Bien podría ser una atracción turística del antiguo Egipto o el nombre de una película de terror, sin embargo, en este caso estamos refiriendo a momentos en que las empresas, en general startups, permanecen ancladas en una etapa evolutiva sin avanzar, muchas veces, con resultados de caja negativos.
Es un momento en el que muchos de los colaboradores pierden la confianza en el modelo de negocio, en los fundadores o en los responsables de las distintas áreas. Cuando solo escuchan los malos comentarios y se quedan sin respuestas o pierden la motivación en seguir buscando ese valor que los hace distintos o mejores.
En el dinámico mundo de las startups, donde la innovación y la incertidumbre se entrecruzan, tomar decisiones con conocimiento de causa es la clave de la supervivencia y el éxito. Entender que son los menos los que se desarrollan y perduran servirá para ordenar euforias y depresiones, ambas emociones típicas en los emprendedores recién iniciados.
Veamos algunas estadísticas relevantes:
De acuerdo con el Informe global de Mckinsey se crean por año más de 300 millones de empresas. Solamente en los Estados Unidos se inician medio millón de pymes por mes.
El 20% de las startups fracasan al cabo de un año.
El 30% de las startups cierran en dos años.
El 50% de las startups cierran sus puertas en cinco años.
El 70% de las startups se disuelven en 10 años.
Es decir que sólo 8 de cada 100 perduran en el tiempo.
Estas cifras muestran que el camino de las startups es desafiante, aquellas que persisten y aprenden de sus errores tienen la oportunidad de alcanzar el éxito
El “valle de la muerte" se refiere a una fase crítica por la que pasan estas empresas.
En general, es un momento en el que la startup tiene flujo de caja negativo y perdura hasta el momento en el que la empresa alcanza el punto de equilibrio financiero (break even), donde los ingresos superan los gastos. En promedio, las startups tardan de 2 a 3 años en obtener ganancias.
Al menos que la empresa inicie su actividad con números positivos, el valle de la muerte comienza desde el mismo momento en que la startup inicia su actividad.
Existen diferentes tipos de valles de la muerte:
Con financiación: Si tienes financiación pero aún no has alcanzado el break even, estarás en el valle de la muerte. Aunque es desafiante, tus inversores son conscientes de esta etapa.
Sin financiación: Si no cuentas con financiación o esta se está agotando, debes tener mucho cuidado. En esta situación, las opciones son limitadas, y si no logras remontar, la empresa podría cerrar.
Sugerencias para afrontar estos tiempos...
Nuevo fondeo: Asegúrate de tener suficiente financiación para evitar el cierre prematuro. Aunque no te libra del valle, te da margen para seguir operando. En ocasiones, ante la falta de inversores externos se pueden participar a colaboradores claves en el negocio o hacer acuerdos con proveedores para dar acciones a cambio de sus servicios. Es recomendable tener previstas cláusulas de recompra en estos casos.
Reduce tu equipo: Al lanzar la startup, mantén un equipo lo más reducido posible. Menos empleados significan menores gastos en nóminas.
Enfócate en clientes: Incrementa tus ingresos y busca clientes reales. Ellos son quienes realmente financian la empresa.
Foco: Tanto para el éxito del proyecto como para dar garantía a los inversores, el compromiso y la idoneidad del equipo y particularmente de sus fundadores hace la diferencia.
Antecedentes: Resulta más sencillo conseguir fondeo y obtener resultados operativos mejores cuando quienes forman parte del equipo vienen del sector en el que la empresa se va a desarrollar. Conocer el mercado es fundamental para no cometer errores, para medir los alcances y capacidades del negocio y para tener acceso a los jugadores claves del sector.
Define el modelo de negocio: Es probable que durante el proceso de desarrollo el modelo de negocio, o sea, cuales van a ser las principales fuentes de ingreso y costos de la compañía, puedan cambiar. Sin embargo, siempre debe existir claridad en el plan de negocios, acompañado por indicadores que permitan medir la evolución y generar ingresos para llegar al punto de equilibrio. Sin estas cualidades los inversores difícilmente inviertan.
En resumen, el valle de la muerte es un desafío común en el camino de las startups, pero con una gestión cuidadosa y estratégica, es posible superarlo y alcanzar el éxito.
El mundo empresarial está en constante evolución, y las empresas emergentes desempeñan un papel crucial en la economía global.
Aunque muchas startups enfrentan desafíos, aquellas que persisten y se adaptan tienen la oportunidad de crecer y prosperar.
Comentarios