Definitivamente, los aportes a la ciencia son un gran hito en la historia de la humanidad; sin ellos, el mundo no sería lo que es hoy en día. Sin embargo, detrás de cada descubrimiento científico han habido mentes brillantes que rompieron con las "barreras" de género para dejar su marca indeleble en sus respectivos campos.
Una por una, a continuación, se mencionan algunas de las mujeres más importantes en la historia de la ciencia y los aportes que cada una realizó.
Ada Lovelace
Augusta Ada King, condesa de Lovelace, más conocida como Ada Lovelace (10 de diciembre de 1815 - 27 de noviembre de 1852), fue una matemática británica cuyas contribuciones la llevaron a ser considerada la primera programadora de computadoras.
Ada fue colega del matemático británico Charles Babbage, el cual desarrolló una calculadora mecánica llamada máquina analítica. En el año 1843 se publicaría en la revista Scientific Memoir un artículo científico escrito en francés por el ingeniero italiano Luigi Menabrea y traducido por la mismísima Ada al inglés. Ella no sólo tradujo dicho artículo, sino que al final del mismo, anexó un apéndice exponiendo sus teorías de cómo funciona la máquina analítica. Y es que al final fueron sus notas las que terminaron siendo más famosas que el artículo del ingeniero.
En ellas, Ada planteó un algortimo para que la máquina pueda calcular distintas operaciones numéricas. Esto lo hizo mediante distintos símbolos y fórmulas matemáticas tomando como ejemplo los números de Bernoulli -una sucesión de números racionales con distintas aplicaciones en el campo de las matemáticas.
Marie Curie
Maria Salomea Sklodowska-Curie, conocida como Marie Curie (7 de noviembre de 1867 - 4 de julio de 1934), fue una física y química polaca con nacionalidad francesa. Fue pionera en la investigación de la radiactividad -término al que ella misma dio nombre-. Sus estudios en este campo también incluyeron técnicas para el aislamiento de isótopos radiactivos y el descubrimiento de dos elementos -el polonio y el radio.
Sus investigaciones la llevaron a ser la primera mujer en ocupar el cargo de profesora en la Universidad de París y en ganar dos veces el Premio Nobel en dos especialidades científicas distintas -Física en 1903 y Química en 1911- (hoy en día sigue siendo la única mujer en ganar dos veces este premio). Además, Marie fundó en París el Instituto Curie, el cual se mantiene hoy en día como uno de los principales centros médicos para la investigación contra el cáncer.
Rosalind Franklin
Rosalind Elsie Franklin (25 de julio de 1920 - 16 de abril de 1958) fue una química británica que sentó las bases para determinar la estructura molecular del ADN. Fue ella quien, mediante difracción de rayos X, logró capturar una imagen y ver por primera vez la estructura del ADN como se la conoce hoy en día -una doble hélice.
Premio Nobel
Rosalind muere en el año 1958 a los 37 años sin recibir el reconomiento que verdaderamente merecía (en ese entonces el Comité Nobel no solía hacer nominaciones póstumas). Y es que unos años después, su colega de aquel entonces -Maurice Wilkins, físico neozelandes-, decidió tomar la fotografía que había hecho Rosalind y, junto a James Dewey Watson y Francis Crick -quienes también estaban estudiando la estructura de la molécula-, la publicaron en la revista Nature. De esta manera, estos tres científicos obtienen el Premio Nobel de Medicina en el año 1962.
Jane Goodall
Valerie Jane Morris-Goodall, conocida como Jane Goodall (3 de abril de 1934), es una etóloga inglesa y Mensajera de la Paz de la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Jane hizo y sigue haciendo grandes aportes a la ciencia mediante el estudio del comportamiento de los chimpancés salvajes, precisamente de las relaciones sociales y familiares que hay entre ellos. Gran parte del estudio se realizó en el parque nacional Gombe Stream en Tanzania; pues Jane desde pequeña soñó con viajar a África y conocer los animales que allí habitan.
Con su investigación, Jane descubrió que no solo los seres humanos tienen personalidad, emociones -como alegría y tristeza- y son capaces de pensar y razonar. Estos hallazgos sugieren que el parecido entre los humanos y los chimpancés no solo está dado por causas genéticas, sino que también se pueden observar en las emociones, inteligencia y relaciones sociales y familiares.
También es la fundadora del Instituto Jane Goodall dando apoyo a las investigaciones que se realizan en Gombe. Jane funda este instituto en el año 1977 con el objetivo principal de preservar la especie y mejorar las condiciones de vida de los chimpancés.
Margaret Hamilton
Margaret Hamilton (17 de agosto de 1936) es una matemática e ingeniera de Software estadounidense. Sus conocimientos le permitieron sentar las bases de la "ingeniería del softwre" (término que ella misma acuñó) y participar en proyectos que van desde la predicción del clima hasta la llegada del hombre a la luna.
En el año 1960, Margaret comienza a trabajar en el Departamento de Meteorología del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) siendo una de las encargadas de diseñar el software que permitiría predecir el clima.
Proyecto SAGE
Entre los años 1961 y 1963, participó en el proyecto SAGE del Laboratorio Lincon del MIT, el cual inició siendo un proyecto de predicción meteorológica y rápidamente pasó a ser un proyecto militar. En este, Margaret fue la encargada de desarrollar el software para el primer ordenador AN/FSQ-7 utilizado por la Fuerza Aérea de los Estados Unidos para detectar aviones "no amigos" en el espacio aéreo norteamericano.
Apolo 11
El gran éxito que tuvo en el proyecto SAGE no pasó desapercibido y le permitió unirse al Laboratorio Charles Stark Draper del MIT. Dicho laboratorio estaba involucrado en la misión del Apolo 11. Uno de sus mayores logros durante el desarrollo del sistema operativo para las misiones del Apolo fue el de diseñar parte del software que hacía funcionar el Módulo de Mando y el Módulo Lunar y, probablemente, la persona que evitó el fracaso de la misión.
Cuando los astronautas se estaban preparando para descender, se encendieron las alarmas y la computadora empezó a arrojar los errores 1201 y 1202. En este momento, los astronautas no sabían si proceder con el descenso o no. El equipo de Margaret rápidamente encontró entre sus notas que esos errores se debían a que el software estaba diseñado para priorizar funciones imprescindibles y descartar las que no lo eran mediante la detección precoz de errores.
Sus contribuciones no solo ampliaron nuestro conocimiento, sino que también inspiraron a generaciones futuras de mujeres a perseguir sus sueños en el mundo de la ciencia. A través de su dedicación, ingenio y valentía, demostraron que la excelencia científica no conoce las "barreras" de género.
Estas mujeres pioneras son faros de luz que guían el camino hacia un futuro científico más equitativo y prometedor para el ser humano.
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