Ser emprendedor combina aspectos relacionados con la personalidad y la formación.
Si bien se puede nacer con predisposición a emprender, el aprendizaje y la capacitación son esenciales para alcanzar el éxito.
Es fundamental estudiar y evaluar los procesos antes para optimizar recursos y tiempo.
Si bien la propia experiencia es una de las formas de aprender, en ocasiones llega tarde y es cara.
La propensión o aversión al riesgo y la disposición a aventurarse pueden ser rasgos naturales y comunes en la mayoría de los emprendedores que nacen con ciertas cualidades, y se hacen a través de su experiencia y formación.
En esta ocasión presentamos algunas de las etapas tradicionales para encarar el financiamiento de un proyecto que se inicia o “startup”.
Esta información será útil para ordenar y orientar los esfuerzos a la hora de salir a buscar dinero para iniciar y hacer crecer nuestros proyectos de inversión.
Fase Pre - Semilla:
En esta fase inicial, la startup tiene solo una idea sin un modelo de negocio definido.
El objetivo principal es crear un modelo de negocio.
La valoración de la empresa suele estar por debajo del millón de dólares, y la dilución se encuentra alrededor del 10-15%, entendiendo por tal, a la parte que pretenderá quien invierte por el dinero que aporta.
Los inversores más comunes en esta etapa son business angels, algunos programas del estado o aceleradoras, es usual encontrar en esta etapa a familiares o amigos que apoyan al emprendedor y a su iniciativa.
Fase Semilla:
En esta etapa, el modelo de negocio ya está definido y la startup comienza a obtener resultados operativos.
El objetivo es centrarse en el crecimiento y demostrar métricas que atraigan a inversores.
La valoración promedio es de 1,7 millones de dólares, con una dilución del 15%.
Los inversores son similares a los de la fase pre - semilla.
Ronda Puente:
Esta etapa se da cuando la startup ha cerrado una fase semilla, pero en esos 12-18 meses no ha conseguido los propósitos financieros que se espera de ella, le faltan generar más ventas, clientes, etc. para poder optar a una ronda Serie A, por lo tanto, recurre a este tipo de ronda puente. El propósito financiero es escalar métricas y aumentar el equipo humano.
Fase Temprana
Esta etapa es cuando la startup ya tiene un alto potencial de crecimiento y sus ingresos operativas superan a los costos, por lo que necesita una ronda de financiación Serie A y Serie B. Una de las principales formas de financiación para las startups en esta fase es a través del Venture Capital, una operación financiera en la que se aporta capital a cambio de un porcentaje de la empresa. Para ello, el objetivo de la startup es escalar métricas, mostrar una rentabilidad atractiva para los inversores y ampliar el equipo.
Capital Serie A: Habitualmente, se exige entre 1 a 5 M para continuar con el proyecto.
Capital Serie B: Desde 6 hasta 20M para impulsar el crecimiento del emprendimiento.
El objetivo es generar una especie de colchón operativo de al menos 6 meses, y la equidad de estas rondas oscila entre el 5 al 10%.
Fase de Crecimiento
En esta etapa, la startup ya tiene cierta madurez y cuenta con números positivos y una estrategia de crecimiento definida. El objetivo de esta fase es centrarse en el crecimiento y aumentar el beneficio y el número de clientes. Para esta fase, se recurre a la llamada ronda Serie C, donde la financiación externa es importante y la más común proviene de los Grandes Fondos como bancos de inversión o sociedades de capital privado que ofrecen hasta 20M.
Las rentabilidades asociadas a cada etapa de inversión están, obviamente, en relación al riesgo que se corre.
Quienes entran primero aspiran a multiplicar sus aportes, mientras que los últimos a recibir un margen de rentabilidad razonable.
En el mundo de las Startups encontramos un concepto frecuente y temido, “el valle de la muerte”, sin embargo este tema será motivo de otra nota, en la que pondremos especial atención a los aspectos generales que debemos observar antes de invertir en una empresa de alto riesgo.
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