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La ciencia de la educación

Por Pablo Ortega Ferron

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Desde siempre, la ciencia se ha considerado un poco como un sinónimo de educación, inteligencia o prestigio. Muchas veces la palabra “científico” se utiliza para describir a una persona muy inteligente, que todo lo puede, y están descubriendo cosas increíbles. Frases cómo “los científicos descubren…” o, “científicos advierten sobre…” son muy comunes en el ambiente social actual. Y hasta cierto punto estas concepciones no son del todo incorrectas, ya que una persona que decide dedicar su vida a la ciencia si algo hace es educarse, y me atrevería a decir, que no importa la rama de la ciencia a la que te quieras dedicar, una vez dentro, nunca dejas de estudiar y aprender. Principalmente porque la ciencia como tal no es algo que podamos encasillar de manera sencilla en una carrera o un trabajo. El catalogar a alguien como científico es una generalización enorme, porque así como una persona que está en un laboratorio cultivando células y haciendo experimentos es científico, otra persona resolviendo teorías matemáticas y que nunca ha tocado una pipeta o visto un microscopio en su vida es igual de científico. La ciencia es demasiado grande, y cada vez más especializada, pero todo esto debe empezar en algún lugar, y justo ese es el tema que se discutirá en el siguiente artículo. El camino de todo “científico” comienza en el salón de clases, y creo yo que el cómo enseñamos ciencia debe cambiar radicalmente. 

Recientemente comencé un puesto como docente de ciencias, por ningún motivo me consideró un experto de la pedagogía y siendo completamente honesto mi tiempo en la docencia es apenas una gota de agua en un océano de expertos y personas infinitamente más experimentadas que yo. Sin embargo, solo me bastaron 4 meses para percatarme de algunas problemáticas, o mejor dicho y sin tanta negatividad, algunas áreas de oportunidad en donde la enseñanza, y especialmente la enseñanza en ciencia debe de cambiar. 

No es ningún secreto que el método catedrático es un modelo muy probado y que ha demostrado buenos resultados durante mucho tiempo. Pero tampoco es un secreto que es un modelo bastante anticuado y hoy en día en muchas instituciones educativas se está buscando alejarse de este modelo. Toda mi formación, tanto preuniversitaria como postuniversitaria ha seguido este modelo, pero ahora que me encuentro del otro lado he observado que este modelo podría no ser el más apto para las generaciones de hoy en día. 

Fuera de que se están impulsando diferentes modelos en las instituciones, yo mismo veo que parece ser que los jóvenes simplemente no parecen ser igual de receptivos que yo o mis compañeros en nuestras épocas de preparatoria. Y en realidad no estoy planteando una diferencia de décadas, yo terminé la preparatoria en el año del 2019 y mi educación siempre se basó en la transmisión de información del maestro al alumno, y de ejercitación muy práctica, y ya sea que fueras un buen alumno o uno no tan bueno, bastaba con estudiar y tener apuntes adecuados para sobresalir académicamente. Pero esto ya no parece ser la norma. Esto lo digo desde mi muy limitada experiencia, en donde, hago lo posible por transmitir la información, compartir material de apoyo y realizar las pruebas o exámenes exclusivamente de los visto en clase y el material compartido. A pesar de esto, el desempeño de mis alumnos es deficiente en estas pruebas, aún cuando tienen todas las herramientas para sobresalir. 

Para mí la ciencia siempre fue de interés personal, desde la primera vez que entré a un laboratorio sabía que esto sería a lo que me dedicaría el resto de mi vida y fui suficientemente afortunado de tener profesores y profesoras que me contagiaron la pasión por la ciencia que suele ser tan necesaria para abrirte camino en cualquier profesión que te propongas. Como mencione en un principio, la ciencia es demasiado amplia, entonces para ser claro y no contradecirme, mi interés principal fue el químico biológico, mientras que el físico matemático nunca fue mi fuerte. Por lo mismo, mi labor como docente en la actualidad está dentro de esta área en la que soy experto y me he desarrollado durante toda mi carrera profesional. Y aquí es donde creo que llego a mi punto principal, a lo que me refiero con que debe de haber un cambio. 

El interés es clave para que sobresalgas en lo que sea, educativo, recreativo, deportivo, etc. Si no hay interés es difícil que haya esfuerzo por sobresalir o incluso simplemente cumplir se vuelve complicado. Creo que nunca habían existido tantas fuentes de estímulos como existen hoy en día, por lo que la atención siempre estará dividida entre lo que sea que haya en la clase y el resto de elementos en la vida de los alumnos de hoy en día, sean teléfonos, computadoras, tabletas o incluso el sinfín de actividades extracurriculares que pueden llegar a tener. Es por eso que considero que debemos replantearnos cómo enseñamos ciencia. Uno que ya está del otro lado, que ya conoce y ya cayó en la red de maravillas e ilusiones, nos parece fácil solo repetir nuestro conocimiento y esperar lo mismo, sin embargo el explicar el mismo funcionamiento del cuerpo humano o una célula, no es realmente interesante para una persona que puede interactuar con el resto del mundo en vivo con solo utilizar su teléfono. Y aunque definitivamente soy consciente de la importancia de cierta información básica que es necesaria para entender partes más grandes de la ciencia, creo que nos debemos enfocar en formar el pensamiento más que la memoria de los futuros científicos. A lo que me refiero con esto es que, es más importante que mis alumnos cuestionen personas hablando sobre ciencia sin evidencia clara o por lo menos lógica en lugar de poderse decir de memoria los aminoácidos esenciales. 

