Introducción
Están presente en toda nuestra vida cotidiana, son componentes esenciales en la mayoría de nuestros dispositivos electrónicos cotidianos: smartphones, computadoras, automóviles, electrodomésticos inteligentes, y equipos médicos. Su función es procesar información y controlar funciones, haciendo posible la comunicación, el entretenimiento, el transporte y la atención médica moderna. Pero conforme a su constante y progresiva demanda, y a los costos y capacidades de producción, aumenta en el mundo escasez de producción. Por nombrar algunos ejemplos, un smartphone moderno típicamente tiene de 20 a 50 chips principales, aunque contando sensores y otros componentes podría llegar a 100-150. Una computadora personal tiene entre 50 y 200 chips, y un automóvil de 1,000 a 3,000 chips. De ahí la disputa global por controlar su mercado.
El reciente anuncio de “Taiwan Semiconductor Manufacturing Company” TSMC en invertir más de 100 mil millones de dólares en Estados Unidos (David Shepardson y Steve Holland, Reuters, 2025) para la construcción de cinco nuevas fábricas de semiconductores en suelo norteamericano y la vuelta atrás de programas de gobierno impulsados por Biden para promover la industria (Oma Seddiq y Mackenzie Hawkins, Business Standard, 2025) encendió las hipótesis de qué hay detrás de estos avisos. Es llamativo que la empresa taiwanesa vuelva a apostar por el territorio Norteamericano sobre todo teniendo en cuenta que algunos años atrás, había tenido una recepción contrapuesta (Juan Carlos López, Xataka, 2023) ¿El motivo? Básicamente la cultura laboral estadounidense no estaba preparada para este tipo de industria manufacturera. Los costos laborales en EE.UU. son mucho más altos y la productividad de los trabajadores estadounidenses en este sector no era suficiente para justificar esas inversiones.
La empresa taiwanesa TSMC concentra el 54% de la producción mundial de chips semiconductores principalmente en el país de Taiwán, los destaca una tecnología especial en el corte conocida como litografía ultravioleta extrema (EUV), que le permite fabricar chips más pequeños y eficientes que la competencia.(Ver más en Rupert Wingfield-Hayes, BBC, 2023).
Sin embargo, el liderazgo de TSMC enfrenta nuevos desafíos, ya que Apple, el mayor consumidor de la industria en los últimos años, ahora apuesta por convertirse también en productor. Recientemente, la compañía anunció una inversión de más de 500 mil millones de dólares en Estados Unidos para fortalecer su presencia en la manufactura de semiconductores. (Apple will spend more than $500 billion in the U.S. over the next four years, Apple, 2025).
Las especulaciones de un posible conflicto Estados Unidos con China, aliándose con Taiwán, y el gesto de Trump con Ucrania para estar en buenos términos con Putin, nos hace preguntar qué rol cumple la producción de éste producto en nuestro tiempo y por qué es tan importante. Con todas las demandas y ventajas que supone la producción de chips semiconductores actualmente, los países buscan desarrollar su propia manufactura para reducir dependencia.
¿De qué está compuesto un chip?
Para poner en perspectiva, conforme a la demanda actual que hay de chips semiconductores, existe escasez de producción. Por nombrar algunos ejemplos, un smartphone moderno típicamente tiene de 20 a 50 chips principales, aunque contando sensores y otros componentes podría llegar a 100-150.
Una computadora personal tiene entre 50 y 200 chips, y un automóvil de 1,000 a 3,000 chips.
Para el creciente uso de Inteligencia Artificial se espera que el mercado de semiconductores dedicados para IA crezca a una tasa compuesta anual (CAGR) de aproximadamente 30% entre 2025 y 2027, alcanzando un mercado de aproximadamente $35,9 mil millones para 2027 (sólo para el segmento IA). Las principales industrias que impulsan la demanda son i) automotriz para sistemas de conducción autónoma, ii) salud en diagnósticos y análisis de datos, iii) finanzas para análisis predictivo y detección de fraudes, iv) Tecnologías de la Información, v) militares en un uso esencial del control estratégico militar y civil.
Respecto a su composición, un chip o microchip es un conjunto de circuitos electrónicos en una pequeña porción de silicio. El silicio es un elemento químico abundante presente en la arena. Como semiconductor, el silicio tiene una conductividad eléctrica intermedia, situándose entre metales como el cobre y materiales aislantes como el vidrio (¿Qué es un chip de computadora?, Amazon Web Service).
El silicio puede modificarse mediante la combinación con otros materiales, creando “llaves” que se conocen como transistores. Estos transistores funcionan como pequeños transmisores eléctricos que pueden encender [= 1] o apagar [= 0] la corriente eléctrica (The basics of microchips - Everything you need to know about microchips – the foundation of the digital world). Gracias a esta propiedad, los microchips se convierten en la base del procesamiento digital, permitiendo la ejecución de cálculos y la transmisión de datos.
