitir que pymes tecnológicas y startups escalen sobre el conocimiento generado en los grandes programas estatales.

La CONAE no oculta su propósito de sostener el rol de Argentina como socio internacional relevante, al mismo tiempo que impulsa a una nueva generación de empresas para que transformen ese legado en oportunidades de desarrollo.

Empresas y startups: de la órbita baja al impacto económico en tierra

La mirada de Veng: “Un satélite no lo lanza una persona, lo lanza un país”

Laureano Bulaci, de VENG, trazó una línea histórica contundente al recordar que Argentina posee 60 años de trayectoria espacial, desde la época del mono Juan y los primeros cohetes desarrollados en el país. Esa tradición hoy se combina con una industria global que se expande a velocidades sin precedentes. En solo cinco años se pasó de 5.000 satélites en órbita a proyecciones que superan los 100.000 para 2030, un escenario que abre nuevas oportunidades para países con capacidades tecnológicas sólidas incluso cuando sus presupuestos son más limitados.

El mensaje clave: “Argentina no corre de atrás; corre con décadas de ventaja en conocimiento acumulado”.

Este capital histórico habilita la participación en nuevas cadenas de valor que incluyen constelaciones de bajo costo, servicios basados en datos, sensores, cargas útiles, electrónica y materiales.

INVAP: cuando competir significa desarrollar un ecosistema

Desde INVAP, Guillermo Rus subrayó un punto central para la economía del espacio al afirmar que no compiten las empresas, sino los ecosistemas. La firma rionegrina, referente latinoamericano en satélites, radares y energía nuclear, lleva años desarrollando proveedores locales, incubando startups como lo hizo con Satellogic en sus inicios, apoyando spin offs como Skylum en el área de enlaces ópticos y trabajando de manera sostenida con universidades y centros de investigación.

Los números de la empresa respaldan esta visión. De una facturación anual cercana a los 200 millones de dólares, alrededor del 90 por ciento corresponde a valor agregado generado en el país. La mitad de ese valor se produce fuera de la propia compañía, en proveedores que INVAP acompañó durante años para que alcanzaran los estándares de calidad necesarios. Esta dinámica refleja una estrategia explícita: fortalecer el ecosistema para sostener la competitividad internacional en un sector donde los avances son continuos y la exigencia técnica, cada vez mayor.

Para la economía del espacio, esto significa que Argentina ya cuenta con una red de capacidades industriales maduras, lista para escalar hacia nuevas oportunidades. Guillermo destaca: “El desarrollo del ecosistema no es caridad. Es una estrategia para mantener la competitividad internacional”.

El BID: evidencia económica del “derrame espacial”

La participación del BID confirmó algo que muchos intuían, las misiones satelitales generan un crecimiento económico tangible en las empresas que intervienen en ellas, incluso cuando no son contratistas principales. El organismo presentó evidencia de que numerosas firmas proveedoras del programa SAOCOM incrementaron su productividad, mejoraron sus estándares de calidad y ampliaron su capacidad exportadora después de haber participado en el proyecto.

El BID también advirtió que la demanda regional de servicios basados en datos satelitales no se está aprovechando como se podría y que Argentina está bien posicionada para transformarse en un proveedor central de estas soluciones. Las oportunidades se extienden a sectores como agricultura, minería, gestión del agua, biodiversidad, prevención y monitoreo de incendios, infraestructura y adaptación al cambio climático, todos ámbitos con necesidades concretas y crecientes.

Además, el banco recordó que cuenta con instrumentos capaces de acelerar el desarrollo de este ecosistema. Entre ellos se destacan el financiamiento para proyectos de innovación, la inversión directa en startups a través del BID Lab, el respaldo a fondos de capital emprendedor y los programas destinados a modernizar al sector público mediante el uso inteligente de datos espaciales.

Startups y proyectos argentinos: el nuevo NewSpace local

La segunda parte de la jornada permitió ver en acción a diferentes proyectos y empresas que representan la nueva ola de innovación espacial argentina. Desde estaciones terrenas hasta lanzadores, pasando por rovers lunares y satélites de 5 cm.

ASTAR (Proyecto FIU UBA): estudiantes que ya construyen hardware espacial

El proyecto ASTAR propone un CubeSat con un fuerte foco en el desarrollo de capital humano, ya que son estudiantes quienes diseñan, integran y validan los módulos satelitales bajo supervisión profesional. El equipo logró un hito relevante al participar en el programa Atenea de la CONAE, donde aportó hardware certificado que terminó integrado en la cápsula Orión.

Lo más interesante es que el grupo funciona prácticamente como una startup dentro de la universidad, con capacidad para desarrollar módulos energéticos y componentes electrónicos mientras forma una cantera de talento que ya empieza a ser observada por el sector privado.