Dentro de este mismo argumento me gustaría proporcionar el siguiente ejemplo, y es que hoy en día, encontré una afirmación contradictoria en la página del CDC al momento de consultar (09/12/2025). Esto requiere análisis porque no coincide con su postura histórica ni con el consenso científico. Probablemente esto se debe a que en la actualidad, ciertos actores políticos en Estados Unidos han impulsado narrativas que contradicen consensos científico liderando una campaña de boicot y desacreditación en contra de los “científicos expertos”, y utilizando sus propios “científicos” (y esta vez las comillas son, no por la generalización planteada al inicio, sino porque genuinamente no creo que ni el título tan generalizado merecen) han esparcido desinformación sobre temas donde los consensos son más que claros. Y por supuesto tenía que ser por el tema de la posibilidad de que las vacunas causan autismo. El veredicto, desde hace mucho tiempo, es que no existe relación alguna entre la vacunación a temprana edad y la aparición del trastorno del espectro autista [1]. Sin embargo, al momento de escribir este artículo, la página oficial del CDC dice lo siguiente, “The claim vaccines do not cause autism is not an evidence-based claim because studies have not ruled out the possibility that infant vaccines cause autism. Studies supporting a link have been ignored by health authorities” [2]. Esta institución debería de ser la máxima autoridad en cuanto a la ciencia detrás de la salud, y lo fue por mucho tiempo, recibió mucha crítica durante la pandemia del COVID19, y perdió la percepción favorable del público en general, pero lidiar con una pandemia nueva y en constante evolución es mucho más complejo que “revisar” una de las cuestiones más estudiadas en el mundo de la salud. Esto sin mencionar, que actualmente ese “estudio ignorado por las autoridades de salud” que mencionan, se encuentra bajo investigación [3]. Así como el primer estudio que se publicó sobre el tema en donde se mostraba una correlación fue retractado por ser de poca validez científica, este estudio utiliza datos sumamente alarmantes para reportar esta relación. 

Todo esto para decir, que el tener memorizado el ciclo de krebs si lleva cierta importancia, pero me interesa mucho más que sepan diferenciar entre declaraciones interesantes y declaraciones sospechosas. Otro ejemplo, de igual forma en Estados Unidos, es el intento de aprobar un proyecto de ley en donde todos los alimentos que contienen ARN mensajero (ARNm) deben estar etiquetados con esta información. En el video [4] no se entiende del todo si se refiere a alimentos de producto animal que han recibido algún tipo de vacuna con tecnología de ARNm, porque si genuinamente está hablando de productos con ARNm, es posible que no haya un solo producto, ni de origen animal ni vegetal, que quede libre de esta etiqueta, ya que el ARNm es uno de los puntos claves en la producción de proteínas de cualquier organismo vivo, la mera presencia de bacterias o levaduras en cosas como la cerveza sería suficiente para requerir este etiquetado. Mientras que por otro lado puede que únicamente los alimentos muy frescos cumplan con esta categoría. Esto porque el ARN es una molécula muy inestable, y después de cierto tiempo en conservación, es más que posible que se degrade. Sin importar cual sea el caso, el ARNm de los productos alimenticios no representa ningún tipo de amenaza para nadie. Entonces aquí es donde podemos observar la decadencia del entendimiento científico de la sociedad, y aún peor, de la política. Es realmente preocupante lo ignorantes que somos, en una era donde tenemos resumido la mayoría del conocimiento humano a nuestra disposición. 

Entonces, todo esto para decir, que hoy en día si queremos formar científicos, y aún mejor, personas conscientes del pensamiento científico, creo que debemos permitirnos tomar un paso atrás de la teoría y los conceptos y darle el escenario principal al pensamiento crítico, a la investigación independiente y al cuestionamiento basado en evidencia. Porque la teoría ya la tienen a su disposición, y con mucho más detalle de lo que yo jamás les podría enseñar. Y es importante enseñarlos a guiar esta información y no estoy abogando por la desaparición de la cátedra. Pero en un mundo de tantos estímulos, de tanta información y especialmente de tanta desinformación, los científicos de los que se hable el día de mañana no será los que más conceptos aprendieron, sino aquellos que lograron formar una manera de pensar crítica y que después se aprendieron su ciclo de Krebs y sus aminoácidos, sabiendo diferenciar entre  información de calidad e información basura. 


Referencias:

  1. 1. Andersson NW, Bech Svalgaard I, Hoffmann SS, Hviid A. Aluminum-adsorbed vaccines and chronic diseases in childhood : A nationwide cohort study: A nationwide cohort study. Ann Intern Med [Internet]. 2025;178(10):1369–77. Disponible en: http://dx.doi.org/10.7326/ANNALS-25-00997

  2. 2. CDC. Autism and vaccines [Internet]. cdc.gov. 2025 [consultado el 9 de diciembre de 2025]. Disponible en: https://www.cdc.gov/vaccine-safety/about/autism.html

  3. 3. Gallagher CM, Goodman MS. Hepatitis B vaccination of male neonates and autism diagnosis, NHIS 1997-2002. J Toxicol Environ Health Part A [Internet]. 2010;73(24):1665–77. Disponible en: http://dx.doi.org/10.1080/15287394.2010.519317

  4. 4. Rubin Z. ¿Idaho podría exigir que los alimentos con ARNm estén etiquetados? [Internet]. Youtube; 2025. Disponible en: https://www.youtube.com/shorts/XZHcH3LaHok

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Pablo Ortega Ferron

Pablo Ortega Ferron

Biotecnólogo, actualmente cursando la maestría en ciencias médicas con una especialidad en investigación. Tengo un interés especial en la investigación clínica, principalmente enfocados en biotecnología médica y temas de genética, además de un gran compromiso por la divulgación cientifica y recientemente a la docencia científica.

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