13/2/2025 - tecnologia-e-innovacion

Vive la résistance

Por Pablo Ortega Ferron

Vive la résistance

resistencia bacteriana

La resistencia es algo muy propio de todos los seres vivos. En todo momento, estamos resistiendo diferentes cosas, la temperatura del ambiente, caídas, cortes, enfermedades, la misma presión atmosférica y la gravedad ejercida por el planeta en el que vivimos. Todas estas “resistencias” que en general nos permiten seguir viviendo, son el resultado de millones de años de evolución y adaptación desde que éramos organismos unicelulares hasta la actualidad. Hoy en día, el ser humano resiste todas las temperaturas en el planeta, logrando tener una vida donde nunca se había imaginado, incluso fuera de nuestro planeta, y aunque estas no son resistencias “naturales” nos hemos hecho resistentes a muchas cosas, pero no somos los únicos. Hay otros organismos que han desarrollado resistencias impresionantes, y aún siendo diminutos sus resistencias son enormes. Las bacterias son unos de los organismos más versátiles en el mundo, siendo miles de millones y cubriendo la gran mayoría del mundo, hay bacterias que se han desarrollado para resistir temperaturas extremas, pH extremos, incluso niveles de radiación extremos, mención honorífica a Deinococcus radiodurans, estas son bacterias extremófilas, pero estas increíbles resistencias, no se comparan a una resistencia bacteriana, que amenaza la supervivencia de nuestra especie, la resistencia a los antibióticos. 

Las bacterias resistentes a antibióticos o superbacterias como se les ha llegado a conocer, son una de las problemáticas de salud pública con mayor relevancia y que amenazan convertirse en un problema incontrolable en un futuro no tan lejano. Esta resistencia a los antibióticos se da por medio de mutaciones en las bacterias que causan que los antibióticos pierdan su efectividad contra estas. Hay muchos antibióticos con múltiples mecanismos de acción, como por ejemplo, la estreptomicina un antibiótico aminoglucósido y de los más utilizados en la actualidad, actúa mediante la unión al ribosoma bacteriano, lo que entonces ocasiona la producción de proteínas truncas y defectuosas o incluso inhibiendo su producción por completo, evitando así la replicación y acción en general de la bacteria.[1] Pero entonces, bacterias como Mycobacterium tuberculosis ya se ha adaptado a estas acciones, con mutaciones específicas en genes como el rsl el cuál codifica para el ribosoma, estas modificaciones alteran la capacidad de la estreptomicina para unirse al ribosoma, haciendo al antibiótico completamente inofensivo para estas bacterias.[2] Como este hay varios ejemplos de modificaciones estructurales, o en la membrana, o incluso el desarrollo de mecanismos enzimáticos para neutralizar a los antibióticos. 

En esta imagen se puede apreciar la evolución de la resistencia bacteriana. Estos son antibiogramas, lo que se hace es que se colocan estos discos blancos que contienen distintos antibióticos en un cultivo masivo de bacterias, entonces estos crecen y se generan los halos de inhibición, son las zonas sin bacterias que se observan a la izquierda. Pero como se puede ver en el cultivo derecho, los halos de inhibición son mucho menores a lo que eran hace algunos años.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) lleva varios años advirtiendo sobre la problemática que representan las bacterias resistentes a antibióticos, incluso llegando a llamar “una de las mayores amenazas para la salud mundial”. Hay un creciente número de infecciones como la neumonía, la gonorrea o la tuberculosis que cada vez se hacen más difíciles y en ocasiones, simplemente imposibles de tratar. Pero aún cuando este problema parece ser una genuina amenaza para la supervivencia de miles de personas, la sociedad no parece estar consciente de cómo todos los años fallecen miles de personas por infecciones resistentes. Con la gran disponibilidad farmacéutica que existe hoy en día, se generan 2 obstáculos principales. El abuso de antibióticos y su uso indebido y la falta de desarrollo de nuevos antibióticos.[3] El desarrollo farmacológico se ha concentrado mucho en la innovación en medicamentos para cáncer, problemas cardiovasculares, generación de anticuerpos monoclonales, problemas genéticos y medicina personalizada, y todo esto es muy bueno, cada vez se ven más noticias como la científica mexicana que logró erradicar el virus de papiloma humano (VPH) en 29 mujeres, librándolas por completo del cáncer cérvico uterino que se asocia tanto con este virus [4] sería una barbaridad decir que algo como eso es malo, pero tampoco todo es simplemente por bondad, sino que tiene mucho que ver con el regreso de la inversión. La innovación farmacéutica es sumamente extensiva, tanto en dinero y tiempo, y al ya existir “algunas opciones” no se suele ver rentable generar nuevos antibióticos, sino sólo continuar con el desarrollo de los existentes, que no tiene los mismos efectos y no suelen evitar las resistencias. Otro representante de la OMS menciona que "La situación actual es un callejón sin salida. No es que no tengamos antibióticos nuevos, si no que no hay antibióticos de familias nuevas, tenemos solo mejoras sobre fármacos que ya utilizamos.”[3]