DIY Satellite: PocketQubes y acceso al espacio por USD 10.000

La empresa ofrece la solución más accesible del país para poner hardware en órbita mediante satélites de cinco centímetros de lado, servicios de lanzamiento, gestión completa de trámites regulatorios y la provisión de estaciones terrenas llave en mano. Este enfoque resulta relevante porque democratiza el acceso al espacio y permite validar tecnologías con presupuestos mínimos, además de integrarse con lanzadores de Europa, Corea y Brasil, lo que amplía significativamente las posibilidades de inserción en misiones internacionales.

Su representante, Gustavo Carpiano destacó: “Todos se entusiasman con construir el satélite… hasta que descubren los trámites. Nosotros resolvemos todo”.

HAEDO-SAT (UTN): un CubeSat 3U de observación terrestre

La UTN trabaja en el diseño completo de un satélite de tres unidades equipado con una cámara pancromática, paneles solares desplegables y una bahía destinada a experimentación. El proyecto se desarrolla bajo estándares NASA y ESA, siguiendo normativas ECSS, y combina investigación aplicada con formación académica de alto nivel. Esta iniciativa ofrece una ventaja estratégica al consolidar capacidades completas de ingeniería de sistemas dentro de la propia universidad y al mantener vínculos activos con la CONAE, la UNSAM, la UNLP y otros actores del ecosistema espacial.

USAT-1 (UNLP): ciencia con GNSS desde un CubeSat

El primer CubeSat universitario de la UNLP apunta a medir presión, humedad y características del suelo mediante reflexión de señales GNSS, una técnica de observación avanzada con múltiples aplicaciones climáticas y agrícolas.
El CTA ya demostró capacidades al integrar hardware para la misión Atenea de NASA.

RoverTito (Space Bee Tech): el primer rover lunar argentino

Ya con la mirada puesta en misiones previstas para 2027 y 2028, RoverTito avanza como un rover modular, liviano y de código abierto diseñado para tareas de exploración lunar. El proyecto apunta a democratizar la exploración robótica, habilitar que empresas locales prueben sensores directamente en la superficie de la Luna y sentar las bases para una futura constelación de micro-rovers. Se trata de una oportunidad inédita para que Argentina se incorpore a la cadena de valor lunar con tecnología propia.

Addipod: un deployer CubeSat impreso en 3D

Desarrollado íntegramente en polímeros avanzados mediante impresión 3D, este deployer reduce de manera significativa la masa, baja los costos y permite una producción mucho más rápida, con la posibilidad de adaptarse a formatos de una, tres o seis unidades. Es una innovación que se alinea directamente con la tendencia global de hacer más accesibles los lanzamientos y de facilitar la entrada de nuevos actores al sector espacial.

Tlon Space: un lanzador orbital liviano made in Argentina

Aventura I, con apenas 850–1.000 kg de masa al despegue, apunta a convertirse en el lanzador orbital más liviano del mundo. Puede colocar 25 kg en órbitas de 200 a 550 km.

Esto permitiría algo inédito para el país: acceso soberano al espacio para nanosatélites.

Satélites SAR en banda X para interferometría

Es un proyecto que articula a diversas empresas locales para desarrollar antenas SAR miniaturizadas y constelaciones de observación independientes, con el objetivo de brindar capacidades avanzadas de monitoreo de infraestructura, detección de deformaciones del terreno, apoyo a actividades de minería e hidrocarburos, aplicaciones en defensa y herramientas para la gestión de emergencias.

Argentina podría así producir tecnología SAR de exportación, un segmento donde pocos países compiten.

Satellitear

Ofrecen soluciones de información geoespacial con aplicaciones en agro, energía, industria, logística y gestión territorial, transformando imágenes satelitales en conocimiento práctico que luego se valida directamente en el territorio.

Space Dream

Se trata de una arquitectura orientada al turismo espacial que propone hábitats modulares capaces de generar gravedad artificial, una innovación que posiciona al proyecto como una visión pionera dentro de un segmento emergente de la industria.

Argentina está lista para jugar el partido grande

La economía del espacio ya no es ciencia ficción ni un lujo reservado para potencias con presupuestos ilimitados; es un sector donde Argentina combina talento altamente calificado, una trayectoria científica e industrial comprobada, startups que ya exportan tecnología, universidades capaces de producir hardware espacial, empresas público privadas consolidadas y un creciente interés de organismos internacionales como el BID por escalar proyectos locales.

El desafío ahora no es tecnológico, Argentina ya demostró que puede, sino estratégico y financiero, es decir, asegurar continuidad, inversión y regulaciones que potencien al sector en lugar de frenarlo.

La jornada dejó en claro que Argentina quiere ocupar su lugar en la nueva economía espacial, y las capacidades ya están en marcha.

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Pat

Pat

Escritora aficionada con formación en civil y common law, gestión y energías renovables, vengo de trabajar en gestión patrimonial y compliance, aunque mi curiosidad siempre me lleva más lejos. Me encanta explorar cómo el ESG (Ambiental, Social y Gobernanza), las energías renovables, la industria aeroespacial, blockchain y el legaltech pueden mezclarse para impulsar un smart future de verdad. Cuando no estoy conspirando ideas, estoy navegando o haciendo curaduría de memes para mi IG!

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