En el proceso de creación los lingotes de silicio monocristalino se extraen al fundir y refinar arena. Estos lingotes tienen una pureza cercana al 100%. Se cortan los lingotes en obleas, y de ahí fabrican los chips que luego se limpian, pulen y recubren con una capa de dióxido de silicio. A continuación, se agrega una capa adicional de químicos fotorresistentes sobre las obleas para mejorar la sensibilidad a la luz. Es necesario tomar las máximas preocupaciones para garantizar que no haya contaminación por polvo u otras sustancias extrañas durante la ejecución de este proceso. Una vez que los chips de silicio están listos, se graban en ellos los circuitos electrónicos, mediante la introducción de materiales que conforman patrones microscópicos.
¿Cómo está compuesta la industria?
En los últimos años la industria triplicó su valor en el mercado con una tendencia ascendente que sólo pareciera crecer (Gráfico 1).
Gráfico 1
Fuente: World Semiconductor Trade Statistics
Según estudios de McKinsey, se estima que el valor del mercado de los semiconductores será de 1.000 millones de dólares para el final de la década (Ondrej Burkacky, Julia Dragon, y Nikolaus Lehmann, McKinsey & Company 2022).
Los principales productores del mercado son TSMC, Intel y Samsung. Como mencionamos previamente, la compañía taiwanesa TSMC lidera esta industria con una cuota de mercado aproximada del 54%. La empresa estadounidense Intel y la surcoreana Samsung la siguen a mucha distancia con una cuota cada una de ellas que se mueve en la órbita del 12 al 15%. Tras ellas, ambas con un 7% de cuota, se posicionan la taiwanesa UMC y la estadounidense GlobalFoundries, y les pisa los talones la empresa china SMIC, con una cuota de mercado aproximada del 5%.
Actualmente, la producción de chips se concentra en tres empresas que dominan la fabricación, estas son TSMC, Samsung e Intel. Es importante señalar que las dos últimas se dedican principalmente a abastecer la demanda de sus propios productos, lo que deja a TSMC con la mayor parte de los pedidos de chips en el mundo; algunos de sus clientes son Apple, NVIDIA, Microsoft y Qualcomm, así como todos los principales fabricantes de equipos de red: Cisco, Nokia y Ericsson, entre otros.
Si bien no es la principal productora, Nvidia es la empresa más valiosa del mercado. Esto es porque no sólo produce chips sino que también comercializa productos de GPUs para IA y data centers, además de hardware (Gráfico 2).
Gráfico 2
Notas: Valores en miles de millones de USD (B); Ingresos y beneficio neto corresponden a los últimos doce meses (TTM); Retorno total acumulado durante el último año.
Fuente: Daniel Liberto, 10 Biggest Semiconductor Companies, Investopedia, 2024
Los principales contextos regulatorios
En agosto de 2022, EE. UU. aprobó la Ley CHIPS y Ciencia, que proporciona alrededor de $280 mil millones en nuevos fondos para la investigación y fabricación doméstica de semiconductores, $39 mil millones en subvenciones para la fabricación y créditos fiscales del 25% para la construcción. También incluye una disposición que prohíbe expandir capacidad en "países considerados de riesgo" (como China), y limita la colaboración con empresas de esos países.
En mayo de 2023, el gobierno del Reino Unido anunció planes para ofrecer a las compañías de chips hasta £1 mil millones ($1.21 mil millones).
En julio de 2023, la Unión Europea aprobó su Ley de Chips, que apunta a duplicar la cuota de mercado global de la UE del 10% al menos al 20% para 2030 mediante inversiones estimadas en €43 mil millones ($45.3 mil millones). Este plan incluye inversiones en tecnologías de próxima generación y el acceso a herramientas de diseño y líneas piloto para prototipado y pruebas de chips avanzados.
Además, el Chips Act propone un marco más amigable para los inversores, facilitando la creación de instalaciones de fabricación en Europa y brindando apoyo a start-ups, scale-ups y PYMEs en su acceso a financiamiento. La iniciativa busca fomentar habilidades e innovación en microelectrónica, y establecer asociaciones internacionales con países afines a anticipar y responder a la crisis de suministro de semiconductores, garantizando así un futuro sostenible y competitivo para la industria en la región.
