Acostumbrados a décadas de hostilidad fiscal, el productor agropecuario desarrolló extensos (aunque legítimos) debates enfocados en un sólo tema: retenciones. Sin embargo, este enfoque no le permitió quitarse el velo para advertir una amenaza de proporciones sísmicas que emerge silenciosamente: China.
Lejos de ser un cliente voraz, este país avanza sin pausa como un competidor implacable cuya ambición genética amenaza con reconfigurar el mapa agropecuario global.
Redefiniendo la Competencia Agropecuaria
Desde que Xi Jinping tomó el poder, China persigue la autosuficiencia agrícola con resultados aplastantes. En 2024, cosechó 706,5 millones de toneladas de granos (+1,6% vs. 2023), con un rendimiento de 394,7 kg/mu (+5,1 kg). Su 14.º Plan Quinquenal (2021-2025) apunta a 770 millones de toneladas para 2025, y para 2030 sumará 55 millones más, alcanzando más de 760 millones. En soja, proyecta 23 millones de toneladas para 2025, golpeando directo a Argentina, mientras asegura 117 millones de hectáreas cultivables, el doble de la tierra arable argentina.
En 2024, aprobó 12 cultivos transgénicos (soja, maíz, algodón), integrando biotecnología masiva. El Congreso de Semillas 2025 y el Foro Nanfan (19-23 de marzo, Hainan) exhibieron cultivos resistentes a plagas y climas extremos, optimizados con “SeedLLM”, un modelo de IA que acelera el desarrollo genético. El Plan de Agricultura Inteligente (2024-2028) impulsa aldeas digitales y parques agrícolas de alta tecnología, respaldados por 10 billones de yuanes (1,4 billones de dólares) en alivio de deuda y 10 mil millones en subsidios directos.
A su vez, la Conferencia Central de Trabajo Rural de diciembre de 2024 lo dejó claro: la estabilidad "absoluta" en la producción de trigo y arroz no es negociable, y las zonas estratégicas como la región del río Yangtzé ya producen arroz de doble cosecha y trigo de alta calidad a niveles que superan los rendimientos argentinos con creces.
La Caída de un Titán: ¿El Presagio para Argentina?
En Estados Unidos, China ya dejó huella: en enero de 2025, el lanzamiento de la plataforma de Inteligencia Artificial DeepSeek hizo caer casi un billón de dólares en el mercado tecnológico estadounidense en un día. En la misma línea, el 60% de las empresas biotecnológicas sanitarias colapsaron y fondos de inversión (500-2.000 millones de dólares) están actualmente cerrando por acumulación de pérdidas.
Asimismo, en un lapso de apenas tres años, dicho país pasó de ser un indiscutido líder global a depender de China para la obtención del 90% de sus materias primas farmacéuticas (APIs). Una vulnerabilidad estratégica que compromete gravemente su capacidad de producción de vacunas y otros medicamentos esenciales ante una eventual nueva pandemia.
Argentina: Eficiencia Amenaza Existencia
El agro argentino, pilar económico con soja, maíz y carne, enfrenta una tormenta letal. China perfecciona cultivos y ganado con biotecnología avanzada, buscando inundar los mercados internacionales con productos agropecuarios a un tercio de los valores actuales, un escenario insostenible para un sector que aún se apoya en métodos productivos tradicionales.
En este inédito y hostil tablero de juego global, la mera eliminación de las retenciones, largamente demandada, se revela como una medida paliativa insuficiente ante el avance arrollador del gigante asiático. Estimaciones preliminares sugieren que el 80% de los productores argentinos podrían quebrar en el caso de continuar por esta misma senda, incluso con la supresión total e inmediata de las cargas impositivas.
La pregunta fundamental que debe resonar en cada rincón del sector ya no es la tradicional "¿a quién exportar?", sino un imperativo mucho más profundo: “ ¿qué podemos producir?”
El Marco Regulatorio: Una Rareza a Nivel Global
Argentina tiene un as en la manga: su marco regulatorio en edición genética. Más ágil que Brasil, ausente en Estados Unidos y la Unión Europea, que permite aprobar innovaciones rápido, atrayendo a empresas biotecnológicas tanto para producción como para inversión. Con Estados Unidos asfixiado por su crisis regulatoria (3.400 empresas en jaque), una alianza inmediata para producir cultivos y ganado genéticamente superiores es la única y tangible vía para disputar, cuerpo a cuerpo, el liderazgo agropecuario frente a la colosal maquinaria china.
Esta no es una opción, es una necesidad vital para iniciar la producción conjunta y veloz de productos genéticamente avanzados en un contexto donde la cuenta regresiva ya comenzó, el tiempo apremia y la pregunta ya no admite evasivas: se trata de sobrevivir o sucumbir.
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