A lo largo de los años la calidad ha sido considerada como una manera de obtener mejores resultados en la venta de los productos. Los interesados presentaban al comerciante un detalle de las necesidades que pretendían que el producto cumpliera, de manera tal que el mismo pudiera satisfacerlas.
Hoy en día podemos decir que la calidad ha evolucionado de tal manera como si de un estilo de vida se tratase. En la actualidad, hablar de calidad es hablar de todo un sistema en conjunto. Ya no basta decir que un producto tiene “calidad” por cumplir con ciertos requisitos; sino que la calidad es percibida por el entorno que la rodea. No es lo mismo decir que un producto tiene calidad sin conocer un poco el trasfondo del sistema que lo acompaña.
Podemos mencionar el caso de la automotriz Toyota, la cual es una marca que ha logrado evolucionar en términos de calidad de tal manera que los usuarios ya confían en ella sin la necesidad de probar el producto.
Ninguna empresa que no contemple trabajar con un sistema de calidad podrá perdurar en un futuro cercano. En cambio, aquellas que adopten la calidad como una práctica se beneficiaran de nuevas oportunidades.
Gracias a la Norma ISO 9001 las empresas pueden identificar cuáles son los aspectos necesarios a desarrollar para que un sistema de gestión de calidad pudiera hacerse efectivo. Esta Norma presenta una serie de requisitos que una empresa debe contemplar si busca desarrollar un sistema de calidad con éxito.
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