Un informe de la OMS del Sistema Mundial de Vigilancia de la Resistencia a los Antimicrobianos y de su Uso (GLASS), analizó la tasa de resistencia a los antibióticos en relación con la cobertura de pruebas analísticas en cada país, asi como las tendencias al respecto desde el 2017, además de datos sobre el consumo humano de estos medicamentos en al menos 27 países. Lo que se reveló en este informe fue en primera instancia, niveles de resistencia elevados por encima del 50% en bacterias causantes de septicemia en hospitales, como por ejemplo Klebsiella pneumoniae. La septicemia hospitalaria es una infección muy peligrosa, ya que se presenta principalmente en pacientes quirúrgicos en recuperación, que tienen el sistema inmune comprometido, haciéndolos susceptibles a complicaciones derivadas de la infección, para tratar estas infecciones, se suelen emplear antibióticos de último recurso como los carbapenémicos, antibióticos bactericidas que actúan inhibiendo la síntesis de la pared celular bacteriana. Inhiben la transpeptidación en las etapas finales de la síntesis del peptidoglicano, polímero esencial para la pared bacteriana. La alteración de la pared produce la activación de enzimas autolíticas que provocan la destrucción de la bacteria.[1,5] Pero de acuerdo con el informe, un 8% de las septicemias causadas por K. pneumoniae son resistentes a este tipo de antibiótico, aumentando el riesgo de la infección considerablemente.[5]

Las infecciones comunes también han desarrollado una tendencia por presentar una ascendente resistencia a los tratamientos. Más del 60% de las cepas aisladas de Neisseria gonorrea, la responsable de una de las enfermedades de transmisión sexual más comunes, han mostrado resistencia a uno de los antibacterianos más utilizados, la ciprofloxacina, un antibiótico perteneciente a las quinolonas, el cual actúa mediante la inhibición selectiva de la ADN-girasa bacteriana, enzima que interviene en el plegamiento de la doble hélice del ADN, y que es fundamental para la estructura tridimensional correcta del material genético.[1,5] Más del 20% de las cepas aisladas de Escherichia coli, el agente infeccioso más común en infecciones de vías urinarias, resultaron resistentes tanto a fármacos de primera línea (ampicilina y cortimoxazol) como a los tratamientos de segunda línea, que deben ser más dirigidos y potentes (fluoroquinolonas). El Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, el director general de la OMS desde el 2017 dijo lo siguiente con respecto a esta problemática, “La resistencia a los antimicrobianos erosiona la medicina moderna y pone millones de vidas en peligro, para aprehender realmente la magnitud de la amenaza mundial y organizar una respuesta de salud pública eficaz contra las antibiorresistencias debemos multiplicar los análisis microbiológicos y generar datos de calidad garantizada en todos los países, y no solo en los más ricos”.[5] Debido a la insuficiencia de la cobertura de pruebas analíticas y la escasez de laboratorios suficiente equipados, especialmente en países en vías de desarrollo, sigue resultando difícil interpretar con exactitud las tasas de resistencia antibiótica. Para responder a esta problemática, la OMS planea obtener datos probatorios por medio de encuestas, esto a corto plazo; en un plazo mayor, el plan se basa en generar capacidad de vigilancia sistemática, lo que se traduciría en la implantación de encuestas representativas a escala nacional sobre la prevalencia de estas resistencias, generando un nuevo acervo de datos de referencia y datos de tendencia en la materia que sirvan para moldear y emitir políticas y seguir detenidamente las intervenciones.[5]

La OMS, cuenta con una lista de estas bacterias resistentes, cuya última actualización fue en el 2024, en esta se han eliminado cinco combinaciones de patógenos y antibióticos incluidas en la lista original del 2017, y se han agregado cuatro combinaciones nuevas. Las enterobacterias resistentes a las cefalosporinas de tercera generación figuran en un grupo independiente dentro de la categoría de prioridad crítica, lo que pone de manifiesto su carga de morbimortalidad y la necesidad de aplicar intervenciones específicas para hacerles frente, sobre todo en los países de ingresos bajos y medianos. Aquí dejo la lista de patógenos bacterianos prioritarios de la OMS:[6]

  • Prioridad crítica:

    • Acinetobacter baumannii resistente a los carbapenémicos

    • Enterobacterias resistentes a las cefalosporinas de tercera generación

    • Enterobacteriales resistentes a los carbapenémicos

    • Mycobacterium tuberculosis resistente a la rifampicina. 

