Un gigantesco cuadro vivo donde conviven y dibujan miles de personas de todo el mundo.
"Toca el jazz; no hay melodía, sólo notas, una miríada de breves sacudidas. No conocen reposo; un orden inflexible las genera y destruye; sin dejarles nunca tiempo para recobrarse, para existir por sí. Corren, se apiñan, me dan al pasar un golpe seco y se aniquilan. Me gustaría retenerlas, pero sé que si llegara a detener una, sólo quedaría entre mis dedos un sonido canallesco y languideciente. Tengo que aceptar su muerte; hasta debo querer esta muerte; conozco pocas impresiones más ásperas o más fuertes."
Jean Paul Sartre.
El arte posmoderno se ha expresado y expresa de muchísimas maneras. Su coqueteo continuo con las nacientes tecnologías de cada época ha sido motor de grandes resultados que lo empujaron siempre un poco más allá de sus límites. La irrupción del blockchain en la agenda tecnológica contemporánea patea el tablero y nos invita a explotar nuestra creatividad nuevamente para buscar esos límites, transgredirlos, trazar desafíos e intentar encontrar nuevas formas de expresión. En definitiva: hacer arte.
Myriadart juega con el concepto de ser un gigantesco cuadro vivo que podríamos imaginar como una ciudad, un “Meta” espacio donde miles de personas de diversas culturas y estratos podrán compartir un ecosistema económico, mostrarse, convivir, debatir y cooperar para expresarse con contundencia al mundo desde el arte.
Desde esta óptica, al decir que el cuadro está vivo, se intenta escapar del reduccionismo en el que se podría caer al centrarnos en el resultado pictórico de una imagen que muta continuamente en el tiempo, o del hecho anecdótico de juntar a muchísimos individuos a dibujar juntos.
Por el contrario, se hace hincapié en cómo, gracias a esta revolución tecnológica, es posible despertar intencionalidades en los participantes y lograr el largo plazo necesario para poder pensar en un nuevo tipo de artista, un artista cuya conciencia sea la suma de miles y miles de coincidencias. ¿Un artista dentro del cual exista una economía? La posibilidad que nos brinda la blockchain de crear un ecosistema y experimentar con conceptos como el de DAO, nos abre puertas que merecen ser cruzadas, habilitan todo un conjunto de preguntas que en otras épocas hubieran resultado inimaginables: ¿Podría haber pensado un coleccionista de antaño en adquirir la obra de un artista que sea una especie de entidad surgida de la suma de múltiples conciencias? Un artista con su propia trayectoria, su propio aprendizaje. ¿Habrá soñado Barthes con cuestiones como estas en su afán de “matar al autor”? ¿Qué obra artística podría expresar mejor esa modernidad líquida y acultural que obsesionó a Bauman durante tantos años, esta mezcla de lo efímero, lo económico, la insignificancia del ser en la fluidez del presente?
Este experimento tecnológico/artístico tiene por intención recorrer a fondo ese camino para ver hacia dónde llevan esas y otras preguntas, con la quizás pretenciosa idea de tratar de empujar al arte nuevamente un poco más allá de sus límites.
¿Pero, cómo funciona?
La gigantesca imagen está dividida en una cuadrícula de miles de lienzos. Cada lienzo es un espacio de dibujo de 32x32 píxeles que sólo el dueño puede dibujar. A su vez, cada lienzo es un NFT y, por lo tanto, puede ser comprado y vendido en un mercado secundario. La plataforma tiene token propio, el cual sirve para diversos tipos de transacciones, como podría ser el antes mencionado. Myriad brinda al dueño del lienzo el acceso a un editor para dibujar observando en tiempo real lo que están haciendo sus vecinos. Cada lienzo también tiene todo un conjunto de características de red social, puede acumular “likes”, seguidores, tiene una historia y un feed, lo que permite al creador dueño ir generando una identidad sobre ese espacio.
Desde el lado del observador, la gran obra viva puede ser navegada tanto espacial como temporalmente. Es un cuadro que puede estar tanto en una casa como en un museo. El visitante puede visualizar en tiempo casi real todos los cambios que los miles de creadores están realizando en tiempo real sobre la obra, o viajar al pasado y ver cuál fue la performance de determinada fecha.
En cuanto a la obra como “artista vivo”, la misma tendrá un camino, un aprendizaje y a partir del cooperativismo en el meta espacio, irá generando una colección a lo largo del tiempo. Colección cuyas ganancias podrían ser redistribuidas descentralizadamente hacia todos y cada uno de los creadores de contenido que participaron.
En noviembre de 2023, Myriadart obra viva participó realizando su primera performance en el prestigioso concurso de arte Premio B.Arte 2023 en Labitconf de Costa Salguero, resultando ganadora del primer premio y una mención especial entre más de 350 expresiones artísticas. Al día de la fecha, la comunidad sigue creciendo, proponiendo un sin número de actividades que van desde Drawathones y competencias de dibujo, participación en exposiciones o recitales, hasta programas formales como puede ser el ejemplo de “Uniendo Museos” un programa a partir del cual se promueve romper las barreras geográficas que separan a los museos del mundo a través de la labor artística sobre la obra viva. Todo esto alimenta un universo que sigue creciendo en el cual sólo la imaginación puede ser el límite.
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