¡Virus! Al oír esto, no es inusual pensar en tragedia, fiebre, dolor, pandemia, entre muchas otras connotaciones negativas. Cada día estamos expuestos a partículas virales que pueden tener efectos letales en nosotros y en nuestros seres queridos, lo que explica la frecuente conversación sobre los “virus” en los congresos de ciencia.
De todos modos, un virus hoy podría salvar tu vida. Si, leíste bien. El estudio de sus diversas morfologías y variedad de genomas ha permitido la manipulación de estos mismos para emplearlos a nuestro favor en tratamientos delicados. Entre ellos, cabe destacar su uso en la extraordinaria terapia génica, donde se pueden implementar los vectores virales para inducir modificaciones genéticas: así como llega el repartidor con “delivery” a tu casa, el virus puede llevarle a tus células el gen que necesitan para curar tu enfermedad.
Los vectores virales adeno-asociados (AAV) son de los más utilizados en esta labor. El tamaño del mercado global de la fabricación de vectores del virus adeno-asociado fue valorado en 767.7 millones de USD en 2022, y se proyecta que se expanda a una tasa compuesta de crecimiento anual del 22.5% desde 2023 hasta 2030. Estos diminutos virus de la familia de los parvovirus deben su nombre a su falta de autonomía, ya que necesitan a los adenovirus para replicarse. Aunque no se ha asociado a los AAVs con enfermedades, los adenovirus sí son dañinos, y su contribución es esencial para la replicación de los AAVs. Aquí es donde la ciencia ficción se convierte en realidad: en lugar de depender de un virus patogénico, se reemplaza al adenovirus con un plásmido helper, diseñado para proporcionar las proteínas virales necesarias para la replicación. De esta manera, no habría dependencia del adenovirus, a partir del uso del plásmido construido.
Este reemplazo ha sido ampliamente beneficioso ya que permite el uso de los AAVs para tratar enfermedades a nivel génico, a través de inyecciones donde se introducen los genes corregidos o completamente nuevos. Estas aplicaciones incluyen tratamientos para enfermedades asociadas con el sistema nervioso central, enfermedad de Stargardt, distrofias musculares, hemofilia A y B, diversas cardiopatías, entre otras. Cabe destacar que en el último año se ha utilizado para avances en la cura de HSV-1 (cepa del virus que causa el herpes).
Por más útil que sea, la fabricación del plásmido es compleja, costosa, y requiere de alta precisión. Debe proveer proteínas que 1) cooperen con iniciar la transcripción y modularla dentro de la célula huésped, 2) faciliten la síntesis del ADN, 3) y finalmente, que inhiban funciones protectoras y bloqueen respuestas antivirales.
Los autores de un paper recientemente publicado en la revista Human Gene Therapy no quisieron desechar el potencial de los AAVs. En dicho paper, titulado “Un plásmido helper mejorado que contiene deleciones en los genes E4 y E2a resulta en un aumento de la productividad del virus adeno asociado” se explica que lograron obtener un plásmido más pequeño, más fácil de fabricar, que además produjo el doble de AAVs, a partir de deleciones en su material genético. Ambos genes modificados están asociados con las tres funciones mencionadas, ya que estabilizan el ADN de cadena simple durante la replicación, inhiben la respuesta de daño al ADN, y facilitan la exportación del ARN viral del núcleo al citoplasma. Esta manipulación en su genoma permitió preservar las funciones esenciales, a la vez que se incrementó la eficiencia y el rendimiento en la proliferación de las partículas virales.
El desarrollo de vectores virales como los AAVs, junto con avances como la optimización de plásmidos helpers, resalta como la ciencia ha podido transformar estas amenazas naturales en herramientas poderosas para curar enfermedades antes intratables. El paper mencionado en este artículo representa una pequeña fracción de muchos más ejemplos que justifican el alto potencial del uso de los virus en los tratamientos génicos. Si bien los virus pueden manifestarse como entes inseguros y generar incertidumbre, las posibilidades de manipulación y sus aplicaciones son vastas y prometedoras, abriendo un nuevo horizonte en la medicina moderna y redefiniendo lo que significa un virus en el contexto de la vida y la muerte.
Autora: Jazmin Agosti
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