  • Prioridad alta:

    • Salmonella Typhi resistente a las fluoroquinolonas

    • Shigella spp. resistente a las fluoroquinolonas

    • Enterococcus faecium resistente a la vancomicina

    • Pseudomonas aeruginosa resistente a los carbapenémicos

    • Salmonelas no tifoideas resistentes a las fluoroquinolonas

    • Neisseria gonorrhoeae resistente a las cefalosporinas de tercera generación y/o a las fluoroquinolonas

    • Staphylococcus aureus resistente a la meticilina 

  • Prioridad media:

    • Estreptococos del grupo A resistentes a los macrólidos

    • Streptococcus pneumoniae resistente a los macrólidos

    • Haemophilus influenzae resistente a la ampicilina

    • Estreptococos del grupo B resistentes a los macrólidos 

En esta lista hay demasiados microorganismos relativamente comunes, y aunque no todas sus infecciones serán resistentes, poco a poco la población más resistente ira ganando dominancia sobre las bacterias, “comunes”, un perfecto ejemplo de evolución Darwiniana. Los cambios introducidos con respecto a 2017 reflejan la dinámica de la resistencia a los antimicrobianos, que obliga a adaptar las intervenciones. A fin de poder usar esta lista como herramienta en todo el mundo, se debe adaptar a los contextos nacionales y regionales teniendo en cuenta las variaciones regionales en la distribución de los patógenos y en la carga de las resistencias. Por ejemplo, Mycoplasma genitalium farmacorresistente, que no está incluido en la lista, plantea problemas de forma creciente en algunas partes del mundo.[6]

Se le debe de hacer frente a esta amenaza, todos los países deben de participar en el esfuerzo por combatirla, potenciando su capacidad de vigilancia y aportando información de calidad, además de que la comunidad civil también debe actuar, empezando por informarse y conocer el riesgo. Si esto se logra, se podrá empezar a cimentar el camino para una actuación eficaz y científicamente apta para atajar la aparición, propagación y prevalencia de las bacterias resistentes a antibióticos, y así proteger el uso de medicamentos antimicrobianos para las futuras generaciones. Resistirse es natural y estas bacterias son de las mejores de evolución que tenemos, pero su riesgo es demasiado significante para seguir ignorándolo, la próxima gran pandemia podría ser la última.

Referencias

  1. 1. Obando-Pachecoa P, del Carmen Suárez-Arrabalb M, Jesús Esparza Olcinac M. Descripción general de los principales grupos de fármacos antimicrobianos. Antibióticos [Internet]. Guia-abe.es. 2020 [cited 2025 Feb 12]. Available from: https://www.guia-abe.es/generalidades-descripcion-general-de-los-principales-grupos-de-farmacos-antimicrobianos-antibioticos-

  2. 2. Arráiz N, Bermúdez, Urdaneta B. Resistencia a drogas en M. Tuberculosis: Bases moleculares. Arch Venez Farmacol Ter [Internet]. 2005 [cited 2025 Feb 12];24(1):23–31. Available from: https://ve.scielo.org/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0798-02642005000100

  3. 3. Bacterias multirresistentes a los antibióticos, la nueva amenaza [Internet]. https://www.cun.es. [cited 2025 Feb 12]. Available from: https://www.cun.es/enfermedades-tratamientos/cuidados-casa/bacterias-multirresistentes-antibioticos

  4. 4. Jiménez C. Ella es la científica de Oaxaca que logró erradicar el VPH por completo en 29 mujeres [Internet]. El Universal Oaxaca. 2025 [cited 2025 Feb 12]. Available from: https://oaxaca.eluniversal.com.mx/mas-de-oaxaca/ella-es-la-cientifica-de-oaxaca-que-logro-erradicar-el-vph-por-completo-en-29-mujere-0

  5. 5. OMS. Un informe pone de relieve el aumento de la resistencia a los antibióticos en infecciones bacterianas que afectan al ser humano y la necesidad de mejorar los datos al respecto [Internet]. Paho.org. 2022 [cited 2025 Feb 12]. Available from: https://www.paho.org/es/noticias/9-12-2022-informe-pone-relieve-aumento-resistencia-antibioticos-infecciones-bacterianas

  6. 6. OMS. La OMS pone al día la lista de bacterias farmacorresistentes más peligrosas para la salud humana [Internet]. Who.int. 2024 [cited 2025 Feb 12]. Available from: https://www.who.int/es/news/item/17-05-2024-who-updates-list-of-drug-resistant-bacteria-most-threatening-to-human-health

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Pablo Ortega Ferron

Pablo Ortega Ferron

Hola, soy Pablo Ortega Ferron, Licenciado en biotecnología por la Universidad Anáhuac, actualmente cursando la maestría en ciencias médicas con una especialidad en investigación. Tengo un interés especial en la investigación clínica, principalmente enfocados en biotecnología médica y temas de genética, además de un gran compromiso por la divulgación cientifica.

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