En agosto de 2024 el Senado de Brasil aprobó el “Programa de semiconductores de Brasil” (PL 13/2024) que busca impulsar la producción nacional a través de mayores inversiones en I+D, modernización de infraestructuras y una simplificación del marco regulatorio. Extendiendo los incentivos fiscales (Padis) hasta 2073 y agilizando los trámites. Actualmente, las empresas brasileñas de semiconductores generan alrededor de 86 millones de dólares y emplean directamente a 2.500 personas, enfocándose principalmente en el mercado interno. Se espera que Brasil incremente significativamente estas cifras, impulsando las exportaciones y posicionando a Brasil como proveedor preferente, particularmente en etapas como el encapsulado y las pruebas de chips. El éxito del programa dependerá de la rápida y eficiente implementación , en los próximos seis meses.
Fuentes: Lenore Elle Hawkins, Global Chip Race: Everything Investors Need to Know, Nasdaq, 2023; Justin Badlam, Stephen Clark, Suhrid Gajendragadkar, Adi Kumar, Sara O’Rourke, Dale Swartz, The CHIPS and Science Act: Here’s what’s in it, McKinsey & company, 2023; The European Chips Act ; Senate Approves Brazil Semiconductors Program.
¿Qué está pasando en la región Latam con la producción de chips semiconductores?
La industria de semiconductores en la región es compleja dadas las altísimas barreras de entrada a este mercado. La inversión requerida para competir en el mercado global es muy alta, como lo evidencia la inversión de Intel en Israel: una inyección de capital de US$25 mil millones, complementada por generosos incentivos gubernamentales por US$3.2 mil millones (Doloresz Katanich, Euronews, 2023). Además podríamos decir que “ya estamos tarde” para ingresar al mercado. Esta realidad sitúa a la Argentina y la región en una posición estructuralmente desventajosa, con una capacidad productiva insuficiente para competir en la fabricación masiva de chips de vanguardia. Otro factor de desventaja es que nuestra ubicación geográfica impone una desventaja logística significativa, al dificultar el abastecimiento eficiente a los principales centros de consumo que son Estados Unidos, Europa, China y Japón.
No obstante, la creciente atomización de la cadena de suministro global, exacerbada por las tensiones geopolíticas y las disputas comerciales, genera nichos de oportunidad, aunque limitados, para la región. La voraz demanda de semiconductores, particularmente en sectores estratégicos como la ciberseguridad, la protección de datos y la automatización industrial, permite vislumbrar la posibilidad de desarrollar una capacidad de abastecimiento regional. Esta estrategia, sin embargo, no se basa en una competencia frontal con los gigantes asiáticos o estadounidenses en la producción a gran escala, sino en un enfoque más pragmático. Se trata de enfocarse en la especialización en la fabricación de componentes específicos, las etapas de ensamblaje y prueba, y el desarrollo de tecnologías complementarias. Como dijo Shih Chin-tay, fundador de TSMC: "La regla número uno en TSMC es no competir con sus clientes” (Rupert Wingfield-Hayes, BBC, 2023).
Para capitalizar estas oportunidades, se requiere una estrategia integral y articulada. Esto implica, de manera imperativa, la formación de un capital humano altamente especializado —un recurso actualmente escaso en la región—; la implementación de políticas públicas e incentivos gubernamentales atractivos para atraer la inversión extranjera directa (IED); y la sinergia entre el sector público, el sector privado, las instituciones académicas y los centros de investigación. La creación de ecosistemas tecnológicos dinámicos y el fomento activo de la innovación se presentan como catalizadores indispensables para impulsar este desarrollo.
Por su parte, Brasil está impulsando una ambiciosa iniciativa para convertirse en el principal exportador de chips semiconductores de sudamérica. Zilia Technologies liderará este esfuerzo con una inversión de aproximadamente US$126 millones (US$92 millones para expansión de la producción y US$34 millones para I+D), buscando lanzar nuevas memorias y discos de estado sólido.
La decisión de re-estatizar Ceitec, la empresa pública de semiconductores, y el lanzamiento del Programa Brasil Semiconductores, con incentivos económicos, reflejan la apuesta estratégica de Brasil por este sector. El gobierno busca posicionar al país en el mercado internacional, incluso explorando alianzas con Estados Unidos y manteniendo la puerta abierta a la colaboración con China. Este interés se basa en la importancia estratégica de los semiconductores para diversas industrias y en la escasez mundial reciente como mencionamos (Nicolás Retamar, Agencia de Noticias Científicas de la UNQ, 2023).
La creciente tensión geopolítica y el auge de la industria de semiconductores están redefiniendo las oportunidades para Argentina y toda la región. Aunque el desarrollo de los semiconductores se remonta a 1947 con la invención del transistor, su impacto se ha intensificado notablemente desde la década de 1980. En este nuevo contexto global, los semiconductores han emergido como un recurso crucial, cuya relevancia se ve amplificada por los conflictos geopolíticos actuales. La combinación de una preparación proactiva y una estrategia adecuada será fundamental para que Argentina y la región logren una inserción exitosa en este sector, vital para las economías del siglo XXI.
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